
En el marco del avance en los tribunales estadounidenses de los casos contra estudiantes y activistas extranjeros que corren el riesgo de ser deportados, hablamos con el profesor Nader Hashemi, de la Universidad de Georgetown, quien fue a una cárcel del Servicio de Inmigración en Texas para ver a su colega Badar Khan Suri, también profesor de Georgetown, quien fue apresado por el Gobierno de Trump en marzo. Suri está casado con una ciudadana estadounidense de origen palestino. Al llegar a la prisión, Hashemi se sorprendió al enterarse de que Suri había sido designado como preso de alta seguridad y solo se le permitía salir a respirar aire fresco durante dos horas por semana.
Hashemi cuenta que “Badar Khan Suri fue contundente al expresar que el sufrimiento y el dolor que ha enfrentado y al que se ha sometido a su familia valdrá la pena si, en primer lugar, ayuda a exponer el manifiesto autoritarismo del Gobierno de Trump y, en segundo lugar, si su encarcelamiento ayuda a mantener la atención pública sobre el genocidio en Gaza”.
En los próximos días un tribunal federal de inmigración debe emitir un dictamen sobre el caso de Suri. “Al Dr. Suri se lo llevaron porque había alzado la voz por la paz”, señala Mary Bauer, directora ejecutiva de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) de Virginia. “Es muy claro que fue arrestado por su opinión política y sus vínculos familiares”.
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