Entrevista exclusiva: Albert Woodfox del grupo los tres de Angola fue liberado tras 43 años en aislamiento

Reportaje22 de febrero de 2016

Después de pasar más de cuarenta y tres años en aislamiento, Albert Woodfox es un hombre libre y hoy nos acompaña para dar su primera entrevista por televisión. El ex miembro del Partido Panteras Negras estuvo en aislamiento más que nadie en Estados Unidos, gran parte del tiempo en una celda de dos metros por dos metros aproximadamente, 23 horas al día. Albert Woodfox fue liberado el viernes después de que aceptara no oponerse a los cargos de homicidio culposo de un guardia de la cárcel y robo agravado hace más de cuatro décadas. Antes del acuerdo realizado el viernes, su condena había sido anulada tres veces. Albert Woodfox cumplía una condena a cinco años en la Penitenciaria del Estado de Louisiana en la localidad de Angola por robo a mano armada cuando, en el año 1972, él y otro preso, Herman Wallace, fueron acusados de apuñalar al guardia cárcel Brent Miller. Los dos hombres siempre mantuvieron ser inocentes y afirmaron que fueron acusados porque habían organizado una división del Partido de las Panteras Negras para ocuparse de las horribles condiciones de vida en la cárcel de Angola, una ex plantación de algodón. Woodfox, Wallace y un tercer hombre, Robert King, se hicieron conocidos como los Tres de Angola. Durante décadas, Amnesty Internacional y otros grupos hicieron campaña para que los liberaran. Woodfox era el último miembro del grupo que estaba encerrado. Hoy hablamos con Woodfox y King, que fue liberado en el año 2001 cuando su condena por asesinar a otro preso fue revocada. Herman Wallace fue liberado en el año 2013, apenas unos días antes de que falleciera de cáncer.

Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.

AMY GOODMAN: Hoy tenemos una entrevista exclusiva en Democracy Now! Mi co-presentadora en el programa de hoy es Renée Feltz, corresponsal sobre justicia penal para Democracy Now!

RENÉE FELTZ: Muchas gracias, Amy. Es genial estar aquí. Y damos la bienvenida a todos nuestros oyentes y espectadores del país y del mundo.

Después de más de 43 años en régimen de aislamiento, Albert Woodfox es un hombre libre. Es la persona que más tiempo ha pasado en régimen de aislamiento en Estados Unidos. El viernes fue liberado de la prisión de Louisiana donde pasó cuatro décadas. El ex Pantera Negra estuvo encerrado en una celda de aproximadamente dos por dos y pasaba allí 23 horas del día. Albert Woodfox fue liberado el viernes después de aceptar una… un acuerdo, perdón… un acuerdo de no impugnar los cargos de homicidio involuntario y robo agravado a un guardia de la prisión asesinado hace más de cuatro décadas. Antes del acuerdo alcanzado el viernes, su condena ya había sido anulada tres veces. El viernes, Woodfox dejó la cárcel de Feliciana, donde permanecía en espera del juicio, y se dirigió inmediatamente a la tumba de su madre.

ALBERT WOODFOX: Necesito ir despedirme de mi madre; cuando estaba en Angola no me permitieron ir a su funeral, ni tampoco al de mi hermana.

RENÉE FELTZ: En 1972, Albert Woodfox estaba cumpliendo una condena de cinco años por robo a mano armada en la Penitenciaría del Estado de Louisiana en la localidad de Angola, cuando él y su otro compañero preso, Herman Wallace, fueron acusados ​​de apuñalar al guardia de la prisión Brent Miller. Los dos hombres siempre se declararon inocentes y sostuvieron que habían sido acusados por haber creado una sección del Partido Pantera Negra para abordar las terribles condiciones de vida en la prisión de Angola, que antiguamente había sido una plantación de algodón.

Woodfox, Wallace y un tercer hombre, Robert King, se hicieron conocidos como los Tres de Angola. Durante décadas, Amnistía Internacional y otras organizaciones hicieron campaña por su liberación. Woodfox fue el último miembro del grupo en salir de la cárcel. Robert King fue liberado en 2001, al revocarse su condena por el asesinato de otro preso. Herman Wallace fue liberado en 2013, pocos días antes de morir de cáncer. Pero hasta ahora, el estado de Louisiana se negaba a liberar a Woodfox.

AMY GOODMAN: La primera condena de Albert Woodfox fue revocada, pero el estado de Louisiana logró volver a condenarlo en 1998. Luego, en 2014, un juez federal dictaminó que debía ser puesto en libertad por la discriminación racial existente en su segundo juicio. Cuando el entonces fiscal general de Luisiana Buddy Caldwell anunció sus intenciones de procesar a Woodfox una vez más, el Juez federal de Distrito James Brady ordenó su liberación, en base a en cinco factores: “La edad y mala salud del Sr. Woodfox; sus limitaciones para elaborar su defensa en un tercer juicio dada la falta de testigos; la falta de confianza que tiene este tribunal en la capacidad del Estado de generar las condiciones para que el tercer juicio sea justo; el perjuicio infligido a Mr. Woodfox al hacerlo pasar más de cuarenta años en régimen de aislamiento; y, finalmente, el propio hecho de que el Sr. Woodfox ya ha sido juzgado en dos ocasiones y este sería su tercer juicio por un crimen que tuvo lugar hace más de cuarenta años”. Aún así, el Tribunal del Quinto Circuito de Estados Unidos decidió mantener la detención de Woodfox. El viernes, Albert Woodfox fue liberado después de aceptar un acuerdo de no impugnar los cargos de homicidio y robo agravado.

Pues bien, en una transmisión exclusiva desde la estación PBS WLAE de Nueva Orleans nos comunicamos con el propio Albert Woodfox, en su primera entrevista televisada desde su salida el viernes. También nos acompaña Robert King, el otro miembro sobreviviente de los 3 de Angola. Y desde Nueva Orleans, nos acompaña el abogado de Albert Woodfox, Billy Sothern.

Bienvenidos a Democracy Now! Albert Woodfox, ¿cómo se siente estar en libertad?

ALBERT WOODFOX: Todavía no lo termino de entender, pero se siente genial.

AMY GOODMAN: Bueno, ¿puedes contarnos cómo fue tu salida de la cárcel de Nueva Orleans el viernes? Pasaste 45 años en prisión, 43 de los cuales fueron en régimen de aislamiento. Eres la persona que más tiempo ha estado en régimen de aislamiento en Estados Unidos.

ALBERT WOODFOX: Creo que, bueno, por un momento, todo parecía irreal. Tuvimos que esperar por ahí como una hora y pico, esperando que enviaran los documentos finales por fax al centro de detención de West Feliciana. Y bueno, por fin llegó el momento y mi hermano y mis abogados salieron conmigo, y ahí estaban mi familia y amigos expresando su alegría y emoción. Y subimos al auto de mi hermano y salimos, lentamente. Respondimos algunas preguntas y nos fuimos a que pudiera despedir a mi madre.

AMY GOODMAN: ¿Fuiste a la tumba de tu madre?

ALBERT WOODFOX: Sí, así es. Bueno, no pudimos entrar, por la hora que era. Cuando mi hermano y yo lleguamos, el cementerio estaba cerrado. Así que fuimos a otro cementerio, donde pude despedirme de mi hermana y mi cuñado, que fallecieron mientras, bueno, cuando yo estaba aún en Angola.

RENÉE FELTZ: Albert, es genial que estés con nosotros. ¿Podrías contarnos por qué era tan importante ir a visitar la tumba de tu madre y por qué fue ese el primer lugar al que quisiste ir?

ALBERT WOODFOX: Bueno, cuando mi madre falleció, yo presenté una solicitud para poder ir a su funeral y darle mi último adiós. El director de la cárcel, Burl Caín, denegó ese pedido. Y lo mismo pasó cuando falleció mi hermana. Mi familia y amigos habían arreglado todo para que me permitieran ir a despedirme. Una vez más, el director Burl Caín lo denegó. Así que ya hace ya años que tengo ese vacío con respecto a mi madre y mi hermana, de no haber tenido la oportunidad de despedirme. Y por eso era tan importante poder ir a sacarme ese peso del alma apenas estuviera en libertad.

AMY GOODMAN: Albert, has estado más de cuatro décadas en régimen de aislamiento en Angola, que es conocida como la prisión plantación, llamada como el país africano del que se trajeron hombres y mujeres esclavizados a trabajar en esa plantación, como esclavos de esa plantación. Más tarde se convirtió en una prisión, donde se encuentran detenidos miles de presos principalmente africanos-estadounidenses. Cuéntanos cómo era la celda en la que vivías.

ALBERT WOODFOX: Bueno, yo vivía en una celda de cemento con barras en su parte frontal. Al entrar en la celda, hay una litera de metal pegada a la pared y también un inodoro con lavabo incorporado, contra la pared del fondo.

AMY GOODMAN: ¿Y cómo hiciste para manenerte cuerdo? Cuéntanos cuántas horas al día estabas encerrado en esa celda. ¿Te permitían salir?

ALBERT WOODFOX: Bueno, teníamos una hora al día. O sea, cuando nos pusieron en régimen de aislamiento en 1972, tanto a mí como a Herman Wallace y Robert King, supimos que la única posibilidad que podíamos tener de mantener nuestra salud mental y bueno, no permitir que el sistema penitenciario nos quebrara, era mantener nuestra atención en la sociedad y no dejarnos institucionalizar, o sea, no prestar atención sólo a las cosas que pasaban en la cárcel.

AMY GOODMAN: Cuando dices “nosotros” cuando se te permitía salir, en esa hora diaria, salías solo o con otras personas?

ALBERT WOODFOX: Sí, bueno, al principio, cuando recién nos pusieron en aislamiento dejaban que todos los que quisieran reunirse en las gradas tomaran la hora juntos. Pero con el tiempo, y cuando algunos internos comenzaron a protestar por las cosas que pasaban, entonces, con el fin de desunirnos empezaron a hacernos salir de uno en uno.

AMY GOODMAN: ¿Podías leer en tu celda?

ALBERT WOODFOX: Sí. Era una de las herramientas que teníamos para mantenernos centrados y conectados con el mundo exterior.

AMY GOODMAN: ¿Qué leías?

ALBERT WOODFOX: Libros de historia, libros sobre Malcolm X, del Dr. Martin Luther King, Frantz Fanon, James Baldwin; bueno básicamente cualquier material que pudiera conseguir.

AMY GOODMAN: ¿Y con qué frecuencia te permitían recibir visitas?

ALBERT WOODFOX: En aquel momento, el sistema de visitas permitía una lista autorizada de visitas de 10 personas, y cada una de ellas podía hacer dos visitas al mes. Pero bueno, debido a las distancias y a la situación económica mis familiares no podían venir tanto como les hubiera gustado. Así que intentaban venir al menos una vez al mes.

AMY GOODMAN: Cuando fuiste encarcelado… cuando entraste por primera vez a la cárcel tu condena era de cinco años. Pero cuando volvamos de la pausa quisiera que nos cuentes de qué te terminaron acusando, luego de que tú y el invitado que nos acompañará en un momento, Robert King, junto con el difunto Herman Wallace, formaran una sección del Partido Pantera Negra en la prisión de Angola. Estamos hablando con Albert Woodfox, la persona que más tiempo ha estado en régimen de aislamiento en Estados Unidos. Fue liberado el viernes tras 45 años en prisión y 43 años en aislamiento. Quédense con nosotros. [Pausa]

AMY GOODMAN: Escuchábamos la canción “Cinta Amarilla”, cantada por la artista sueca Meja para apoyar la campaña de Amnistía Internacional por la libertad de Albert Woodfox, que fue liberado finalmente el viernes. Esto es Democracy Now!, democracynow.org, el informativo de guerra y paz. Soy Amy Goodman, junto a nuestra corresponsal Renée Feltz, en este programa exclusivo de Democracy Now!, con la primera entrevista que da Albert Woodfox para radio y televisión desde su salida de la cárcel de Nueva Orleans el viernes, recibido por su hermano. Es el preso que más tiempo ha estado en régimen de aislamiento en Estados Unidos; Albert estuvo… cumplió 43 años en aislamiento.

También nos acompaña Robert King. Robert King es otro miembro del grupo conocido como los 3 de Angola; Albert Woodfox, Robert King y Herman Wallace. Robert King pasó 29 años en régimen de aislamiento por un asesinato que no cometió. También nos acompaña Billy Sothern, uno de los abogados de Albert Woodfox.

Robert King, has recorrido el país y el mundo hablando por la libertad y contando la historia de los otros miembros de los 3 de Angola: Herman Wallace, que murió en 2013 pocos días después de haber sido liberado de Angola, murió de cáncer, y Albert Woodfox. ¿Puedes decirnos qué significa para tí tener a Albert libre?

ROBERT KING: Sí. Gracias, Amy. Por supuesto que te lo puedo decir. Para nosotros, para mí, personalmente, diría que fue una alegría. El júbilo que… bueno, tal vez Albert no lo haya sentido, pero la gente lo sintió. Desbordábamos de alegría enorme. No es que él no lo estuviera. Tal vez las nubes que, bueno, las nubes que pesaban sobre él, probablemente impidieron que estuviera lleno de júbilo, pero la alegría estaba allí, y se veía en la multitud. Así que verlo salir fue una cosa buena para la gente. Fue una cosa buena para mí personalmente. Creo que fue… fue una victoria, finalmente se hizo justicia, si es que se le puede llamar justicia. Desde luego, se dice que la justicia demorada es justicia denegada. Pero, sin embargo, sucedió. Y por eso, yo estaba encantado de que, literalmente, “por fin” hubiera sucedido, porque tantas veces habíamos llegado casi a este pundo y habíamos terminado tan decepcionados y defraudados. Así que fue un acontecimiento dichoso, y ahora Albert está aquí, aclimatándose al entorno, a su nuevo entorno.

RENÉE FELTZ: Gracias, King. Volvamos ahora a 1972 y a esa primera acusación contra Herman Wallace y Albert Woodfox de que habían asesinado a un guardia de la prisión llamado Brent Miller. Un testigo clave del juicio en su contra fue un hombre llamado Hezekiah Brown, que dijo que había presenciado el asesinato de Brent Miller. Pero más tarde, su credibilidad fue puesta en duda. Quiero pasar un fragmento del documental “In the Land of the Free” (En la tierra de los libres), en el que uno de los abogados de los 3 de Angola describe a Hezequiah Brown. Y después escucharemos al narrador de la película, el actor Samuel L. Jackson. Pero el primero que habla es Nick Trenticosta.

NICK TRENTICOSTA: Primero, Hezekiah les dijo a los investigadores de la prisión que él no estaba para nada cerca del sitio, que no sabía nada sobre el asesinato. Pocos días después, lo sacaron de su cama a medianoche, le apuntaron a la cara las fuertes luces usadas en los interrogatorios y le dijeron: “Si nos ayuda a solucionar el caso, le conseguiremos su libertad”. Ahí dijo que habían sido Wallace y Woodfox.

SAMUEL L. JACKSON: Y en las grabaciones que hizo una escritora local, Anne Butler, para su investigación hay evidencia de cuán maleable podía ser Hezekiah Brown.

ANNE BUTLER: Bueno, en el juicio llamaron a Hezekiah Brown, y bueno, dijo que había visto a Woodfox y a otros tres hombres negros.

HILTON BUTLER: Hezekiah era alguien a quien se le podían poner palabras en la boca.

RENÉE FELTZ: La última voz era de Hilton Butler, ex director de la prisión de Angola, hablando de Hezekiah Brown, testigo clave en el juicio contra Albert Woodfox y Herman Wallace. Albert Woodfox, ¿puedes hablarnos sobre estas acusaciones en tu contra y contar quién es y quién era Hezekiah Brown?

ALBERT WOODFOX: Sí. Bueno, en aquel momento Herman Wallace y yo éramos muy activos dentro de la cárcel, tratando de generar resistencia contra los hechos corrupción y las brutalidades que se estaba produciendo, había chicos asesinados casi todos los días, o brutalmente golpeados. Y entonces, lo que pensamos es que cuando murió el oficial Miller, nosotros nos convertimos automáticamente en el enemigo público número uno para el personal de seguridad y la administración de la Penitenciaría Estatal de Luisiana. Y no fue… si bien fue duro, no fue una sorpresa. Yo fui el primero de los 3 de Angola al que encerraron en el calabozo por el asesinato de Brent Miller. Y al día siguiente me pusieron en régimen de aislamiento, donde permanecí hasta que salí en libertad, el día de mi cumpleaños, 19 de febrero.

AMY GOODMAN: O sea, ¿fuiste liberado en tu cumpleaños, el 19 de febrero?

ALBERT WOODFOX: Sí, un gran regalo de cumpleaños.

AMY GOODMAN: Bueno, el viernes mientras te liberaban, El fiscal general del estado de Louisiana, Jeff Landry, declaró… dió las gracias a la familia de Brent Miller porque “Su apoyo fue fundamental en la muy difícil decisión de hoy”. La hermana de Miller, Wanda Callender, dijo al periódico The Advocate que sentía que el acuerdo no impugnar los cargos era “como un portazo en la cara”. Sin embargo, la viuda de Brent Miller ha dicho, ya hace mucho tiempo, que no creía que los presos Albert Woodfox y Herman Wallace hubieran matado a su marido. En junio, emitió un comunicado que dice: “Creo que es hora de que el estado deje de actuar como si hubiera alguna evidencia de que Albert Woodfox haya matado a Brent. … Después de muchos años analizando las pruebas, pensando sobre esto y rezando, me he dado cuenta de que no podía seguir creyendo lo que me decía un estado que no cuidó a Brent cuando trabajaba en Angola ni cuidó de mí cuando lo mataron”. Vamos a ver un fragmento de Teenie Rogers, que tenía sólo 17 años cuando apuñalaron a su marido, Brent Miller, en 1972. Es una entrevista del documental “In the Land of the Free”, del año 2010.

TEENIE VERRET: Hac 36 años que estoy viviendo esto. No hay un año que no tenga que revivirlo. Simplemente nunca se acaba. Y ahí están estos hombres, o sea, si no fueron ellos —y yo creo que no— hace 36 años que están viviendo una pesadilla.

AMY GOODMAN: Esa era Teenie Rogers, que también se llama Teenie Verret. Albert Woodfox, ¿qué opinas al escuchar que la esposa del oficial Miller dice que ella no cree que seas culpable? Eso, la razón por la que te pusieron en régimen de aislamiento por más de cuatro décadas.

ALBERT WOODFOX: Bueno, o sea, para mí, bueno, supongo, a falta de una palabra mejor, fue impactante enterarme que ella había asumido esa postura después de mirar las pruebas y bueno, simplemente, supongo que nunca le cerró del todo la idea de que nosotros tuviéramos algo que ver con quien sea que haya matado a su marido. Y creo que fue muy valiente de su parte haberlo declarado públicamente.

AMY GOODMAN: Bueno, el fiscal general de Luisiana, Jeff Landry, emitió un comunicado sobre el acuerdo de no impugnación de los cargo que hizo el estado contigo. Dice: “Después de considerar cuidadosamente todos los hechos y circunstancias del caso, así como su historia procesal en su estado actual, nuestro equipo de fiscales considera que este acuerdo es lo mejor para la justicia”. Landry fue elegido recientemente para sustituir al anterior fiscal general de Luisiana, Buddy Caldwell, que el año pasado había tenido éxito en su apelación para impedir la liberación de Albert Woodfox ordenada por un juez federal. Otra de las figuras clave que dejó de estar activa en el caso es Burl Cain, director de la cárcel de Angola duante mucho tiempo, que dijo que mantendría a Woodfox encerrado, sin importar cuáles fueran sus crímenes, ya que: “Todavía sé que todavía está tratando de practicar Panterismo Negro”. Cain dimitió el año pasado cuando fue investigado por violar la política penitenciaria al realizar negocios inmobiliarios con familiares de presos de Angola. Albert, ¿Podrías hablarnos sobre el papel de Burl Cain y Buddy Caldwell en el caso de los 3 de Angola y en estos últimos acontecimientos?

ALBERT WOODFOX: Bueno, obviamente, Burl Cain y Buddy Caldwell hicieron de este caso una cuestión personal, tan personal que llegaron al punto de ignorar totalmente la Constitución, las leyes estatutarias, el proceso debido, la falta de pruebas, y simplemente decidir, bueno, que yo era culpable, que Herman era culpable, y que harían todo lo posible para mantenernos en la cárcel por el resto de nuestras vidas. Por desgracia, estuvieron cerca de conseguirlo. Pero aunque fue muy trágico perder a Herman, al menos murió en libertad.

RENÉE FELTZ: Ahora, Albert, ¿puedes aclarar, por favor, cómo es este acuerdo de no impugnar los cargos que firmaste el viernes? Cuéntanos, bueno, llegaste a este punto después de más de cuatro décadas, cómo fue que llegaste a este acuerdo con el estado, después de haber sostenido tu declaración de inocencia todos estos años. Has firmado un acuerdo de no impugnar los cargos. Pero no todo el mundo entiende lo que eso significa, ni, tal vez, por qué lo has hecho. Entonces, ¿nos lo puedes explicar?

ALBERT WOODFOX: Bueno, el acuerdo, la declaración nolo contendere, es un acuerdo… para mí, fue un acuerdo por mi libertad, no una declaración de culpabilidad. Y yo tuve que tomar en cuenta, bueno, mi edad. Y tengo algunos problemas graves de salud, para los que no estaba recibiendo el tratamiento adecuado. Quería volver con mi familia. Y bueno, mis abogados, mis defensores, trabajaron muy duro para que esto suceda. Así que cuando surgió la posibilidad de este acuerdo, aunque me resultaba bastante ofensivo me daba la oportunidad de reunirme con mi familia y mi… y bueno, simplemente…

AMY GOODMAN: Bueno, quisiera preguntar…

ALBERT WOODFOX: No, sigue.

AMY GOODMAN: Quería preguntarle a Billy Sothern, tu abogado, acerca de la importanica de que Buddy Caldwell… de que finalmente perdiera las elecciones en Louisiana, y que Jeff Landry asumiera como nuevo fiscal general. Billy Sothern, eres uno de los abogados que representó a Albert Woodfox, miembro de los 3 de Angola. Cuéntanos qué significó el cambio de fiscal general y también qué significó la dimisión obligada de Cain como director de la prisión.

BILLY SOTHERN: El fiscal general Caldwell, ex fiscal general, tenía tan profundamente… concepciones tan profundamente equivocadas sobre Albert y su proceso jucidial. Se refirió, hace relativamente poco tiempo, al Sr. Woodfox como uno de los hombres más peligrosos del planeta. De modo que se trata de una persona cuya valoración acerca del caso nunca ha tenido sentido. También se negó determinantemente a hacer analizar una huella dactilar ensangrentada hallada en la escena del crimen, que nunca se encontró de quién era y que específicamente no coincidía con las huellas de Albert, ni coincidía con las de los otros acusados. No coincidía con ninguna de las huellas analizadas.

Sin embargo, teniendo las huellas dactilares de todos los reclusos que estaban en Angola ese día de 1972, se negó rotundamente a comparar esa huella con las de otros internos, lo que, por supuesto, podía haber llevado a identificar al verdadero asesino. Las palabras de Buddy Caldwell al respecto fueron: “Bueno, no nos dejaremos engañar por esas huellas”. O sea que sus concepciones sobre este caso estaban tan equivocadas que realmente, cualquier persona seria que lo reemplazara, haciendo una evaluación honesta del caso sin todos los sesgos y prejuicios que él tenía, iba a llegar a conclusiones diferentes. Y creemos que realmente eso es en parte lo que sucedió, que se hizo una evaluación más razonable sobre el caso, se hizo una evaluación más razonable sobre Albert, porque, francamente, no podía haber alguien más irracional que Buddy Caldwell.

AMY GOODMAN: Y Burl Cain. ¿Qué incidencia tuvo el director de la cárcel en el caso y en las condiciones que tuvo la reclusión de Albert Woodfox y Herman Wallace, y ya anteriormente, la de Robert King?

BILLY SOTHERN: Obviamente, bueno, durante 43 años… durante 46 años, Albert estuvo preso allí en Angola. Y luchó, así como Robert luchó, y otros lucharon, para mejorar las cosas. Y es un reconocimiento para estos hombres, básicamente, el haber sobrevivido a esa gente que fue en muchos sentidos tan miserable y se dedicó tanto a impedir que sus circunstancias cambiaran. Así, defendiendo ellos mismos sus derechos y generando apoyos en todo el mundo, bueno, Albert, Robert y otros han logrado algo que parecía muy improbable, que es sobrevivir incluso a personajes como Burl Cain y Buddy Caldwell, que parecían tan acomodados aquí.

AMY GOODMAN: ¿Y qué significa la declaración nolo contendere? Explícanos, como abogado, su sentido. Albert Woodfox ha pasado 45 años en prisión, 43 de ellos en régimen de aislamiento. ¿Qué significa acordar ahora la no impugnación de los cargos de homicidio culposo y —¿qué era?— robo agravado?

BILLY SOTHERN: Robo agravado, sí. Bueno, básicamente, lo que significa es que Albert sale en libertad. Y jurídicamente, el acuerdo es, básicamente, que Albert puede seguir declarándose inocente, como lo ha… y se declara inocente, como consecuentemente lo ha hecho durante 43 años, pero reconoce que hay pruebas que podrían dar lugar a una condena.

Y desde luego, Albert fue injustamente condenado dos veces, con una serie de testigos que mintieron para provocar su condena. Hemos litigado todo lo referido a este caso con una incríble tenacidad, haciendo el máximo esfuerzo para asegurarnos de que la injusticia cometida previamente contra Albert en dos ocasiones, con dos condenas en su contra, no se repitiera. Y hemos litigado por cuestiones como la exclusión del testimonio de Hezekiah Brown, así como de otros testigos que la fiscalía quería incluir, aunque, de hecho, esos testigos habían mentido. Y de hecho, el gobierno había suprimido evidencia que hubiera permitido a Albert recusar a esos testigos en sus juicios previos. Y no les sorprenderá saber que, a pesar de haber litigado de manera muy agresiva y competente, tanto yo como Robert McDuff, el otro abogado de Albert, recientemente, el tribunal de primera instancia falló en nuestra contra sobre estas cuestiones. Apelamos, con la intención de seguir apelando hasta llegar a la Corte Suprema de Luisiana, pero perdimos la apelación ante el… en el Primer Circuito de Apelaciones. Por lo tanto, esos testimonios se iban a incluir en el proceso.

Y vengo ejerciendo como abogado en Louisiana el tiempo suficiente como para saber hacer una evaluación realista de cómo funcionana los tribunales de aquí y saber que las injusticias que se habían producido previamente en el caso de Albert, no podíamos garantizar que no volvieran a ocurrir.

Porque se trata de un jurado de West Feliciana, en el corazón de Louisiana. Hemos litigado, por ejemplo, para cambiar el lugar del juicio. Porque, por supuesto, Albert no iba a poder tener un juicio justo en un pueblo en el que tiene mala fama y en el que en casi todos los hogares hay guardias y trabajadores de la prisión. Tenemos un estudio sobre la representación terriblemente incriminatoria que han hecho los medios sobre Albert a lo largo de estos 43 años. Y perdimos esa moción. Así que el juicio iba a volver a realizarse en el distrito de West Feliciana. Se iba a volver a incluir el falso testimonio. Y además de todo eso, estań los problemas de salud de Albert, y la larga lucha que viene sosteniendo, y esta era una oportunidad que tenía para salir en libertad. Así que le aconsejamos tomar esta oportunidad, totalmente. Porque para nosotros, lo increíble… las cosas increíbles que Albert ha hecho en la cárcel no pueden más que crecer ahora que está fuera. Y se merecía la oportunidad de estar afuera, y se merecía la oportunidad de no tener que apostar a que un jurado de Luisiana tomara la decisión correcta en el caso de un nuevo juicio, cuando ya habían tomado malas decisiones en dos ocasiones anteriores.

AMY GOODMAN: Vamos a hacer una pausa y luego seguimos con esta conversación. Y quiero preguntarle a Albert Woodfox sobre la última visita que hizo, encadenado y esposado, a Herman Wallace, cómo fue ir a verlo por última vez, para decirle adiós, junto con Robert King; estar los tres juntos por última vez. Herman agonizaba en la prisión hasta que un juez exigió al director de la prisión que liberara Herman Wallace o de lo contrario lo encarcelaría a él, al director de la prisión. Estamos hablando con Albert Woodfox, el preso que más tiempo ha estado en régimen de aislamiento en Estados Unidos. También estamos con Billy Sothern, su abogado, y con Robert King, otro de los 3 de Angola, que pasó 29 años en régimen de aislamiento. Esto es Democracy Now! Volvemos en un minuto. [Pausa]

AMY GOODMAN: Escuchábamos “Casi Libre” de Sarah Quintana, una artista de Nueva Orleans que era amiga por correspondencia del fallecido Herman Wallace, miembro de los 3 de Angola que estuvo en régimen de aislamiento durante más de 40 años. Murió en 2013, tres días después de salir de la cárcel de Louisiana, en octubre pasado. Esto es Democracy Now!, democracynow.org, El informativo de Guerra y Paz. Soy Amy Goodman, con la corresponsal de Democracy Now! Renée Feltz. Hoy estamos ofreciendo un programa especial de Democracy Now!, con una entrevista exclusiva con dos de los 3 de Angola. Albert Woodfox, el preso que más tiempo ha pasado en régimen de aislamiento en Estados Unidos, fue liberado el viernes. Ésta es su primera entrevista extendida para radio y televisión. También nos acompaña también Robert King, desde el estudio de televisión pública WLAE, en Nueva Orleans. King es otro miembro de los 3 de Angola, que pasó 29 años en régimen de aislamiento. Y Billy Sothern, uno de los abogados de Albert Woodfox.

Albert, quiero mostrar un video de Herman Wallace, en el que describe con sus propias palabras el impacto del régimen de aislamiento en su cuerpo. Sus palabras llegan a través de comunicaciones telefónicas que hizo desde la prisión, incluidas en el documental “Herman’s House” (La Casa de Herman).

HERMAN WALLACE: Estar en una jaula por un período tan largo de tiempo, trae ciertas pérdidas. O sea, puedes no sentirlo o puedes no darte cuenta, puedes pensar que estás bien y simplemente mantenerse en movimiento, como si nada. Sin embargo, cuando te sacan de esa situación y te dejan al aire libre, en un entorno donde, bueno, puedes incluso respirar el oxígeno y sentir que te entra en los pulmones, sientes que algo crece dentro de ti, y empiezas a moverte de una forma diferente dentro de tu cuerpo. Yo lo observé incluso en mi cuerpo. Me miraba en el espejo, y veía músculos y [bip] que empezaban a salir por ahí. Incluso empecé a correr más rápido y [bip]. Y decía: “Epa, ¿qué diablos está pasando aquí?” Estaba bastante en forma. Pero luego, ocho meses despues me encerraron de nuevo. Y al estar encerrado de esa manera, mi cuerpo entero se hizo un lío.

AMY GOODMAN: Escuchábamos a Herman Wallace describiendo el régimen de aislamiento. En 2013, cuando agonizaba en la cárcel de Angola, muriendo de cáncer, un juez dictaminó su liberación inmediata. El director de la prisión dijo que no iría en ese momento a la prisión y el juez dijo que si no liberaba a Herman Wallace —había una ambulancia esperándolo en la puerta de la prisión— lo iba a mandar a él, al propio director, a la cárcel. Pero Albert Woodfox y Robert King pudieron ir a despedirlo antes de que saliera. Albert, ¿cómo fue eso? Porque cuando estaban yendo a ver a Herman, Robert King y tú se enteraron de que lo iban a liberar, y fueron ustedes quienes le dieron la noticia a Herman Wallace. ¿Tú estabas engrilletado en ese momento?

ALBERT WOODFOX: Sí. O sea, como la fiscalía no permitía que Herman, Robert y yo nos reuniéramos juntos con nuestros abogados, tuvimos que pedir la intervención del tribunal. Entonces, por orden del tribunal, al menos una vez al mes tenían que permitirnos reunir a los tres juntos con nuestros abogados. Esas visitas se llevaban a cabo en Hunt, porque Herman estaba luchando contra el cáncer. Robert estaba libre y yo estaba preso en el correccional David Wade. Así que me tenían que transportar hasta allí. Y en esa visita en particular, Herman estaba muy enfermo y no se esperaba que viviera más allá del fin de semana, y sin embargo lo hizo. Y el médico quería cancelar la visita. Entonces yo estaba desesperado por ver a Herman, porque sabía lo enfermo que estaba. Así que se hizo la recomendación de que para permitirnos realizar la visita yo aceptara tener puestos los aparatos que se usan para restringir el movimiento. Y uno de esos aparatos es lo que se llama caja negra. Supuestamente sólo se usa para traslados. Es una cosa que te bloquea las manos en una posición muy incómoda y dolorosa. Pero bueno, solo la muerte me hubiera impedido ir a ver a Herman aquella última vez.

Así que cuando llegué, Robert y dos de los abogados estaban en la habitación del hospital con él. Y se podía ver, bueno, que estaba luchando. Y me pareció como que él sabía que se estaba muriendo y… pero estaba decidido a aguantar, bueno, para esa última visita. Y durante… bueno, él estaba acostado en la cama y King y yo, y los abogados, bueno, conversábamos entre nosotros, hablábamos con él, tratando de encontrar alguna forma de consuelo, tanto para él como para nosotros mismos. Y ahí llamaron a una de las abogadas, la Sra. Carine Williams, que luego tuvo una conversación con George Kendall, nuestro abogado principal, y le contó que habían revocado la condena de Herman y habían ordenado que fuera liberado inmediatamente. Y bueno, yo estaba… o sea, todos nosotros estábamos en shock, anonadados, eufóricos. Y bueno, no sabíamos qué hacer, así que simplemente tratamos de hacerlo sentir bien y hablar con él, y hacerle entender lo que había pasado. Y por mi parte, me tuve que ir a las 3:00, así que no pude estar justo en el momento en que salió. Pero bueno, fue simplemente un gran, gran momento. En cierto modo fue una compensación por todo el dolor y el sufrimiento por el que los tres hemos pasado desde que fuimos encerrados en celdas de aislamiento.

RENÉE FELTZ: Albert, tú y King tienen una demanda de derechos civiles en curso. Y George Kendall, el abogado que lleva esta demanda civil, dijo en un comunicado el viernes: “Aunque estamos muy contentos de que Albert Woodfox esté por fin libre, es injustificable que se viera obligado a soportar esas duras condiciones de aislamiento todas estas décadas, más tiempo que ningún otro preso en la historia de Estados Unidos. Si Albert sobrevivió al castigo enorme y cruel de [más de] 40 años en régimen de aislamiento, fue sólo por su extraordinaria fuerza y ​​carácter. Estas prácticas inhumanas deben cesar. Esperamos que el Departamento Correccional de Louisiana reforme y limite ampliamente el uso del régimen de aislamiento, así como lo vienen haciendo cada vez más distritos de todo el país”. Ahora bien, por supuesto, esto se está moviendo tanto a nivel local como federal. El presidente Obama ha emitido una orden ejecutiva anunciando cambios en el régimen aislamiento y recientemente ha anunciando en un artículo de opinión su intención de reducir el régimen de aislamiento para los delincuentes juveniles. Entonces, quisiera saber tu mirada sobre la decisión de continuar con esta demanda civil y tu opinión sobre estas reformas que se vienen anunciando.

ALBERT WOODFOX: Bueno pues, Herman, Robert y yo fuimos trasladados a un lugar de castigo en Angola, llamado Camp J, por participar en una huelga de hambre para exigir a la administración de la cárcel que nos tratara, bueno, más humanamente, y nos proporcionara una vía para mejorar nuestra situación y ayudarnos a nosotros mismos. Así que bueno, siempre tuvimos… ésta no fue la primera demanda que presentamos por el aislamiento prolongado. Y bueno, cuando nos sacaron del Camp J, decidimos volver a intentar denunciar esto, intentar cambiar estas medidas brutales de mantener a un hombre encerrado en una celda 23 horas al día durante décadas. De eso se trataba para nosotros, y sigue tratándose de eso.

RENÉE FELTZ: ¿Y qué piensas de las reformas que ha anunciado el presidente Obama y de las jurisdicciones que están tomando medidas para reducir el régimen de aislamiento? Sé que sigues un poco las noticias. ¿Qué opinas de esto? ¿Es suficiente? ¿Y qué tipo de medidas te gustaría que se implementaran?

ALBERT WOODFOX: Bueno, o sea, creo que como resultado de nuestra demanda, y gracias al trabajo de la coalición internacional por la libertad de los 3 de Angola, de Amnistía Internacional y otras organizaciones del país y del mundo, hemos motivado a otros chicos que están en régimen de aislamiento, en otros estados, en otras prisiones, para tratar de cambiar estas condiciones. Así que hemos llamado la atención del pueblo estadounidense y de los pueblos del mundo sobre el tema del régimen de aislamiento. Y es algo que ha comenzado a crecer, y bueno, ha llegado a un punto donde no se trataba sólo de los 3 de Angola, sino que se trataba del régimen de aislamiento en sí mismo.

AMY GOODMAN: Vamos a tener que…

ALBERT WOODFOX: Y…

AMY GOODMAN: Albert, vamos a tener que dejarlo aquí. Pero continuaremos con nuestra conversación fuera de cámara y la publicaremos en nuestro sitio web. Albert Woodfox, el preso que más tiempo ha estado en régimen de aislamiento en Estados Unidos, fue liberado el viernes. Gracias Robert King y Billy Sothern. Somos Amy Goodman y Renée Feltz. Muchas gracias por acompañarnos.

Traducido por Mela Peñalver. Editado por Verónica Gelman y Democracy Now! en Español!.

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