El noreste de Ohio se encuentra en el tercer día de una prohibición del agua que afecta a más de 400.000 personas. La prohibición fue impuesta luego de que análisis de laboratorio hallaran altos niveles de una toxina peligrosa en el suministro de agua de Toledo y zonas aledañas. La toxina, microcistina, provoca irritación de la piel y puede ocasionar deficiencias hepáticas. En un informe de prensa, el alcalde de Toledo, Michael Collins, expresó que si bien los niveles de la toxina están mejorando, no se sabe cuándo el agua volverá a ser apta para beber.
Michael Collins afirmó: “Pero no les puedo decir cuándo. Si pudiera, lo haría. Pero no puedo porque no lo sé. Lo que les puedo decir es que todo va muy bien encaminado”.
Las altas concentraciones de microcistina son causadas por la floración de algas en el Lago Erie. Varios factores contribuyen al incremento de las algas, entre ellos, el exceso de vertido de fósforo proveniente de la agricultura industrial que utiliza fertilizantes en exceso y adopta otras malas prácticas. El cambio climático está vinculado también a la floración de algas, debido a que las lluvias más intensas y las temperaturas más elevadas provocan un mayor escurrimiento de fósforo hacia el lago.