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La ofensiva israelí sobre Rafah en la última semana ha hecho que más de 450.000 personas huyan de la ciudad, muchas de las cuales ya eran refugiadas de otras regiones de Gaza. Al mismo tiempo, la escalada de bombardeos y ataques terrestres ha obligado a otras 100.000 personas a huir de sus hogares en el norte de Gaza. Una de las personas que acaban de evacuar Rafah es el periodista gazatí Akram al-Satarri, quien nos acompaña desde un refugio lleno de gente fuera del Hospital Al-Aqsa en Deir al-Balah, en la zona centro de Gaza. “El desplazamiento se está usando como un arma”, señala al-Satarri en referencia a la experiencia de familias que han sido desplazadas hasta ocho veces desde el inicio del ataque de Israel. “La gente está sufriendo, se ve privada de todo” debido a la toma de control por parte de Israel del cruce fronterizo de Rafah, que impide que la población afectada por la hambruna acceda a alimentos, agua, suministros y ayuda, añade al-Satarri. “Están tratando de preparar al pueblo palestino para una subyugación total”, concluye. Lo que está pasando en Gaza es “inconcebible y, sin embargo, la población de Gaza lo está viviendo”.
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