El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, aprobó el martes la expansión del oleoducto Trans Mountain, que fue comprado el año pasado por el Gobierno canadiense a la compañía Kinder Morgan, a pesar de las graves preocupaciones expresadas por agrupaciones ambientalistas y en favor de los derechos de los pueblos indígenas, así como de las múltiples impugnaciones legales contra el oleoducto. La construcción del oleoducto, que transporta petróleo crudo desde las arenas bituminosas situadas en la provincia de Alberta hasta la costa del Pacífico de la Columbia Británica, se reanudará este año. Agrupaciones pertenecientes a las Naciones Originarias han dicho que continuarán impugnando la expansión, la cual fue detenida anteriormente por los tribunales en 2016. Estas son las palabras de Khelsilem, del Consejo de la Nación Squamish.
Khelsilem expresó: “Es desafortunado que este Gobierno, que se comprometió a hacer las cosas de manera diferente, decida comportarse de esta manera. Pero nuestros intereses como pueblo son proteger nuestra comunidad, nuestro territorio, el sustento de nuestras generaciones que viven hoy y las que están por venir. Estamos comprometidos a combatir esta emergencia climática y la crisis climática, pero tenemos un Gobierno que no parece querer liderar cuando se trata de combatir la emergencia climática. Los líderes [comprometidos] contra el cambio climático no construyen oleoductos”.