La gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, vetó un proyecto de ley sin precedentes por el que practicar un aborto habría pasado a ser considerado un delito grave que podría conllevar una pena de tres años de prisión. Fallin tiene una larga trayectoria de apoyar medidas contrarias al aborto, pero vetó la medida por un tecnicismo, ya que, según sostuvo, eran muy vagas las palabras utilizadas para referirse a una excepción en caso de que el aborto tuviera como objetivo salvar la vida de la embarazada. El impulsor del proyecto de ley, el senador estatal republicano Nathan Dahm, dijo que intentará que se anule el veto de la gobernadora.
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