Nueva película expone el encubrimiento y la falta de cuidado de las universidades frente a agresiones sexuales

Reportaje28 de enero de 2015

Un jurado de Tennessee ha declarado culpables a dos ex jugadores de fútbol americano de la Universidad Vanderbilt por la violación de una estudiante, mientras se encontraba inconsciente en una habitación de la residencia estudiantil. Para profundizar esta información, analizamos un nuevo documental, pionero en abordar el tema de las agresiones sexuales en los campus universitarios de todo el país. A partir de la sentencia que los declara culpables de un total de 16 delitos graves, incluyendo el de violación agravada, Brandon Vandenburg y Cory Batey pueden llegar a pasar décadas en prisión. Otros dos ex jugadores de fútbol americano de Vanderbilt, Brandon Banks y Jaborian McKenzie, están esperando del juicio por su participación en la violación. Sin embargo, es muy poco común que estudiantes acusados de agresión sexual reciban un castigo efectivo, como ha sucedido en estos juicios. Estrenado en el Festival de Cine de Sundance, el documental “The Hunting Ground” (El coto de caza) muestra cómo las universidades de todo el país encubren las agresiones sexuales y no logran dar una protección adecuada a las estudiantes frente a agresores reincidentes. Hablamos con el director de la película, Kirby Dick, y su productora, Amy Ziering. Su anterior película, “The Invisible War” (La guerra invisible), que expone el carácter epidémico de las agresiones sexuales dentro del ejército, fue ganadora del Premio del Público en la edición 2012 del Festival de Sundance y nominada a un premio Oscar.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Estamos transmitiendo desde el Festival de Cine de Sundance en Park City, Utah, donde se acaba de estrenar un documental sobre la violencia sexual en los campus universitarios. También en estos días, en Tennessee ha tenido lugar una importante sentencia vinculada a esta problemática. Un jurado de Nashville ha declarado culpables a dos ex jugadores de fútbol americano de la Universidad de Vanderbilt por la violación de una compañera de estudios en un dormitorio de la universidad. Con esta condena, que los declara culpables de un total de 16 delitos graves, incluyendo el de violación agravada, Brandon Vandenburg y Cory Batey pueden llegar a pasar décadas en prisión. Otros dos ex jugadores de fútbol americano de Vanderbilt, Brandon Banks y Jaborian McKenzie, están esperando del juicio por su participación en la violación. La víctima, que estaba inconsciente en el momento del hecho, dice que no recuerda haber sido violada, pero sus agresores tomaron fotografías y filmaron el ataque. El martes, después del veredicto, la asistente del fiscal de distrito, Jan Norman, leyó una declaración de la víctima.

JAN NORMAN: “También tengo la esperanza de que la publicidad que ha recibido este caso impulse un debate sobre cómo terminar con la violencia sexual en los campus universitarios. Por último, quiero recordarles a las otras víctimas de la violencia sexual que no están solas. Y que ustedes no tienen la culpa”. Gracias.

AMY GOODMAN: Lo ocurrido en Vanderbilt, el castigo a estudiantes universitarios acusados ​​de violación, tanto de parte de su universidad como por el sistema judicial, es algo muy poco común. Después de que se presentaran cargos penales en su contra, los cuatro estudiantes fueron expulsados ​​del equipo de fútbol americano y se les prohibió el acceso al campus. Uno de los estudiantes, Jaborian McKenzie, se matriculó en otra universidad, Alcorn State, donde sí se le permitió jugar al fútbol americano a pesar de los cargos que había en su contra. Aunque luego lo sacaron del equipo, ante la tormenta que generó el tema en los medios. Un quinto jugador, Chris Boyd, se declaró culpable de haber ayudado a encubrir la violación y aceptó testificar en contra de los otros sospechosos, luego de lo cual se le concedió la libertad condicional. También fue expulsado del equipo de fútbol americano, pero se le permitió conservar su beca y terminar sus estudios en Vanderbilt. Más adelante, Boyd ingresó a la Liga Nacional de Fútbol Americano como miembro del equipo de reserva de los Dallas Cowboys. Mientras tanto, aquí en el Festival de Cine de Sundance en Park City, Utah, se ha estrenado una película que es pionera en tratar el tema de la agresión sexual en los campus universitarios y muestra lo poco comunes que son condenas penales a agresores como las de Vanderbilt. “The Hunting Ground” (El Coto de caza) fue realizado por Kirby Dick y Amy Ziering, también realizadores del documental “La guerra invisible”, nominado al Oscar en 2012. Este es el tráiler de “The Hunting Ground” (El coto de caza), su última película.

KAMILAH WILLINGHAM: Me llamaron de la secretaría de admisiones y me preguntaron: “Si fueras admitida en Harvard, ¿aceptarías ir?” Y le dije que sí, porque mi mamá me mataba si llegaba a decir otra cosa.

MUJER NO IDENTIFICADA: Conocí a algunas de mis mejores amigas durante las primeras semanas. Y dos de nosotras fuimos agredidas sexualmente aun antes de que comenzaran las clases.

KAMILAH WILLINGHAM: Fui a la oficina de bienestar estudiantil y la responsable me dijo: “Sólo quiero estar segura de que no hablarás con nadie sobre esto”.

CAROLINE HELDMAN: Protegen a los agresores porque tienen un incentivo financiero para hacerlo.

HOMBRE NO IDENTIFICADO: El problema de la agresión sexual en los campus es enorme.

MUJER NO IDENTIFICADA: Creo que hay motivos para decir que estos crímenes terminan siendo encubiertos. Hay una gran tendencia a culpar a la víctima.

MUJER NO IDENTIFICADA: Él nos dio una charla explicando por qué no debíamos llevar faldas cortas.

MUJER NO IDENTIFICADA: Me dijeron que, a pesar de que yo tenía su admisión de culpa por escrito, que ya se las había mostrado, que eso sólo demostraba que él me amaba.

MUJER NO IDENTIFICADA: Las desanimaron de acudir a la policía. Si esto llega a la policía, entonces es más probable que termine figurando en el registro público.

HOMBRE NO IDENTIFICADO: Las universidades están cuidando su nombre.

HOMBRE NO IDENTIFICADO: La policía del campus no puede ir a contactar a un deportista.

DON McPHERSON: Ganó el Trofeo Heisman cuando su ADN era parte de las muestras obtenidas en un caso de violación.

DAVID LISAK: Simplemente es cuestión de hablar con las estudiantes y preguntarles: “¿Cuáles son las zonas conflictivas?”

MUJER NO IDENTIFICADA: SAE (sigla de una fraternidad universitaria) se convirtió en “agresión sexual esperable”.

MUJER NO IDENTIFICADA: Entre los reclamos presentados a las aseguradoras en contra de las fraternidades, el segundo más frecuente es por violación.

CAROLINE HELDMAN: El nombre de su violador aparecía denunciado en otros dos casos, y aun así se le permitió volver al campus.

MUJER NO IDENTIFICADA: El mensaje es claro: ustedes no van a ganar.

MUJER NO IDENTIFICADA: Empezamos a ver, bueno, cómo era la situación en las universidades de todo el país.

MUJER NO IDENTIFICADA: Hola.

MUJER NO IDENTIFICADA: Hola.

MUJER NO IDENTIFICADA: ¿Cómo puede ser que nadie haya conectado estas cosas antes?

MUJER NO IDENTIFICADA: Estas estudiantes pasaron de ser víctimas de la violencia sexual a ser sobrevivientes, y ahora son activistas.

CAROLYN LUBY: Me llamo Carolyn Luby.

ALEXA SCHWARTZ: Me llamo Alexa Schwartz.

ARI MOSTOV: Me llamo Ari Mostov.

MUJER NO IDENTIFICADA: Este es un problema nacional.

MUJERES NO IDENTIFICADAS: ¡Estamos hartas!

MUJER NO IDENTIFICADA: me estaban amenazado y les estaba funcionando para hacerme callar; yo estaba aterrorizada.

MUJER NO IDENTIFICADA: Pensé que si les contaba lo sucedido, tomarían alguna medida. Pero la única medida que tomaron fue en mi contra.

MUJER NO IDENTIFICADA: Tenemos mucho camino por recorrer.

AMY GOODMAN: Veíamos el avance de “The Hunting Ground”. Tuve la oportunidad de entrevistar a los cineastas, Kirby Dick y Amy Ziering apenas llegamos aquí a Park City. Su película “La Guerra invisible”, del año 2012, expuso el tema de la agresión sexual dentro del ejército, impulsando cambios en las políticas. Es un tema que sigue siendo foco de atención ya que justo esta misma semana un ex fiscal militar que actuaba como supervisor en casos de agresión sexual, fue declarado culpable de violación. El mayor Erik Burris fue juzgado por un consejo de guerra y condenado a 20 años de prisión. Comencé la entrevista preguntándole a Amy Ziering, productora de “The Hunting Ground”, cómo fue que ella y Kirby Dick decidieron hacer una película sobre la violencia sexual en los campus universitarios.

AMY ZIERING: No teníamos pensado hacer otra película sobre este tema, pero cada vez que proyectábamos “La Guerra invisible” en una universidad, Amy, alguien se nos acercaba y nos decía: “Esto mismo me pasó a mí, aquí, y hay un montón de analogías entre lo que ustedes muestran que pasa en las fuerzas armadas y lo que esta pasando en mi universidad”. Y a Kirby le pasaba lo mismo, en cada, en casi todas las proyecciones, en diferentes universidades del país. Y también empezamos a recibir cartas por correo electrónico, diciendo: “Estimada Sra Ziering, Estimado Sr. Dick: ¡Por favor, hagan una película sobre las agresiones sexuales en los campus universitarios! Esto me sucedió en tal universidad”. Y nosotros de hecho estábamos trabajando en un proyecto muy diferente, pero bueno, nos miramos y supimos que no podíamos no hacer esta película. O sea, nos impactó saber que esto estuviera sucediendo y sentimos que, bueno, realmente conocemos el tema y sabemos cómo hacer una película de este tipo, así que sentimos que teníamos que hacerla.

AMY GOODMAN: Amy, fui a una de las proyecciones aquí en Sundance y la respuesta de la gente fue abrumadora. Te asediaron a la salida. Vi que una mujer se te acercó y te dijo: “Eso le pasó a mi hija”.

AMY ZIERING: Eso pasa, sí, también con esta película también, sí.

AMY GOODMAN: Y dijo que eso le había pasado a su hija.

AMY ZIERING: Sí, sí, y también hay madres que vienen y dicen: “Eso me pasó a mí hace 30 años en Dartmouth”. Me ha pasado varias veces. “A mí me pasó hace 30 años. Gracias por hacer esto. En ese momento no pude decir nada”.

AMY GOODMAN: Kirby, esta película no es sólo acerca de personas que han sido gravemente heridas, o sea, agredidas sexualmente, violadas; también se trata de mujeres que se están organizando actualmente en todo el país. Y quienes impulsan ese movimiento son dos mujeres de la Universidad de Carolina del Norte —ambas de ellas fueron violadas— llamadas Annie Clark y Andrea Pino. Son extraordinarias. Una fue agredida varios años después que la otra, pero se encontraron. Ahora están recorriendo el país, ayudando a las víctimas de violencia sexual de diferentes universidades a entablar demandas por discriminación ante el Departamento de Educación, bajo el Título IX de las Enmiendas de Educación. Las dos fueron violadas al inicio de su carrera universitaria, ¿verdad?

KIRBY DICK: Sí, ambas fueron agredidas, según creo, en su primer o segundo año en la universidad, sí. Y entonces, Andrea se enteró del activismo que Annie Clark había hecho hacía tres o cuatro años y la buscó, y se generó un vínculo entre ellas. Y luego iniciaron, o sea, Annie estaba horrorizada de que estas cosas siguieran pasando. Entonces, juntas decidieron ponerse a hacer algo. Y lo primero que hicieron fue comenzar a investigar cómo presentar una demanda bajo el Título IX. Así que ellas solas, sin ningún abogado, redactaron y presentaron una denuncia contra la universidad, que fue aceptada por el Departamento de Educación.

AMY GOODMAN: Amy, una de las partes más exasperantes de la película es la respuesta —o la falta de respuesta— de parte de las autoridades universitarias. O sea, en el caso de Annie Clark, que ahora es una de las dirigentes de un importante movimiento nacional contra la violencia sexual, cuando fue violada y acudió a la dirección de la Universidad de Carolina del Norte, uno de los funcionarios le dijo: “Esto es como un partido de fútbol americano” ¿Qué cosa es como un partido de fútbol americano?

AMY ZIERING: La violación es como el fútbol americano: tienes que reflexionar sobre lo que hubieras hecho diferente, al igual que lo harías en cualquier jugada en cualquier juego. Eso fue lo que ella dijo que el administrador le había dicho.

KIRBY DICK: Bueno, este tipo de cosas era lo que nos resultaba tan terrible, o sea, hicimos entrevistas filmadas con más de 60 mujeres, y hombres, y estábamos, bueno, una y otra y otra vez, escuchábamos las historias de estas mujeres que fueron agredidas, lo que fue profundamente, bueno, fue traumatizante para ellas. Pero ellas confiaban en su universidad. Acudieron a su universidad. Tuvieron el valor de decirlo, de hablar sobre ello y confiaron en que su universidad haría lo que tenía que hacer. Y en muchísimos casos, escuchamos esta tendencia a culpar a la víctima, con argumentos como: “Fue tu culpa”, o “bebiste demasiado. Estabas vestida de una forma demasiado provocadora”. Y esto pasaba en todo el espectro de universidades, tanto en las de mayor prestigio como en las del sur, como en las pequeños institutos de artes liberales. Muy impactante.

AMY GOODMAN: Amy, ¿puedes dar algunos de los ejemplos de los castigos impuestos a los estudiantes? O sea, en pocas ocasiones se los responsabiliza del hecho ¿pero qué sucede en los casos en que sí se los castiga?

AMY ZIERING: Ah, los castigos son ridículos. En un caso fue una multa de 75 dólares, en otro una multa de 25 dólares. En otro, un trabajo sobre un libro, un afiche con 10 maneras de acercarse a una chica que te gusta. ¿Cómo era otro, en otra escuela?

KIRBY DICK: Bueno, eran 50 horas de servicio comunitario en un centro de atención a víctimas de violación.

AMY GOODMAN: ¿A un agresor se le hace servir en un centro para víctimas de violación?

KIRBY DICK: Sí, sí, es de lo más absurdo.

AMY GOODMAN: Kirby, en la película muestran pantallas con estadísticas de la cantidad de personas que denuncian violaciones o agresiones sexuales en los campus, que de por sí es un número muy pequeño en comparación la cantidad total de violaciones o agresiones, pero qué pasa con ese número en comparación con la cantidad de personas expulsadas. En una universidad tras otra, las estadísticas en la pantalla muestran un inmenso cero, ¿es así?

KIRBY DICK: Sí, sí. O sea, esto es, bueno, es lo que nos resultó tan impactante, que estas universidades, o sea, sabemos que hay agresiones sexuales en cada una de estas universidades cientos de veces al año, tal vez incluso miles de veces al año, y sin embargo no expulsan a nadie por eso, año tras año, tras año. Bueno, en la Universidad de Virginia, por ejemplo, en cierto período de tiempo se denunciaron más de 200 agresiones —y recuerden que estamos hablando sólo de las agresiones denunciadas— y nadie fue expulsado durante ese período.

AMY GOODMAN: Hay otra cosa que esta película plantea muy profundamente. Nos hace ver cómo las universidades muy frecuentemente están interesadas en proteger su nombre más que a la víctima y por eso no quieren denunciar estos ataques. No quieren expulsar a nadie. Y, sin embargo, cuando se trata de los llamados “delitos de honor”, como el plagio, se expulsa a decenas de personas. Explíquennos cómo es esto.

KIRBY DICK: Bueno, una de las cosas lamentables sobre este tema, es que se maneja con muy poca transparencia en las universidades, en todo el país, por lo que se hace muy difícil conseguir incluso estas cifras. Tuvimos la suerte de obtener las cifras de la Universidad de Virginia, que no ha expulsado a nadie por agresión sexual durante un período de varios años y sin embargo han expulsado, creo, cerca de 200 personas por infracciones mucho menores, como el plagio. Esto dice mucho, realmente, acerca de las prioridades de la institución y muestra, bueno, que su principal prioridad no es la protección de sus estudiantes.

AMY GOODMAN: En “The Hunting Ground” hay entrevistas a personas de todas las perspectivas; mujeres y hombres que han sido agredidos sexualmente y también hay un violador, que ha salido de la cárcel y se lo muestra con el rostro borroso. Cuéntennos su historia.

KIRBY DICK: Bueno, lo que él dice es, o sea, una de las cosas que nuestra película muestra es que, al igual que en las fuerzas armadas, estos crímenes son cometidos por un número pequeño de hombres, un porcentaje pequeño de hombres. O sea, la mayoría de los hombres no son violadores. La mayoría de los hombres y de los deportistas, bueno, la mayoría de los deportistas no son violadores. La mayoría de los hombres que integran las fraternidades no son violadores. Sino que es un pequeño porcentaje de hombres el que comete estos delitos, y los cometen una y otra vez. Así que, en realidad, el núcleo del problema son los reincidentes. De modo que tuvimos la posibilidad de entrevistar a uno de ellos y él nos contó cómo es el modus operandi de un reincidente, que es, bueno, se escoge a alguien que parece, que no parece tener gente amiga a su alrededor, que se emborracha, que se siente segura en el ambiente universitario, y luego se hace amigo de ella. Y lo que él dice es que es algo que, bueno, se puede hacer una y otra vez. Y, de hecho, dijo que si no los atrapan, la probabilidad de que repitan la agresión es, en sus palabras, casi del 100%.

AMY ZIERING: Y quiero añadir que en base a toda la investigación que hicimos, y nuestro conocimiento sobre el tema, fue que quisimos llamar a la película “The Hunting Ground” (El Coto de caza) y mostrar que de hecho se trata de un acto calculado, premeditado. No es una cita que salió mal. No es una cuestión de mala comunicación entre un chico y una chica. No se trata de las cuestiones que la gente intuitivamente piensa que tienen que ver con esto, como “Oh, no podemos hacer nada al respecto. Los chicos toman. ¿Qué se puede hacer?” En realidad no es así, y eso, creo yo, es realmente impactante y revelador. Y es lo que la gente necesita saber y entender.

AMY GOODMAN: También entrevistan a un agente de la policía del campus de la Universidad de Notre Dame, que finalmente renunciaría a su cargo porque sentía que se le impedía llevar a cabo las investigaciones correspondientes sobre las denuncias de agresión sexual. Él cuenta que a la policía del campus no se le permitia acercarse a ningún estudiante deportista, ni a los empleados de las instalaciones u oficinas de deportes para averiguar el paradero de algún deportista.

AMY ZIERING: Es que ese es el problema. No es que, bueno, los deportistas sean violadores. El problema es que tenemos un sistema que no funciona y que permite que se comentan crímenes sin que haya ningún tipo de repercusión.

KIRBY DICK: Sí, es…

AMY ZIERING: Están protegidos, ¿verdad? O sea, es una locura. Y a eso es realmente a lo que queremos llegar diciendo que es un coto de caza, es un lugar donde la gente no está segura, no porque haya una preponderancia de agresores, sino porque los mecanismos para procesar a esas personas no funcionan, ni hay incentivos para hacerlos funcionar.

AMY GOODMAN: Kirby Dick, las estadísticas son impresionantes. Se habla de que, a nivel nacional, entre un 16 y un 20% de las mujeres que cursan su carrera de grado han sido agredidas sexualmente en los campus universitarios, aclarando que el 88% de las mujeres violadas en los campus universitarios no hacen la denuncia. ¿Ochenta y ocho por ciento? En 2012, el 40% de las universidades no denunció ninguna agresión sexual. Y menos del 8% de los hombres comete más del 90% de los ataques, ¿es así?

KIRBY DICK: Sí, o sea, esto es, bueno, es increíble. De nuevo, por supuesto, la última cifra tiene que ver con el hecho de que se trata de agresores reincidentes, o sea, que no se trata de un polvo entre borrachos, ni es la palabra de ella contra la de él. Se trata de, realmente, bueno, otra manera de nombrarlo es “violación planificada”, lo que significa que estos son hombres que hacen esto una y otra vez, y cada vez lo hacen mejor.

AMY GOODMAN: En septiembre entrevistamos a Emma Sulkowicz, que también aparece en “The Hunting Ground”. Emma Sulkowicz es una estudiante de la Universidad de Columbia que dice que fue violada por otro estudiante. Cuando denunció la agresión ante las autoridades de Columbia, tuvo que presentarse ante un tribunal disciplinario, donde la obligaron a explicarle a un funcionario de la universidad cómo era físicamente posible la manera dolorosa en que la habían violado. Luego, el panel dictaminó que el acusado no era responsable de la agresión. Otras dos mujeres también presentaron denuncias contra el mismo estudiante. Entonces, como forma de protesta, Emma Sulkowicz prometió recorrer el campus con un colchón del dormitorio universitario hasta que el estudiante sea expulsado o bien se vaya por su cuenta. Y en su charla con Democracy Now! ella nos explicó por qué eligió esta forma de protesta.

EMMA SULKOWICZ: A mí me violaron en mi propia cama. Y, por supuesto, una violación puede ocurrir en cualquier lugar, pero en mi caso, eso como que profanó uno de los lugares más íntimos y privados de mi vida. Y el hecho de que tuve que sacar mi historia de un lugar tan íntimo y hacerla pública, se expresa en la acción de sacar el colchón a la luz para que todos lo vean. Así que me pareció una metáfora apropiada.

AMY GOODMAN: Escuchábamos a Emma Sulkowicz, estudiante de la Universidad de Columbia, en una entrevista con Democracy Now! La senadora por Nueva York Kirsten Gillibrand la acaba de convocar para que asista al discurso sobre el estado de la Unión como su invitada. ¿Pueden contarnos cómo se están movilizando estas mujeres, al sentir que sus denuncias y acusaciones de violación y agresión sexual no son tomadas en serio por las autoridades universitarias? Están construyendo un movimiento en todo el país.

KIRBY DICK: Es increíble lo que han logrado, lo que, jóvenes como Emma, y Annie y Andrea, a quienes presentamos en nuestra película. O sea, en dos años, esto ha pasado de ser algo sobre lo que no se hablaba a algo que sale todos los días en primera plana. Pero quiero aclarar que esto es sólo el principio. Depende de todos nosotros, realmente, o sea, madres y padres, docentes, el cuerpo de profesores, los directivos, todos, poder resolver este problema, porque es algo que ocurre hace décadas.

AMY GOODMAN: Ahora hay muchas universidades e institutos de todo el país que están siendo investigadas, ¿es así?

KIRBY DICK: Sí, creo que ahora hay unas 95 instituciones que están siendo investigadas por violaciones al Título IX. Y, bueno, esas investigaciones demoran mucho, mucho tiempo. O sea, hasta ahora, bueno, aplaudo al Departamento de Educación por encarar el asunto, pero las universidades no deberían esperar a ser investigadas. Deberían encargarse de resolver este problema por sí mismas antes de que pase algo.

AMY GOODMAN: Para ir cerrando, ustedes hicieron “La Guerra invisible”, que fue muy aclamada y verdaderamente contribuyó a iniciar un movimiento nacional para hacer frente a las agresiones sexuales dentro del ejército. Y el gran logro, especialmente en el Congreso, es haber sacado las investigaciones sobre el tema de la cadena de mando militar, porque a menudo los comandantes están involucrados, ya sea como encubridores o tal vez incluso como agresores. Ahora, con esta película, “The Hunting Ground” hablando de agresiones sexuales en los campus universitarios, ¿se espera que este movimiento que está creciendo en todo el país logre algo similar, en cierto sentido, que se saque la investigación de la cadena de mando universitaria, de la potestad de la universidad que está protegiendo su nombre?

AMY ZIERING: Sí, algo de eso hay. O sea, una de las soluciones que la gente ha propuesto es que haya organismos independientes para investigar estos delitos, que no respondan a la universidad, como para poder evitar el sesgo inherente que tienen las investigaciones de la universidad. Y eso haría, eso garantizaría un proceso más justo, sea ​​cual sea el resultado. Así que sí, eso es algo que mucha gente está impulsando y proponiendo, y una de las cosas que recomendamos nosotros.

AMY GOODMAN: Veíamos nuestra entrevista con la productora Amy Ziering y el director Kirby Dick. Su película “The Hunting Ground” (El Coto de caza), sobre la violencia sexual en los campus universitarios, se acaba de estrenar aquí en el Festival de Cine de Sundance. Su anterior película, “La Guerra invisible”, sobre la violencia sexual dentro de las fuerzas armadas, ganó el Premio del Público del Festival de Sundance en 2012 y fue nominada a un premio Oscar. Cuando regresemos, tendremos una entrevista con una de las principales voces del Senado que abogan por cambiar la forma en que las universidades y el ejército actúan frente a la violencia sexual: la senadora por California Barbara Boxer. Hablaremos sobre su proyecto de ley, de sus planes para la jubilación, y por qué apoya la autorización del presidente Obama para la guerra. Esto es Democracy Now! Estamos transmitiendo desde Park City TV. Regresamos en un minuto.

Traducido por Alfonso Moreno. Editado por Verónica Gelman, Igor Moreno Unanua y Democracy Now! en Español.

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