En Pakistán, más de 140 personas fueron detenidas y más de 6.000 efectivos policiales y paramilitares fueron desplegados en la ciudad oriental de Jaranwala, en la provincia de Punyab, después de que un grupo de musulmanes incendiara iglesias y destrozara viviendas y comercios. Esta oleada de violencia ha conmocionado a la minoritaria comunidad cristiana local. Según se informa, los actos de violencia fueron una respuesta a la profanación de un Corán realizada por dos personas cristianas. Estas fueron las palabras expresadas por un hombre de Jaranwala cuya casa fue destruida.
Saleem Qasim Masih: “Cuando vi mi casa, sentí una sacudida en el corazón y pensé que me iba a caer. Inmediatamente salí de mi casa y me senté. No hemos cometido ningún delito. Todo esto es una grave injusticia contra nosotros”.
El primer ministro interino de la provincia de Punyab, Mohsin Naqvi, se comprometió a indemnizar a las víctimas por sus pérdidas. Mientras tanto, líderes religiosos musulmanes se unieron a sus homólogos cristianos para pedir que los responsables rindan cuentas por sus acciones y las minorías vulnerables sean protegidas. Estas fueron las palabras expresadas por el clérigo musulmán Tahir Mehmood Ashrafi.
Tahir Mehmood Ashrafi: “Señor presidente de la Corte Suprema de Pakistán, la nación le exige que establezca un tribunal junto a la iglesia donde fue vandalizada la santa cruz y que celebre un juicio y emita un veredicto en el plazo de un mes. La nación quiere que se castigue a los culpables”.