Una muestra de arte recrea la celda diminuta donde el fallecido Herman Wallace pasó 42 años aislado

Reportaje17 de abril de 2015

Hablamos con la artista Jackie Sumell de Nueva Orleans sobre su colaboración con el ex preso y miembro de la agrupación Panteras Negras, Herman Wallace. Como Democracy Now! informó en octubre de 2013, Wallace murió días después de ser liberado de casi 42 años en aislamiento, tras la anulación de su condena. Era uno de los Tres de Angola condenados por el asesinato de un guardia de la cárcel en 1972, pero siempre se declaró inocente y dijo que habían sido acusados por su activismo político. El proyecto en el que Wallace trabajó con Sumell empezó cuando ella le preguntó “¿Con qué tipo de casa sueña un hombre que pasó más de 30 años en una celda de 1,8 por 2,7 metros?” Se puede ver su respuesta en la muestra llamada “#76759: Featuring the House That Herman Built” (#76759: presentación de la casa que Herman construyó). La muestra se inauguró esta semana en la sede central de la Biblioteca Pública de Brooklyn; la muestra cuenta con una réplica de la celda de Wallace en tamaño natural, una selección de su correspondencia con Sumell, libros de su lista de lecturas y en el hall central de la biblioteca, un modelo de casa soñada que él diseñó.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

JUAN GONZÁLEZ: Terminamos el programa de hoy con el producto de la colaboración entre la artista Jackie Sumell de Nueva Orleans y el ex Pantera Negra Herman Wallace, que pasó años en prisión. Como informamos en octubre de 2013, Wallace murió pocos días después de la anulación de su condena y su excarcelación tras casi 42 años en régimen de aislamiento. Era uno de los 3 de Angola condenados por el asesinato de un guardia de la prisión en 1972, pero siempre defendió su inocencia y sostuvo que habían sido incriminados por su activismo político.

AMY GOODMAN: El proyecto colaborativo entre Herman Wallace y Jackie Sumell comenzó cuando ella le preguntó: “¿Con qué tipo de casa sueña un hombre que pasó más de 30 años en una celda de 1,8 por 2,7 metros?” Su respuesta se puede ver en la exposición llamada: “#76759: Featuring the House That Herman Built” (#76759: presentación de la casa que Herman construyó). La muestra se inauguró esta semana en la sede central de la Biblioteca Pública de Brooklyn e incluye una réplica de la celda de Wallace en tamaño natural, fragmentos de su correspondencia con Jackie Sumell, libros de su lista de lecturas y también, en el hall principal de la biblioteca, un modelo de la casa que él diseñó como su casa ideal. Anoche, Jackie Sumell acompañó a Democracy Now! en su recorrido por la instalación.

JACKIE SUMELL: Soy Jackie Sumell. Es un honor para mí mostrarles mi exposición en la biblioteca de Brooklyn. Se llama “#76759: Featuring the House That Herman Built” (#76759: presentación de la casa que Herman construyó). Lo que están viendo ahora es un modelo a escala de la celda de Herman Wallace. Herman Wallace pasó 41 años en régimen de aislamiento, condenado por un crimen que no pudo haber cometido, en el estado de Louisiana. Veintisiete de esos años los pasó en esta celda.

Esta celda fue construida a partir de las dimensiones que Herman describe en su carta, que está enmarcada detrás de la celda. O sea que lo que hice fue recrear la celda basándome en sus dibujos. Así que, en cuanto a sus dimensiones, la celda es de 1,80 por 2,70, 2,40 metros. Y además he dibujado cada uno de los elementos que había dentro de la celda de la misma forma que Herman había dibujado los componentes y elementos que había en su celda. Entonces, entrando a la celda a la izquierda está la cama y el lavamanos-inodoro. Arriba de esto hay un espejo. En la esquina superior derecha hay una luz fluorescente.

Y luego, estos dos dibujos son la mesa y el banco. Una de las quejas de Herman era que los habían hecho incómodos a propósito y era casi imposible sentarse en ellos. O sea, el banco es terriblemente bajo y si te sientas en él tus rodillas apenas caben debajo del escritorio que es realmente muy pequeño. Y no se lo puede mover. Entonces estas cosas ocupaban una gran parte del preciado espacio dentro de la celda y encima no servían. Herman decía que lo que solía hacer era quitar el colchón de su cama y usar la cama como escritorio, sentándose en el suelo. Así que el único espacio que le quedaba realmente para caminar era ir y volver por este pasillo central de aquí.

Una cosa que me parece superhermosa de parte de la biblioteca, es que han juntado aquí, por primera vez, 108 de los libros que Herman dijo que pondría en la biblioteca de su casa ideal. Está “Democracia y Revolución”, de George Novack. Hay mucho de Stalin, mucho de Marx, mucho de Trotsky, lo que no necesariamente quiere decir que él se adhiriera a esta ideología, pero sí consideraba que era importante entender la teoría marxista. Por supuesto, está “The House That Herman Built” (La casa que Herman construyó). Una vez le pregunté: “Si pudieras leer sólo uno de los libros de tu lista, ¿cuál sería?” Y él dijo: “Sin dudas, sería 'Los condenados de la tierra', de Frantz Fanon”.

Y lo que vemos aquí es un modelo de la casa que Herman Wallace diseñó en el transcurso de los 12 años de nuestra correspondencia. Bueno, tiene planta baja muy grande. El piso superior está en su mayor parte ocupado por su dormitorio principal y un invernadero interior. Hay una rampa de escape, con un túnel que conduce al refugio subterráneo. Una piscina, con la Pantera Negra en el centro. Y también hay una casa de huéspedes. Uno de los momentos más extraordinarios de nuestro intercambio fue cuando él me describió por primera vez la casa de huéspedes y yo le envié dibujos, según lo que entendí que quería, y él dijo que era demasiado pequeña y los huéspedes podían sentir claustrofobia, así que mejor hiciéramos el frente de vidrio.

Para que se hagan una idea de la escala, él pidió que en baño del dormitorio principal hubiera un jacuzzi, de 1,8 por 2,7 metros. Y la celda en la que estaba era de 1,8 por 2,4 metros. Aquí en las vitrinas hay cartas de nuestro intercambio, y sus sobres. Es la primera vez que se exponen mis cartas, ya que Herman las tenía con él. Después de su muerte, la prisión me las envió de nuevo a mí. O sea, es realmente hermoso. Simplemente ver los pequeños detalles, todos los garabatos que hacía yo en sus sobres y todos los garabatos que hacía él en los míos, es simplemente un testimonio de nuestra amistad. Así que esto es una mezcla de los dibujos de Herman y mis dibujos y parte de la comunicación de ida y de vuelta. Y aquí se pueden ver algunos de los renders de la casa, que luego se convirtieron en un modelo, y luego en un modelo CAD, que ya es mucho más formal. Así que la casa está lista para ser construida, tan pronto como consigamos fondos. Y en estas vitrinas vemos un poco más del intercambio de cartas entre Herman y yo. También han incluido la necrológica de Herman en el New York Times y su última declaración, en la que se asume como servidor del pueblo hasta su último aliento.

Creo que es enormemente valiente de parte de la biblioteca realizar esta exposición. Porque es polémica en sí misma y por su contenido, y también abre un increíble tema de conversación. Así que, verdaderamente, es un gran honor para mí ser parte del proceso que se está dando en este espacio. Y ahora que las bibliotecas están redefiniendo su propósito en la sociedad, ya que la gente está sacando menos libros, esta biblioteca en particular ha tenido la valentía de promover el debate acerca de la desinstitucionalización y el análisis de la cultura del castigo en Estados Unidos. Así que dar pie a esos debates con esta exposición es un enorme honor para mí y lo considero absolutamente valiente de su parte.

AMY GOODMAN: Veíamos a la artista Jackie Sumell haciéndonos un recorrido por su muestra, llamada: “#76759: Featuring the House That Herman Built” (#76759: presentación de la casa que Herman construyó). que se exhibe en la sede central de la Biblioteca Pública de Brooklyn. Un agradecimiento especial a Elizabeth Press. También se acaba de publicar una versión actualizada del libro de Jackie: “The House That Herman Built” (La casa que Herman construyó). Mientras tanto, la condena del tercer miembro de los 3 de Angola, Albert Woodfox, también ha sido anulada, pero él aún permanece tras las rejas, ya que el estado está apelando su caso por tercera vez. Jackie Sumell está con nosotros hoy aquí, en Nueva York, aunque vive en Nueva Orleans. Muy brevemente, Herman Wallace fue liberado en octubre de 2013 por Jackson, un juez federal, que le dijo al encargado de la prisión que si no lo liberaba —se estaba muriendo de cáncer— lo iba a hacer encarcelar a él. Y recién ahí mandaron una ambulancia a la prisión y lo sacaron. Murió tres días después. Cuéntanos acerca de este proyecto que has iniciado para recordar a Herman y abordar el tema del régimen de aislamiento, y cómo encaja Albert Woodfox en esto.

JACKIE SUMELL: Sí, claro. Muchas gracias por invitarme. Es un honor enorme estar aquí. El proyecto en sí ha cambiado un poco su trama, porque durante los 12 años que trabajé conjuntamente con Herman como ser vivo que respiraba, se trataba de darle voz frente a la permanente persecución del sistema, que buscaba anular su voz, ¿verdad? Y ahora, el proyecto tiene más que ver con difundir su legado, su trabajo por abolir el uso prolongado del régimen de aislamiento y el castigo cruel e inusual de nuestro sistema penitenciario. Y por eso es que le hemos cambiado el nombre y lo llamamos ahora “# 76759”, para mostrar que el sistema penitenciario reduce al ser humano a un número, porque su principal objetivo es deshumanizar a nuestras familias, a nuestros seres queridos y a cualquier persona condenada, ya sea injustamente o no, por lo que se denomina delito en Estados Unidos.

JUAN GONZÁLEZ: ¿Y cómo fue que te involucraste con Herman y con el trabajo que hicieron conjuntamente durante tantos años?

JACKIE SUMELL: Bueno, conocí a un hombre increíble llamado Robert King, que acababa de ser liberado después de 29 años en régimen de aislamiento, que estaba preso en Angola condenado injustamente a 31 años. Y dio una charla en San Francisco, donde yo estaba estudiando un posgrado, y habló tan relajado y con tanto aplomo, claramente en paz consigo mismo, y a la vez, tan comprometido y decidido a cambiar el sistema. Reconocí que tenía algo que aprender de este hombre. ¿Sabes? me parecía una persona increíble. Así que simplemente le pregunté qué podía hacer. Y él dijo: “Escríbeles a mis camaradas”. Así que les empecé a escribir, tanto a Herman como a Albert. Fue justo en un momento en que metieron a Herman en el calabozo, que de hecho es un castigo más severo que el régimen de aislamiento en Angola. Y esa vez, lo habían metido en el calabozo por posesión de contrabando, que era un panfleto de un encuentro de las Panteras Negras, el encuentro por los 40 años de la organización. Y empecé a ver un deterioro en él, a través de sus escritos, en su dificultad para sostener una frase. O sea, su imaginación empezó a ahogarse. Y sentí que tenía que hacer algo.

AMY GOODMAN: Pues ahora, Herman ha muerto. Y Albert Woodfox sigue en prisión, aunque su condena ha sido anulada ¿tres veces?

JACKIE SUMELL: Sí, ¿no es eso increíble? Sirve para ilustrar algunos de los defectos de nuestro sistema judicial, La condena de Albert Woodfox ha sido revocada en tres ocasiones. El estado de Louisiana…

AMY GOODMAN: Él lleva 40 y tantos años en régimen de aislamiento ¿sí?

JACKIE SUMELL: Sí, el 17 de abril, que creo que es hoy ¿no? Hoy se cumple el año número 43 de confinamiento solitario de Albert Woodfox, sí. A pesar de que se ha anulado su condena, sigue en la cárcel del condado de West Feliciana, en régimen de aislamiento, porque el estado continúa apelando el fallo. Y ahora están impugnando la fianza. Así que tiene una audiencia para la fianza; presentó una solicitud de libertad bajo fianza ante la corte federal.

Traducido por Mela Peñalver. Editado por Verónica Gelman y Democracy Now! en Español.

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