
El presidente Trump ha dicho que va a calificar al movimiento antifascista descentralizado conocido como “antifa” como organización terrorista en momentos en que, desde el conservadurismo, están acusando a las organizaciones e ideas de izquierda de generar las condiciones que llevaron al asesinato del activista conservador Charlie Kirk. El Gobierno de Trump está “usando esto como una herramienta multiuso para arremeter contra la izquierda en su sentido más amplio y contra cualquiera que se oponga al fascismo mientras que, al mismo tiempo, le sigue dando una autoridad sin supervisión al FBI para ignorar el aumento de la violencia de derecha” en el país, señala el escritor Will Potter. “La intención es capitalizar esto para reprimir a sus oponentes y consolidar un poder autoritario”.
Potter es autor del libro “Little Red Barns” (Pequeños graneros rojos) que presenta una investigación sobre la represión estatal contra quienes intentan exponer los daños de la agricultura industrial, Potter explica que esto se implementa con mecanismos como criminalizar el periodismo y etiquetar la desobediencia civil como terrorismo, ejerciendo una represión contra ambientalistas, activistas por el bienestar animal y quienes practican el periodismo ciudadano.
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