
La represión del Gobierno de Trump a la inmigración está sembrando caos y temor en comunidades de todo Estados Unidos, con la irrupción de agentes fuertemente armados y enmascarados en los lugares de trabajo, las escuelas y los espacios públicos. En Los Ángeles, decenas de agentes federales, algunos de ellos a caballo, barrieron MacArthur Park, un parque ubicado en una zona de la ciudad habitada mayoritariamente por gente inmigrante y de clase trabajadora. “Parecía una ocupación militar de Los Ángeles”, dice Vladimir Carrasco, de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA).
Por su parte, dirigentes comunitarios de Chicago están expresando su indignación luego de que agentes federales de Inmigración se presentaran en el Museo Nacional de Arte y Cultura Puertorriqueña y se negaran a identificarse. Si bien más tarde desde el Departamento de Seguridad Nacional se aclaró que los agentes estaban en el museo por otro asunto, “sabemos que estaban allí para intimidarnos”, señala Verónica Ocasio, directora de educación y programación de la organización. Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses.
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