¿Hay una salida diplomática a la crisis con el ISIS? EE.UU. podría buscar ayuda y el embargo de armas

Reportaje15 de septiembre de 2014

Comenzó en Francia una cumbre internacional sobre cómo combatir contra de los miembros de la organización Estado Islámico; en la cumbre participan cerca de treinta países de una coalición liderada por EE.UU. El gobierno de Obama afirma que varios países de la Liga Árabe adhirieron a los ataques aéreos en Irak y Siria, pero no hay una campaña sostenida inminente. El presidente Obama ya afirmó que no necesita la aprobación del Congreso para ampliar los ataques aéreos a Siria. El viernes, el gobierno de Obama dijo que su autoridad legal para la guerra contra Estado Islámico proviene tanto de la resolución de 2001 de guerra contra el terrorismo como de la votación de 2002 que autoriza la guerra en Irak. La Casa Blanca hizo el reclamo a pesar del pedido previo de Obama para derogar las medidas de autorización para la guerra. El sábado, se publicó un video en Internet en el que se ve cómo un miembro del grupo Estado Islámico decapita a David Haines, un trabajador humanitario británico, el tercer rehén occidental asesinado de la misma manera por los combatientes en menos de un mes. En el video, Estado Islámico emite amenazas de muerte contra otro trabajador humanitario británico que está cautivo, Alan Henning. Nos acompaña Phyllis Bennis, miembro del Instituto para los Estudios Políticos.

Transcripción
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NERMEEN SHAIKH: Una cumbre internacional sobre la estrategia a seguir para combatir a los militantes del Estado Islámico ha comenzado en Francia, con presencia de funcionarios de alto rango de lo 26 países que participan, además de representantes de las Naciones Unidas, la Unión Europea y la Liga Árabe. La reunión se produce menos de una semana después de que el presidente Obama anunciara su plan para lanzar ataques aéreos contra los militantes en Siria y para ampliar los ataques aéreos en Irak. El presidente francés, François Hollande, pidió una acción internacional conjunta para enfrentar al Estado Islámico.

FRANÇOIS HOLLANDE: Este movimiento terrorista se ha extendido por todo el territorio de Irak y Siria. Este movimiento terrorista ignora fronteras y tiene la ambición de construir un Estado. Supone una amenaza. Es algo global, así que debe tener una respuesta global.

AMY GOODMAN: El secretario de Estado, John Kerry, se reunido el fin de semana con los líderes del Medio Oriente tratando de asegurar el respaldo para los ataques militares de EE.UU. contra ISIS. Durante una aparición en el programa Face the Nation, Kerry dijo que EE.UU. había recibido promesas de ayuda de algunos países de la región y de la comunidad intencional.

JOHN KERRY: Me ha animado extremadamente el hecho de que toda las personas con las que me he reunido hayan expresado su buena disposición y voluntad de participar. Les puedo decir aquí y ahora que hay países en esta región, y fuera de ella, que junto con Estados Unidos, están preparados para comprometerse en el suministro de asistencia militar, e incluso en tomas parte en los ataques, si eso es lo que se requiere.

NERMEEN SHAIKH: En un video publicado en Internet el sábado se puede ver a un miembro del Estado Islámico decapitando al cooperante británico David Haines. Es el tercer rehén occidental en ser decapitado por los militantes en menos de un mes. En el video, el Estado Islámico lanzó amenazas de muerte contra otro trabajador humanitario británico que se encuentra en cautividad, Alan Henning. Mientras tanto, el nuevo primer ministro de Irak, Haider al-Abadi, ha ordenado a la fuerza aérea iraquí que detenga los bombardeos de zonas civiles, incluso en aquellas ciudades controladas por ISIS. El Estado iraquí ha enfrentado críticas por bombardear de manera indiscriminada zonas sunitas. Según Human Rights Watch, al menos 31 civiles murieron recientemente cuando un ataque aéreo iraquí alcanzó una escuela cerca de Tikrit donde se habían refugiado personas desplazadas. Entre los muertos había 24 niños. Según los supervivientes, no había combatientes del Estado Islámico en la escuela o sus alrededores en el momento del ataque.

AMY GOODMAN: Para hablar más sobre los planes de Estados Unidos de lanzar ataques en Siria y ampliar los bombardeos en Irak, nos acompaña Phyllis Bennis, miembro del Instituto para Estudios Políticos. Bennis ha escrito varios libros, entre ellos “Antes y después: La política exterior de EE.UU. y la crisis del 11 de septiembre. Su último artículo para The Nation se titula “El discurso sobre diplomacia que Obama debería haber dado anoche”. Phyllis, usted se opone a los ataques de Estados Unidos contra Irak, y a su expansión en Siria, y presenta seis puntos con sus razones para oponerse. ¿Por qué no nos los presenta aquí a nosotros?

PHYLLIS BENNIS: Creo que la clave es que la respuesta que estamos viendo del presidente Obama es un plan que es casi enteramente militar, aun cuando él mismo está diciendo que no hay una solución militar. Lo que necesitamos es una solución diplomática que comience por no empeorar las cosas, debería detener los planes para lanzar ataques aéreos, y dejar de enviar tropas. Ya tenemos tropas sobre el terreno. En este momento hay alrededor de 1.500; habrá cerca de 1.800 muy pronto. Entonces, ese es el punto número uno: No empeorar las cosas. Los siguientes pasos tienen que ver con la diplomacia. EE.UU. debe comprometerse de una manera mucho más directa, abierta y pública con Irán sobre la cuestión de persuadir al gobierno iraquí para avanzar hacia un gobierno más inclusivo. Hemos oído que se ha estado hablando sobre esto. Hemos escuchado al nuevo primer ministro, al-Abadi, decir que tiene la intención de hacer eso. Eso está bien, pero hasta ahora no se ha nombrado a un nuevo director para los ministerios de asuntos militares, de inteligencia, o de seguridad. De ahí es de donde ha venido la represión a los sunitas, que ha sido muy dramática y que ha propiciado el apoyo de los suníes a ISIS. Necesitamos una presión real. Que puede venir de la colaboración entre EE.UU. e Irak, y de su trabajo conjunto. En tercer lugar, necesitamos una diplomacia donde EE.UU. a trabaje de nuevo junto a Rusia. En este momento hay una enorme tensión entre EE.UU. y Rusia a causa de Ucrania, pero este podría ser un buen momento para resolver algunas de las causas de esa tensión recuperando las buenas relaciones que fueron construidas el año pasado entre EE.UU. y Rusia para lograr la destrucción del arsenal de armas químicas de Siria. Tras eso necesitamos una movilización diplomática más amplia que vuelva a los intentos que se realizaron en la ONU— eso no funcionó, pero tenemos que intentarlo de nuevo— para lograr una movilización diplomática regional y mundial que ponga fin a la guerra en Siria. Debemos volver a eso. El número cinco se trata de una campaña masiva hacia el desarme de esta área. Necesitamos un embargo de armas, que solo va a tener éxito si se aplica a todas las partes. Se debe aplicar a todas las partes o a ninguna. Así que EE.UU. y sus aliados deben dejar de armar de forma masiva a las fuerzas de oposición en Siria. Eso les situará en una mejor posición para presionar a Rusia e Irán para que dejen de armar al régimen sirio. Y finalmente, un aumento masivo de la ayuda humanitaria que EE.UU. está proporcionando. Ese tipo de política es lo que deberíamos haberle oído decir a Obama la otra noche. Por desgracia, lo que escuchamos fue una estrategia militar de cuatro puntos, que no va a lograr absolutamente nada.

NERMEEN SHAIKH: Phyllis Bennis, ¿por qué usted piensa que esta vez el presidente Obama ha presentado una estrategia militar y no ha considerado la opción diplomática, y en cambio el año pasado en agosto, tras el ataque con armas químicas, él se retractó de su amenaza de un ataque militar? ¿Qué ha pasado en este intervalo de tiempo?

PHYLLIS BENNIS: Si. Bueno, creo que, por desgracia, gran parte de esto se debe a razones políticas. Hubo momentos de crisis en Irak, como ha habido momentos de crisis en Siria, en lo que EE.UU. barajó intervenir militarmente. Uno de los grandes problemas es que no se escuchan otras opciones. Escuchamos la opción que George Bush le dio a la nación el 12 de septiembre, después de los atentados del 11 de septiembre en 2001, cuando nos dijeron que las opciones son: o bien vamos a la guerra, o bien los dejamos salirse con la suya. Ante esas dos opciones, el apoyo a la guerra fue de un 88 por ciento, algo que no es tan sorprendente: Si la única alternativa es no hacer nada, la gente va a apoyar la guerra. El problema es que todas las opciones que tienen que ver con la diplomacia, con el desarme, con los embargos de armas, no estaban encima de la mesa. Esta vez, hemos visto una respuesta inmediata, en parte debido a la crisis humanitaria que estaba sucediendo en el Monte Sinjar, aunque nos contaron una historia que resultó no ser cierta. No había 30.000 personas muriendo de hambre en la montaña; había alrededor de 3.000, y la mayoría ya habían sido escoltadas de forma segura fuera de la montaña, no gracias los ataques aéreos de Estados Unidos, sino debido al trabajo de los kurdos sirios que los escoltaron fuera la montaña, a través de Siria, y luego los llevaron de vuelta a Irak. Y luego llegó la respuesta política al horrible crimen de ISIS, cuando decapitaron a dos periodistas estadounidenses. Este fue un acto horrible, pero no era una amenaza para Estados Unidos. Y la realidad es que la política pasó entonces a un primer plano. Y la política de la venganza— muy parecido a lo que paso tras el 11/S, cuando política de la venganza tomó el mando. Creo que había miedo en Washington de que pareciese que no estábamos haciendo nada, porque ese “cualquier cosa” se describe siempre como algo militar. Así que si va a haber una respuesta, tiene que ser una respuesta militar, porque no tenemos otra. No tomamos en serio las respuestas diplomáticas, que de algún modo sean no militares. Y creo que eso llevó a, sobre todo debido a la cobertura de la prensa que presentó el horror de ese hecho de forma exagerada, como si fuera la única vez que un acto así de horrible hubiera ocurrido— The New York Times fue el único medio de comunicación convencional que informó del tema— creo que fue el 27 o 28 de agosto— informó de que el Ejército Libre de Siria, la llamada “ala moderada” de los rebeldes sirios, a los que EE.UU. quiere ahora aumentar la ayuda y el apoyo militar, así como el entrenamiento y suministro de armas— que el Ejército Libre de Siria había decapitado a seis cautivos. Seis prisioneros que tenían bajo su control, fueron decapitados, justo después disparar hasta la muerte— justo después de matar a tiros a un estadounidense quien había sido capturado por ISIS. Por lo tanto, esta es una guerra en la que los crímenes de guerra, este tipo de actos de brutalidad absoluta, se están llevando a cabo en todos los bandos. Y la idea de que en respuesta a esto, debe haber una respuesta militar, de que vamos a ir a la guerra en contra de un acto criminal, un horrible acto criminal, simplemente no va a funcionar mejor de lo que lo hizo en 2001.

AMY GOODMAN: Phyllis Bennis, en declaraciones al programa Face the Nation durante el fin de semana, el secretario de Estado John Kerry hizo énfasis en el papel de la oposición siria en la lucha contra ISIL.

JOHN KERRY: La oposición siria se encuentra sobre el terreno. Y una de las cosas lamentables es que ha estado luchando contra ISIL ella sola durante los últimos dos años, y esa es una de las razones por las que su lucha no ha sido fácil. Ahora, con el apoyo aéreo y con el esfuerzo de otros países, verán aumentada su capacidad. Una de las cosas que el presidente ha incorporado a su plan es el esfuerzo por incrementar la formación, el equipamiento y la asesoría a la oposición siria. Y no puedo afirmar si algún otro país en la región va a mandar o no personal allá.

AMY GOODMAN: Este fue el secretario John Kerry, quién se encuentra en la cumbre internacional de París de la que han sido excluidos Irán y Siria. Phyllis Bennis, también Steven Sotloff, el periodista que fue decapitado, el portavoz de su familia, Barak Barfi, dijo que los sirios— los llamados rebeldes sirios “moderados”, a quienes se está hablando de dar apoyo, son los que vendieron a Steven Sotloff a ISIS. ¿Podría hablarnos sobre quién se beneficia de todo eso, y sobre el hecho de que EE.UU., curiosamente, y a pesar de que muchas de sus acciones estén en un segundo plano apoyando a Irán y Siria, esté excluyendo a estos dos países de la cumbre de hoy?

PHYLLIS BENNIS: Sí, de nuevo, esto es un movimiento político, no estratégico. La noticia que se divulgó después— perdón, tras las declaraciones del secretario Kerry durante el fin de semana, la noticia que salió a la luz ayer, por primera vez en la revista Politico, y ha sido reproducida ampliamente, es que existe una tregua firmada entre ISIS y al menos parte— no sabemos exactamente con cuántos de los más de mil diferentes grupos de la oposición siria, pero una parte importante de la oposición siria ha firmado una tregua con ISIS, acordando que mientras el régimen de Assad esté en el poder en Damasco, no van a luchar entre sí. Es un acuerdo de no enfrentamiento. Así que, esta noción de que de alguna manera la oposición siria va a luchar contra ISIS simplemente no es realista. Es cierto que ha habido sectores de la oposición siria que han desafiado a ISIS, pero la idea de que ahora, con las nuevas armas estadounidenses, van a combatir contra ISIS simplemente no es realista. Han anunciado públicamente la firma de una tregua con ISIS, y eso significa que todas las armas de Estados Unidos y todo el entrenamiento dado por lo menos a un sector de la oposición siria— y hay que recordar que estas organizaciones son muy variables y cambian bastante de un momento a otro— todas esas armas y ese entrenamiento va a fortalecer a ISIS en cuanto a su valor y a su propia capacidad militar, porque ahora hay esta tregua. Así que la idea de que la oposición siria va a ser un aliado de Estados Unidos en contra de ISIS, que, como usted dice, Amy, apoya objetivamente a los regímenes de Siria e Irán, al tiempo que no permite a estos países participar en las negociaciones diplomáticas sobre cuál es la mejor manera de enfrentar a ISIS, lo cual revela la naturaleza política de este tipo de negociaciones. Lo hemos visto antes en esta crisis. Hace dos años, cuando la ONU trató de iniciar las conversaciones para hacer frente a la emergente guerra civil en Siria, Estados Unidos dijo que Irán no podía participar. Y de alguna manera, todo el mundo estuvo de acuerdo con eso. Y no debe sorprender, que al no tener a todos los actores en la mesa, la diplomacia falle. Es probable que esta vez suceda lo mismo. Objetivamente, al gobierno sirio le interesa que ISIS sea el blanco. Hemos escuchado al presidente Obama afirmar en su discurso que el régimen sirio ha perdido su legitimidad. Pero es bastante interesante que no hayamos escuchamos una repetición de su llamado constante a que el régimen sea destruido. Él afirmaba antes: “Ese régimen debe terminar. Assad debe irse. No puede permanecer en el poder”. No escuchamos nada de eso en el discurso del presidente Obama. Escuchamos un pequeño comentario acerca de que el régimen ha perdido su legitimidad, pero sin consecuencias. Así que hay una especie de acuerdo tácito. Tal vez está teniendo lugar entre bambalinas, tal vez sólo a través de guiños y gestos, y se está dejando fuera de los discursos, pero es evidente de que existe un cierto acuerdo entre EE.UU. y el régimen sirio sobre que en este momento el blanco va a ser ISIS. Lo mismo ocurre con Irán. Irán es un actor importante en la región, y la negativa de Estados Unidos a reconocerlo significa que cualquier acción diplomática probablemente va a resultar fallida.

NERMEEN SHAIKH: Phyllis Bennis, por descontado el Ejército Libre de Siria ha negado las informaciones acerca de la tregua con ISIS. ¿Podría explicar el argumento que usted aporta en varios de sus artículos acerca de que es probable que esta campaña de bombardeos lo único que hará será fortalecer a ISIS, tanto en Irak como en Siria? ¿Cómo podría pasar esto?

PHYLLIS BENNIS: Bueno, si nos fijamos en la situación en Irak, cuando hay bombardeos estadounidenses contra ISIS, lo que escuchamos en la prensa en Estados Unidos, y entre el público, y, desde luego, en la Casa Blanca y en el Departamento de Estado, es “¡Bien! ¡Hurra! Hemos acabado con los chicos malos”. Pero la percepción en Irak es muy diferente, particularmente para los sunitas iraquíes, que constituyen alrededor del 12 por ciento de la población, y que han sido desposeídos de la posición privilegiada de la que han disfrutado durante las décadas previas a la invasión y ocupación de Estados Unidos. Y en los últimos años, durante el gobierno de Maliki, respaldado por Estados Unidos, la falta de privilegio se convirtió en represión severa, en la que comunidades enteras fueron bombardeadas, esas poblaciones no sólo perdieron sus trabajos, sino que se enfrentaron al encarcelamiento masivo, fueron torturados en las cárceles, y ejecutados de forma masiva. Así que la represión fue muy, muy fuerte. Lo que vemos ahora, cuando EE.UU. combate a ISIS, es que la percepción es que: Aquí está EE.UU. actuando como la fuerza aérea de los chiítas y los kurdos contra los suníes. Eso no va a sentar bien entre los líderes sunitas, los líderes tribales que han ofrecido a sus milicias para dar apoyo a ISIS; ni a los ex generales sunitas, muchos de los cuales están ahora luchando junto a ISIS y suministrando a ISIS liderazgo militar con experiencia; y tampoco a los sunitas ordinarios, a quien no les gusta lo que ISIS representa. Estas son personas bastante seculares. Beben, fuman y son ciudadanos del mundo moderno. No están tratando de volver al siglo VII, como ISIS. Pero a pesar de todo, están dispuestos a aliarse con ISIS debido a que la represión a la que se enfrentan por parte del gobierno sirio— perdón, del gobierno iraquí, ha sido tan profunda que están dispuestos a aliarse con cualquiera que esté listo para luchar. Por lo tanto, el nuevo gobierno que está ahora en el poder en Bagdad puede representar un esfuerzo por ampliar el gobierno, pero eso no lo hemos visto aún. Y lo más importante, la población sunita de Irak aún no lo ha visto. Así que cada vez que EE.UU. lanza bombas, se percibe como una señal más de que nada ha cambiado, que los sunitas en Irak continúan siendo el objetivo de las fuerzas kurdas y chiítas respaldadas por Estados Unidos, y ahora tal vez respaldadas por otros gobiernos regionales e internacionales.

AMY GOODMAN: Phyllis, una última pregunta para terminar, sobre Arabia Saudita. Se trata de la financiación de ISIS y la relación entre Estados Unidos y Arabia Saudita, ¿por qué cree que esto es tan importante?, y, si se ejerciera presión en el sentido que usted considera correcto, puede ser que no fuera necesario llevar a cabo ningún tipo de bombardeo.

PHYLLIS BENNIS: Absolutamente. Ya sabe, Arabia Saudita es la fuente de la mayor parte del dinero, de acuerdo a lo que indican todos los informes, eso va a parar a ISIS, así como a otros grupos islamistas y organizaciones, como el Frente al-Nusra, la franquicia oficial de al-Qaeda, entre otros. Algunos de los fondos provienen probablemente del gobierno, aunque esto nunca ha sido confirmado. Pero esa es una sociedad que está muy controlada, donde si hubiera un interés por parte del gobierno para frenar a sus propios ciudadanos, ya sean príncipes saudíes o ciudadanos de a pie, quienes son la fuente de una gran parte del dinero que financia estas organizaciones, incluyendo a ISIS, eso podría evitarse. El gobierno saudí ha sido muy claro en mantener a ISIS fuera Arabia Saudita. El hecho de que EE.UU. tenga una base enorme en la región los hace muy vulnerables para aquellos que ven el rol de EE.UU. como algo a lo que enfrentarse, algo a lo que oponerse. Los saudíes no quieren hablar de esa alianza con Estados Unidos. Pero han destinado 60 millones de dólares a comprar armas a Estados Unidos durante estos últimos dos años. Muchas de esas armas son las que están terminando en las manos de ISIS. Son armas estadounidenses y sauditas las que están terminando allí. Ya se trate de individuos o funcionarios del gobierno, ese dinero está llegando en gran parte de Arabia Saudita, y de otras partes de la región, también de Qatar, de Kuwait, de Emiratos Árabes Unidos, de varios países, pero Arabia Saudita es la pieza clave de todo eso. Y la alianza entre Estados Unidos y Arabia Saudita es tal, que si Estados Unidos opta por desafiar a los vendedores de armas en este país, que están enriqueciéndose a costa de esta nueva guerra, de esta guerra de Irak 3.0, se podría decir— si estuvieran dispuestos a desafiar a los proveedores de armas, y así desafiar al gobierno saudí, eso podría suponer un esfuerzo auténtico para poner fin a la financiación y al suministro de armamento a estas terribles organizaciones como ISIS.

AMY GOODMAN: Queremos darle las gracias, Phyllis, por estar con nosotros. Phyllin Bennis es miembro del Instituto de Estudios Políticos, ha escrito varios libros, entre ellos “Antes y Después: La política exterior de EE.UU. y la crisis del 11 de septiembre”. Vamos a enlazar a su artículo en The Nation titulado “El discurso diplomático que Obama debió haber dado anoche”. Esto es Democracy Now! ¿Quiénes son las personas que estamos viendo en televisión? ¿Cuál es su interés en ir a la guerra? ¿Están siendo identificados debidamente por las cadenas de televisión o simplemente están siendo calificados como ex generales o expertos? Quédense con nosotros.

Traducido por Clara Ibarra e Igor Moreno. Editado por Igor Moreno y Democracy Now! en Español

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