Ada Colau: “Para conquistar derechos, muchas veces ha habido que desobedecer leyes injustas”

Original en Español11 de junio de 2015
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    AMY GOODMAN: Acabamos el programa de hoy en España, donde una activista de larga trayectoria en contra de los desalojos ha sido elegida como la alcaldesa de Barcelona, convirtiéndose así en la primera mujer alcalde de esta ciudad. Ada Colau es cofundadora del grupo antidesalojos Plataforma de Afectados por la Hipoteca y fue miembro activa de los Indignados, o movimiento 15-M. Colau ha prometido multar a los bancos que tengan viviendas desocupadas en sus registros, parar los desalojos, expandir los programa de vivienda de interés social, establecer un salario mínimo de 670 dólares, forzar a las compañías prestadoras de servicios públicos a que rebajen sus tarifas y recortar el salario del alcalde.

    Colau contó con el apoyo de Podemos, partido que surgió del movimiento de los Indignados que comenzó ocupando plazas en España hace cuatro años. Hablé con Ada Colau la semana pasada, comencé por preguntarle si estaba sorprendida por la victoria.

    ADA COLAU: Bueno, en realidad, en parte sí y en parte no, porque fue una victoria que se ha hecho en muy poco tiempo, una candidatura impulsada por la ciudadanía, con muy pocos recursos, con poco dinero, y en muy poco tiempo hemos conseguido la victoria en las elecciones de una ciudad tan importante como Barcelona. Pero en parte no nos ha extrañado porque hay mucho movimiento ciudadano, hay muchas ganas de cambio. Hay graves problemas políticos aquí en la ciudad y en el Estado y, por lo tanto, había una necesidad de cambio que se notaba en las calles.

    AMY GOODMAN: ¿Cuáles son esos problemas?

    ADA COLAU: Bueno, hay problemas de crisis económica, pero la crisis económica es sobre todo consecuencia de una crisis política, de una crisis democrática profunda. Ha habido una forma de gobernar donde las élites políticas han gobernado en connivencia con las élites económicas que han hundido la economía del país. Y la máxima representación de esto ha sido el comportamiento de las entidades financieras, de los bancos. Donde han estafado a miles y miles de ciudadanos con hipotecas abusivas. Luego han desahuciado a miles de familias y han hundido la economía del país. Y todo esto se ha producido por una connivencia de las élites políticas y élites económicas. Entonces frente a esa situación donde ha habido pérdidas de miles de millones que han provocado recortes sociales en temas tan básicos como sanidad, educación, ha hecho que en una ciudad, por ejemplo, rica como Barcelona, una ciudad en donde se mueve mucho dinero y muchos recursos, se haya disparado la desigualdad y hay gente cada vez más rica, a la vez que cada vez más hay gente mucho más pobre y desaparece la clase media.

    Y eso, además, hace que una ciudad como Barcelona sea líder en desalojos, por ejemplo, o que haya gente que no tenga garantizado el derecho a la alimentación o a la sanidad. Entonces frente a estos problemas de emergencia social, que se han juntado con problemas de corrupción estructural en nuestras instituciones, pues esta crisis política con la crisis económica, ha hecho que finalmente surjan candidaturas ciudadanas como la nuestra, que se han propuesto a recuperar nuestro ayuntamiento, para ponerlo al servicio del bien común.

    AMY GOODMAN: Hace dos años usted testificó frente al Parlamento español sobre la crisis de ejecuciones hipotecarias en España. En el panel usted habló después de un representante de la banca española, del que famosamente dijo: “Este hombre es un criminal y como tal debería ser tratado”.

    ADA COLAU: “Llevamos cuatro años negociando con bancos, con la Administración Pública, con los juzgados… y por tanto sabemos exactamente de qué estamos hablando. Y eso me lleva también a cuestionar las voces de supuestos expertos, a los cuales hoy todavía se les está dando demasiada crédito, valga la ironía, como por ejemplo a los representantes de las entidades financieras. Acabamos de tener un ejemplo, diría que como mínimo paradójico, por utilizar un eufemismo, por no decir cínico, al representante de las entidades financieras, que acaba de intervenir y nos ha dicho que la legislación española era estupenda. Decir eso cuando hay personas que se están quitando la vida como consecuencia de esta criminal ley, les aseguro… les aseguro… que no le he tirado un zapato a este señor porque creía que era importante quedarme aquí para decirles lo que les estoy diciendo. Pero ese señor es un criminal, y como tal deberían ustedes tratarle. No es un experto. Los representantes de las entidades financieras han causado este problema. Son esta misma gente, la que ha causado el problema, la que ha arruinado la economía entera de este país. Y a esta gente ustedes les siguen tratando de expertos”.

    AMY GOODMAN: Ada Colau, este discurso dejó a los legisladores con la boca abierta y usted recibió una reprimenda del parlamento, pero también le hizo ganar la simpatía de millones de españoles. Háblenos sobre ese momento y sobre por qué decidió hablar de esa manera.

    ADA COLAU: Bueno, en realidad yo fui a hablar al Parlamento después de muchísimos años de activismo por el derecho a la vivienda, y de estar tratando de cerca con las miles de familias que se habían visto afectadas por la estafa que habían cometido los bancos con las hipotecas y por los desalojos que vinieron después. Y los desalojos y la estafa bancaria, literalmente, ha destrozado la vida de miles y miles de familias. Destrozar la vida quiere decir causar depresiones, causar enfermedades, suicidios incluso. Llevaba muchos años luchando junto con las familias afectadas por la estafa bancaria y por los desalojos. Y dentro de esa lucha por esos derechos, hablábamos siempre, desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), hablábamos con todas las administraciones, con todos los partidos, con todo el mundo que quisiera escucharnos. Y por eso fuimos al Parlamento a explicar, otra vez más, que se estaban vulnerando los derechos fundamentales en España.

    Cuando fui allí me encontré con un representante de la Banca que se notaba que no tenía ni idea de lo que le estaba pasando a la población. Y lo que hice fue hablar desde la experiencia: Yo conocía el problema mejor que la mayoría de representantes políticos, por no decir todos, e incluso que los supuestos expertos del mundo financiero. La gente sabía mucho mejor lo que estaba ocurriendo que un Parlamento que estaba cada vez más lejos de la ciudadanía. Y simplemente lo que hice fue describir lo que conocía y lo que estaba viviendo en primera línea desde hace muchos años. Cuando me encontré con ese banquero, que negaba la realidad y que decía que no había ningún problema en España, cuando había miles de familias en una situación límite, lo mínimo que pude hacer fue denunciar esas mentiras y hablarles de lo que estaba sucediendo en realidad. Y creo que lo que más sorprendió a la gente y lo que generó un fenómeno mediático después de esa aparición en el Parlamento, en realidad fue que a la gente le sorprendió que hubiera alguien que hablara de la realidad dentro del Parlamento. Porque desgraciadamente eso hacía mucho tiempo que no sucedía.

    En España se da una paradoja, que es que mientras los políticos corruptos ven cómo prescriben sus delitos y se libran de ir a la cárcel, en cambio las familias que se han endeudado para algo tan básico como es acceder a una vivienda se quedan con la deuda para siempre. Es imposible perdonar esa deuda. Entonces, frente a esa barbaridad, sucedió que cientos de miles de familias trabajadoras que lo único que habían querido era tener una vida normal de repente pierden el trabajo, pierden la vivienda y descubren algo que nadie les había explicado, y es que se quedan con la deuda de por vida. Y quedarse con la deuda significa la muerte civil y económica. Eso ha llevado a suicidios, a enfermedades, a familias destrozadas. Y por eso se organizó, y la parte positiva es que se organizó un movimiento ciudadano ejemplar, que ha conseguido para desalojos, miles de desalojos, que ha forzado a los bancos a negociar. Y que ha demostrado, que si eso no se había resuelto desde las instituciones es porque nuestras instituciones eran cómplices de esa estafa.

    AMY GOODMAN: Ada Colau usted ha sobrepasado muchas barreras, al convertirse en la primera mujer alcalde de Barcelona, junto a la primera mujer alcalde de Madrid. En su discurso de victoria usted habló de una revolución democrática en todo el sur de Europa, ¿a qué se refiere con eso?

    ADA COLAU: Pues sí, lo que está pasando en España y en Barcelona no es un hecho aislado, sino que hay una crisis en la forma de hacer política; hay unas élites políticas que se han corrompido y que han acabado siendo cómplices de un poder financiero que sólo piensa en especular y en hacer dinero, aunque sea a costa de disparar la desigualdad y de empobrecer a la mayoría social. Frente a eso, afortunadamente, ha habido una reacción ciudadana, que la ha habido aquí, pero la ha habido en otros pueblos del Mediterraneo, por ejemplo en Grecia, y estamos haciendo frente a unas políticas neoliberales que no son sólo un problema en España, sino que son un problema en Europa y en el mundo. Entonces, nosotros tenemos muy claro que los ayuntamientos son clave para hacer frente a esa forma de hacer política, es decir, que en los ayuntamientos es donde se hace la política cotidiana y donde podemos demostrar que, efectivamente, se puede hacer política de otra manera. De manera mucho más participativa, contando con la ciudadanía, más allá de votar cada cuatro años, y que se puede luchar contra la corrupción, que se pueden tener instituciones transparentes. Entonces, los ayuntamientos nos parece que son clave para la revolución democrática, para empezar a hacer política con la gente, de otra manera; pero por otro lado también somos muy conscientes de que el cambio real debe ser global. Es decir, que una sola ciudad no puede resolver todos los problemas a los que nos enfrentamos, muchos de los cuales son globales, porque hoy la economía no tiene fronteras y los grandes capitales, los mercados, se mueven por todo el planeta, a diferencia de las personas, con toda libertad. Entonces, frente a esa situación que sabemos que es global y que en Europa tiene un nombre que es la Troika… la Troika es responsable de muchas de las políticas económicas que están generando miseria y mucho sufrimiento… sabemos que efectivamente en Barcelona podemos hacer mucho y nos vamos a esforzar por ser una ciudad referente en el mundo de ciudad justa, democratica, sostenible, que demuestre que se pueden recuperar las instituciones para la ciudadanía, y que se puede hacer mucho más de lo que nos habían dicho que se podía hacer. Pero más allá de hacer una ciudad referente que anime otros procesos, queremos también trabajar en red, trabajar con alianza con otras ciudades en España, pero también en el Mediterráneo, en todo el sur de Europa, porque, insisto, tenemos muy claro que el problema de falta de democracia es un problema global y que por lo tanto tienen que haber alianzas entre los pueblos para recuperar la soberanía.

    AMY GOODMAN: Ada Colau, ¿En que consistiría un sistema bancario público?

    ADA COLAU: Yo creo que en el mundo financiero es evidente que ha habido un problema de desgobierno absoluto. O sea, no se puede dejar algo tan esencial como es la política económica, el dinero que cumple una función social, no se puede dejar sólo en manos de la especulación y de intereses privados. Entonces, aquí ha habido un déficit democrático, ha habido una falta de control global, colectivo, democrático, sobre el control del dinero y de la economía en general. Entonces, hay que recuperar ese control democrático, que no necesariamente quiere decir que toda la banca tenga que ser pública, en absoluto. Se puede materializar de diferentes maneras: lo primero que hace falta son leyes que obliguen a la banca privada a cumplir con la legalidad, porque ahora mismo en España tenemos un sistema bancario que incumple sistemáticamente las leyes y no pasa nada. A los ciudadanos no se nos perdona nada: se nos obliga a pagar todas nuestras deudas, se nos obliga a pagar todos los impuestos, se nos obliga a pagar cualquier pequeña multa de tráfico, no se nos perdona nada. En cambio, a los bancos, que han mentido, que han estafado, que han desalojado a miles de familias, se les perdona por ejemplo que estén incumpliendo la normativa europea en materia del “derecho al consumidor”. Entonces, eso es inaceptable. Lo primero que hace falta son gobiernos que efectivamente estén al servicio de los ciudadanos y no de intereses privados y que hagan cumplir la ley. O sea, estamos hablando de algo tan mínimo como hacer cumplir la legalidad vigente. Por lo tanto lo primero que hace falta es que se obligue al poder financiero a cumplir con las leyes y a obedecer a los poderes democráticos, cosa que ahora mismo no está sucediendo. Luego, también es verdad que seguramente esté bien que se complemente ese poder financiero privado con alguna forma de banca pública que de alguna manera compense y garantice que haya financiación para aquello que sea de interés público. Porque, si no, resulta que es la banca privada la que decide qué es lo que se financia y qué es lo que no se financia. Y por lo tanto, si queremos ser la ciudadanía quienes decidamos qué políticas hay que financiar, necesitamos que haya un control público y democrático de las finanzas.

    Pero luego también hay otra tercera cuestión, o sea, hay que hacer un control, unas reglas, que hagan cumplir a la banca privada, tiene que haber complementariamente alguna forma de banca pública, y luego además está, afortunadamente, la economía social, que está creciendo muchísimo, y la “banca ética” que efectivamente cada vez más está siendo una alternativa a esa banca privada que, claramente, no ha servido para ampliar y generalizar el Estado del bienestar y para garantizar derechos.

    AMY GOODMAN: Ada Colau, usted es ahora la alcaldesa electa de Barcelona. Y sé que tiene poco tiempo, pero tenemos mucho de lo que hablar. Quiero preguntarle acerca de una de las fotos más tuiteadas recientemente en España. La foto muestra a un policía antidisturbios arrastrándola. La imagen es de julio de 2013, cuando usted estaba tratando de ocupar un banco en Barcelona. Háblenos de ese momento.

    ADA COLAU: Buenos, ha habido muchos momentos parecidos en los últimos años, porque cuando tenemos leyes injustas, como las tenemos ahora en España, pues ha habido que desobedecer masivamente esas leyes injustas, para defender los derechos humanos. Aquí se ha estado vulnerando el derecho a la vivienda y por eso miles de ciudadanos, de forma pacífica, hemos tenido que practicar la desobediencia civil para defender los derechos humanos. En ese sentido, esa acción ha sido una de las muchísimas que se han hecho en este país y que no las he hecho yo sino que las ha hecho muchísima gente que ha estado defendiendo los derechos humanos de todos nosotros. A lo largo de la historia de la humanidad siempre ha funcionado así: Para defender derechos y para conquistar derechos, muchas veces ha habido que desobedecer leyes injustas. Desde luego yo, ahora, como futura alcalde de Barcelona, aspiro a que la policía esté al servicio de los derechos humanos y no de los bancos.

    AMY GOODMAN: Puede hablar de los movimientos que la han inspirado y en los que ha participado. En Estados Unidos tenemos Occupy, usted fue parte de los Indignados, ¿puede hablar de los diferentes movimientos que la han influenciado, desde el movimiento contra la guerra, hasta el movimiento antiglobalización?

    ADA COLAU: Bueno, yo diría que en realidad ha habido una continuidad en los últimos 15 años, como mínimo, a principios de los 2000, finales de los 90, cuando empezaron los movimientos antiglobalización, Seattle, allí comenzó una ciclo de protestas amplio, que llega hasta el día de hoy. Y por el medio ha habido el movimiento antiglobalización, el movimiento contra la guerra internacional, ha habido los indignados, ha habido muchas luchas por el derecho a la vivienda, por la paz… y todas esas movilizaciones, al menos aquí, pero creo que también a nivel global, han tenido algunas cosas en común: primero la dimensión global, la conciencia de que hay problemáticas del sistema político y económico que son de dimensión global. Que hay que trabajar en red, porque hay una única realidad económica y política globalizada, y que es esencial trabajar en alianza.

    Luego, la necesidad de una democracia real. Esa conciencia de que aunque tenemos instituciones formalmente democráticas, luego tenemos la sensación de que las decisiones no se toman en los parlamentos sino en consejos de administración o en instituciones internacionales como el FMI y el Banco Mundial, que son profundamente antidemocráticas y que la ciudadanía no controla, y que además toman decisiones contra la propia ciudadanía generando miseria en todo el planeta. Esa conciencia de democracia secuestrada ha llevado a que hayan surgido muchas movilizaciones impulsadas desde abajo, desde la ciudadanía, que además han buscado una forma de representación directa, que han visto que la democracia formal no es suficiente y que hace falta buscar formas de participación políticas donde todo el mundo pueda ser protagonista y que pueda aportar, directamente, lo mucho que tiene que aportar cada persona. Entonces, creo que todas esas movilizaciones que se han producido en los últimos 15 años, que además han utilizado cada vez más las nuevas tecnologías, Internet, las redes sociales, que han buscado formas de comunicación directas e innovadoras, de alguna forma creo que estamos asistiendo a una actualización de la democracia, una actualización de la formas de participación política, que han tenido muchas expresiones distintas en diferentes movilizaciones globales, pero que claramente hay un nexo que las une a todas ellas.

    AMY GOODMAN: Ada Colau, usted es la primera mujer alcalde de Barcelona, una mujer también ha sido escogida como alcalde de Madrid, algo que no tiene precedentes. ¿Puede hablar de la importancia de esto?

    ADA COLAU: Pues, sin duda, es importante, porque siendo las mujeres la mitad de la población es absolutamente inexplicable que en 40 años de democracia formal yo sea la primera mujer alcalde de esta ciudad. Desde luego no es normal, porque las mujeres hemos construido esta ciudad y somos protagonistas de esta ciudad. Lo que ocurre es que eso no se ha trasladado a una representación política en lugares de decisión política. Evidentemente, vivimos en una sociedad machista, esto no es un problema exclusivo de Barcelona ni de España, desgraciadamente es un problema global. Pero, creo que también lo que está ocurriendo ahora son indicios de cambio, de conquista de derechos, de muchas mujeres y hombres que nos han precedido, y que nosotras cogemos ese testimonio y seguimos avanzando. Esta claro que las mujeres estamos sobrerrepresentadas en los ámbitos de los cuidados y en los ámbitos domésticos y llega el momento de que tengamos más representación en los lugares de decisión, de poder económico y de poder político. Pero además de eso, creo que también tenemos algo más que aportar y que de las luchas feministas podemos aprender y, en este momento de cambio en el que estamos, podemos aportar “feminizando” la política. Eso no pasa sólo por poner más mujeres en los lugares de decisión, sino que también pasa por cambiar los valores, sobre todo por cambiar los valores, y por, en este momento de cambio, actualizar las formas de participación política: demostrar que la cooperación es más eficaz y más satisfactoria que la competitividad, y que la política, si se hace de forma colectiva, es mejor que si hace de forma individualista. Entonces, creo que esos valores colectivos de cooperación, de solidaridad, son valores que también podemos aportar para feminizar la política y con ello no sólo ganarán las mujeres: ganaremos las mujeres y los hombres.

    AMY GOODMAN: Ada Colau, ¿Qué efecto tiene su victoria para la posible victoria de Podemos a nivel nacional a final de año?

    ADA COLAU: Yo creo lo que se está produciendo es un cambio político, un cambio en las formas de hacer política en España, pero también, insisto, más allá de España, en el sur de Europa y esperemos que en toda Europa. Y en España yo creo que lo que ha habido es una revolución democrática: la ciudadanía se ha empoderado y ha tomado la palabra. Entonces, yo creo que el protagonista aquí no es ninguna sigla: no es “Barcelona en Común”, no es “Podemos”, no es “Ada Colau”, no es “Pablo Iglesias”. Aquí los protagonistas son la ciudadanía, la gente. Entonces, la gente ha decidido reapropiarse, recuperar las instituciones para democratizarlas; recuperar la política para que la gente sea realmente la protagonista y la que tome las decisiones. En ese movimiento de revolución democrática “desde abajo”, hay diferentes partidos, hay diferentes siglas, que deben ser una herramienta de ese proceso de empoderamiento y de revolución democrática. Creo que “Podemos”, “Pablo Iglesias”, “Ada Colau” y otros partidos que estén surgiendo ahora mismo son instrumentos al servicio de un proceso amplio, ciudadano, que ha decidido recuperar las instituciones para la gente.

    AMY GOODMAN: Ada Colau, finalmente, ¿cuál será su primera acción como alcaldesa de Barcelona?

    ADA COLAU: Nosotros ya elaboramos un plan de choque, que son 30 medidas perfectamente viables, ambiciosas, pero que son perfectamente viables, para los primeros meses de mandato. Ese plan de choque tiene medidas básicamente en tres ámbitos: uno es generar trabajo y luchar contra la precariedad, otro eje es garantizar derechos básicos y otro eje es luchar activamente contra la corrupción, hacer un ayuntamiento transparente y acabar con privilegios. Por ejemplo, bajar los sueldos de los cargos públicos, de los cargos electos, eliminar privilegios como las dietas o los coches oficiales. Cosas que pueden parecer sencillas, pero que simbólicamente son importantes porque son un mensaje de que se ha acabado la impunidad, que se ha acabado una clase política alejada de la realidad de la ciudadanía. Y por lo tanto, acabar con esos privilegios es algo que se puede hacer inmediatamente, nada más llegar a la institución, y que depende sólo de voluntad política. Sin duda entre todas esas medidas, una de las primeras será, como alcaldesa, convocar públicamente a todos los bancos que trabajan en la ciudad para sentarlos en una mesa de negociación y así poder parar los desalojos; y para reclamarles que las viviendas que tengan vacías en la ciudad las necesitamos para ponerlas en alquiler social para las familias que lo necesitan.

    AMY GOODMAN: Ada Colau, muchas gracias por haber estado con nosotros y felicitaciones por ser la primera mujer alcalde de Barcelona. Gracias.


    Producido por Clara Ibarra, Linda Artola, Igor Moreno, Sebastian Arenas, Fran242, Democracy Now! y Democracy Now! en Español.

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