En Afganistán, al menos siete personas murieron el sábado después de que estallara una bomba en un autobús en la ciudad de Herat, al oeste del país.
Líderes talibanes mantendrán una ronda de conversaciones de tres días de duración en la ciudad de Oslo con representantes de la sociedad civil afgana y funcionarios de Estados Unidos y varios países europeos. Se espera que las delegaciones conversen sobre los derechos de la mujer, así como el acceso a miles de millones de dólares en ayuda financiera y activos congelados tras la llegada al poder de los talibanes. La ONU advierte que las sanciones extranjeras están sumiendo a Afganistán en un desastre humanitario aún más grave, al tiempo que unos 23 millones de afganos se enfrentan a condiciones de hambre extrema y casi nueve millones están en riesgo de padecer hambruna.