El domingo, en Nebraska, cientos de personas se reunieron en la capital del estado para protestar por la construcción del oleoducto Keystone XL, que fue reinstaurada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en una de sus primeras medidas en el cargo. El oleoducto ha enfrentado años de resistencia por parte de indígenas norteamericanos, agricultores, ganaderos, terratenientes y ambientalistas. De ser completado, transportaría 830.000 barriles por día de arenas alquitranadas desde Alberta, Canadá, a través de Montana, Dakota del Sur y Nebraska, donde se uniría a un oleoducto existente y trasladaría el petróleo hasta el golfo de México.
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