En Francia, el presidente Emmanuel Macron anunció un proyecto de ley que endurecería las leyes de inmigración y de asilo. Esa ley permitiría a las autoridades duplicar a 90 días el tiempo que pueden detener a los inmigrantes y acortaría los plazos de solicitud de asilo para los inmigrantes. También autorizaría la aplicación de multas y de períodos de un año en prisión para los inmigrantes que hayan ingresado ilegalmente al país. La directora de Amnistía Internacional de Francia, Catherine Gaudard, aseguró que la legislación catalogaría de forma injusta a los solicitantes de asilo como “inmigrantes” o “refugiados”.
Catherine Gaudard expresó: “Este discurso reductor es perverso por dos motivos. En primer lugar, contribuye a deshumanizar a las personas que fueron exiliadas, reduciéndolas de alguna manera a un enfrentamiento entre los buenos y los malos. De hecho, los inmigrantes son individuos que tienen sus propias historias, sus propias travesías, sus propias razones para abandonar sus países, y si bien no todos comparten el mismo estatus, todos tienen derechos”.