
Se ha filtrado un memorándum de la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, para el Departamento de Justicia y el FBI que contiene la directiva de elaborar una lista de organizaciones que puedan ser etiquetadas como de “terrorismo doméstico” por las posturas que sostengan acerca de la inmigración, el género y las políticas estadounidenses. Nos acompaña el periodista de investigación independiente Ken Klippenstein, quien obtuvo el memorándum, para analizar cómo éste amplía la directiva NSPM-7 emitida por el presidente Donald Trump tras el asesinato de Charlie Kirk, que activa una estrategia nacional para investigar y desmantelar a las organizaciones que, según el Gobierno, podrían incitar a la violencia política. El memorándum de Bondi apunta “no solo a la izquierda”, sino a “cualquier persona que no sea partidaria de Trump”, señala Klippenstein con respecto al amplio alcance de la orden, que persigue a lo que define como entidades que “se opongan a las leyes y el trabajo de control migratorio”, que estén a favor de “las fronteras abiertas y la migración a gran escala”, la “ideología radical de género” o sostengan posturas que se puedan describir como antiestadounidenses, anticapitalistas o anticristianas, así como “hostilidad hacia las posturas tradicionales sobre la familia, la religión y la moralidad”. Las personas que denuncien a “extremistas” podrían ser recompensadas financieramente y la orden para el FBI es que revise sus registros actuales y de los últimos cinco años.
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