En Estados Unidos, funcionarios penitenciarios del estado de Texas ejecutaron el miércoles a Ivan Abner Cantú, una persona de 50 años de edad procedente de la ciudad de Dallas. La ejecución se llevó a cabo a pesar de las grandes dudas que se plantearon sobre el fallo condenatorio y de una importante campaña para salvarlo de la pena de muerte. Un testigo clave se retractó del testimonio que brindó acerca de un doble homicidio ocurrido en el año 2000, en el que murieron el primo de Cantú y la prometida de su primo. Cantú siempre había mantenido su inocencia. Entre quienes pidieron una suspensión de la ejecución de Cantú se encontraban algunos miembros del jurado que participaron en el juicio, así como también congresistas demócratas, celebridades y activistas católicos. Cantú recibió una inyección de pentobarbital a las 6:26 p.m. y falleció 21 minutos después.
En noticias relacionadas, funcionarios penitenciarios del estado de Idaho tuvieron que suspender el miércoles la ejecución de Thomas Eugene Creech, ya que no se pudo encontrar una vena donde inyectarle la dosis letal. El equipo médico, formado exclusivamente por voluntarios, intentó encontrar una vena viable durante casi una hora y probó ocho lugares diferentes del cuerpo. La ejecución iba a ser la primera en Idaho en 12 años.