En el norte del estado de California, en Estados Unidos, la cifra de muertes causadas por el incendio conocido como Camp aumentó a al menos 79, y el número de personas desaparecidas se redujo a 700. El incendio forestal está ahora contenido en un setenta por ciento mientras continúan los esfuerzos de búsqueda y rescate en la localidad de Paradise, que fue diezmada por las llamas, con cerca de 12.000 hogares destruidos y más de 60.703 hectáreas quemadas. Con los refugios del área abarrotados, los residentes desplazados enfrentan ahora la interrogante de a dónde ir. Durante el fin de semana se instó a retirarse del lugar a cientos de personas que acampan en un estacionamiento de la cadena de tiendas Walmart situado en la ciudad de Chico; sin embargo, el lunes muchos campamentos permanecían en pie. Estas son las palabras de la residente desplazada Amy Sheppard.
Amy Sheppard dijo: “En este momento, lo estamos logrando un día a la vez, con la esperanza de regresar a nuestra propiedad y comenzar a reconstruir nuevamente nuestras vidas. Así que ahora la vida es muy difícil, especialmente con los más pequeños, a quienes intentamos mantener contentos y alimentados. Hemos recibido comida gratis de diferentes lugares, la gente está simplemente abasteciéndose de todas partes, la gente viene con comida, así que eso no ha sido un problema. [Las personas] están ayudando con la ropa también”.
Mientras tanto, se pronostican precipitaciones en el norte de California desde el miércoles hasta el viernes, lo que dio lugar a una alerta ante la posibilidad de inundaciones repentinas en la región. Las fuertes tormentas amenazan con dificultar aún más las condiciones de vida de las personas que duermen a la intemperie, y con obstaculizar las tareas de búsqueda.