
La Casa Blanca ha pedido una exhaustiva revisión de las exposiciones de los museos Smithsonian con el fin de garantizar que estén alineadas con la interpretación que promueve el presidente Trump de la historia de Estados Unidos. “La idea de que el Smithsonian, que se creó como una entidad independiente, debe reflejar la visión de la historia que tenga cualquier Gobierno, en lugar de la visión de los historiadores, investigadores y otras personas que dedican sus vidas a estudiar estos temas, es más que problemática”, plantea Annette Gordon-Reed, profesora de Historia de la Universidad de Harvard, presidenta de la Organización de Historiadores Estadounidenses y una galardonada escritora.
Por otro lado, el Gobierno de Trump y el Departamento de Educación de Estados Unidos están trabajando con PragerU, una controvertida empresa conservadora de comunicación, para la producción de materiales educativos. “Se está manipulando la historia con el pretexto de hacer que los niños blancos no se sientan culpables de ser blancos”, señala Gordon-Reed. Los contenidos elaborados por PragerU ya han sido aprobados para su uso en escuelas públicas de diez estados del país.
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