El presidente Barack Obama criticó lo que describió como un “desastre provocado por el hombre” en la ciudad de Flint, Michigan, el miércoles durante una visita tendiente a abordar la crisis por el agua que vive esa ciudad. La crisis comenzó cuando un administrador de emergencia designado por el gobernador Rick Snyder cambió la fuente de suministro de agua de la ciudad por el corrosivo río Flint, que carcomió las cañerías de plomo, envenenando el agua potable. Durante su visita, Obama bebió algunos sorbos de agua filtrada, para garantizar a los habitantes que ahora es seguro consumirla.
El presidente Obama declaró: “Sé que hay muchas sospechas respecto a si el agua que sale actualmente de las canillas de los hogares es segura o si continúa estando contaminada y todavía representa un problema. Quiero hacer énfasis en el hecho de que la EPA [Agencia de Protección Ambiental, por su sigla en inglés] ha estudiado esto muy cuidadosamente y tiene plena confianza en que si se usa un filtro, el agua es segura para los niños mayores de seis años”.