La batalla por los medios de comunicación en Egipto: video informe sobre la libertad de prensa después de la revolución

Original en Español06 de septiembre de 2011
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    8 de Agosto de 2011

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    La revolución egipcia consiguió una cantidad de importantes logros: en particular, obligar al ex presidente Hosni Mubarak a dejar el poder y llevarlo a juicio público. Sin embargo, la revolución está lejos de haber terminado. La lucha por la reforma del Estado, las libertades civiles y la justicia económica y social se libra todos los días. Y hay un tema que afecta a todos los demás: los medios de comunicación. Ya sea la prensa escrita, la televisión, la radio o Internet, los medios de comunicación son un componente central de la revolución en Egipto. Y si bien hubo una apertura de la prensa en varios sentidos después de la revolución, todavía sigue habiendo mucho por hacer. El gobierno sigue reprimiendo a los periodistas y la prensa estatal sigue actuando en gran medida como portavoz del gobierno. Los corresponsales de Democracy Now! Sharif Abdel Kouddous y Nicole Salazar estuvieron investigando el tema de la reforma de los medios en Egipto y presentaron este video informe desde El Cairo.

    AMY GOODMAN: Pasamos ahora a Egipto. La revolución consiguió una cantidad importante de logros, el más notable fue haber expulsado al ex presidente Hosni Mubarak del poder y someterlo a juicio oral y público. Sin embargo, la revolución está lejos de haber terminado. La lucha por la reforma del Estado, por las libertades civiles y la justicia económica y social se libra todos los días. Y hay un tema que afecta a todos las demás: los medios de comunicación.

    Ya sea la prensa escrita, la televisión, la radio o Internet, los medios de comunicación son un componente central de la revolución en Egipto. Y si bien hubo una apertura de los medios en varios sentidos después de los levantamientos, todavía sigue habiendo mucho por hacer. El gobierno sigue reprimiendo a los periodistas y los medios del Estado continúan actuando en gran medida como portavoces del gobierno.

    Los corresponsales de Democracy Now! Sharif Abdel Kouddous y Nicole Salazar estuvieron investigando el tema de la reforma de los medios de comunicación en Egipto y presentaron este informe desde El Cairo.

    GIGI IBRAHIM: Esta revolución comenzó porque queremos que se rindan cuentas, queremos transparencia. Y esto es lo que muchos periodistas están intentando hacer, ser transparentes de verdad y exigir que los que están en el poder den explicaciones. No nos deberían condenar ni citar ni interrogar por eso.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: En Egipto, la lucha por la libertad de prensa y la reforma de los medios de comunicación está en el corazón de la batalla revolucionaria para el cambio. El levantamiento de 18 días logró expulsar al autócrata Hosni Mubarak que estuvo 30 años en el poder y reemplazarlo, al menos por el momento, por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. Y con la prensa mucho más dispuesta a criticar al gobierno y cubrir las protestas callejeras, los generales militares que están en el poder han comenzado a tomar medidas drásticas, tratando de que los periodistas se mantengan dentro de los límites, como lo hizo Mubarak antes de la revolución. En las últimas tres décadas, el régimen de Mubarak desplegó una serie de tácticas diferentes para amordazar a la prensa. Hisham Kassem es un destacado publicista y activista a favor de la democracia en Egipto.

    HISHAM KASSEM: Con Mubarak había una gran variedad de tácticas. Por un lado, la inscripción de los periódicos. Era prácticamente imposible inscribirse, a menos que tuvieras relaciones con el régimen o con uno de los hombres del régimen que se hacía pasar por alguien independiente. Por otro lado, mandaban periodistas a la cárcel, los golpeaban y presionaban a los anunciantes cuando alguna publicación se desviaba. Mubarak era muy creativo.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: Estoy con Hany Shukrallah, editor de “Ahram Online”, el portal de noticias en inglés de Al-Ahram.

    HANY SHUKRALLAH: Existía un margen bastante amplio de críticas, opiniones y puntos de vista divergentes, pero al mismo tiempo todo era muy tentativo, no estaba establecido u originado en la ley, uno podría ir a la cárcel casi por cualquier cosa, si se sigue textualmente la ley. Podrían tomar medidas drásticas solo por capricho. O si realmente estuviste en algo serio, como informar sobre un caso muy claro de corrupción que es criminal y punible, entonces seguro te atrapaban.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: En los últimos años, la represión también se extendió al ciberespacio. Si bien los blogueros y activistas de Internet generalmente tenían mayor libertad para ejercer la crítica, no fueron inmunes a las acciones judiciales. De hecho, la ley de telecomunicaciones egipcia permite al gobierno encarcelar prácticamente a cualquier persona que esté en Internet. Amr Gharbeia trabaja para la Iniciativa Egipcia para los Derechos Individuales.

    AMR GHARBEIA: El artículo 64 de la ley egipcia de telecomunicaciones prohíbe el uso de la encriptación. Cuando ingresamos a una casilla de correo electrónico o cuenta de Facebook o Twitter utilizamos una conexión encriptada, lo que significa que todos —tanto el servidor de Internet como la empresa de telecomunicaciones— están violando la ley y todos pueden terminar cumpliendo una sentencia de cinco años.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: Mientras el régimen reprimía a los periodistas que se alejaban demasiado de los límites, los medios de comunicación del estado actuaban ampliamente como propaganda del gobierno. Hossam Bahgat es el director ejecutivo de Iniciativa Egipcia para los Derechos Individuales.

    HOSSAM BAHGAT: Podríamos hablar de los medios de comunicación estatales, los cuales estuvieron unánimemente a favor de Mubarak y su partido con diferentes grados de profesionalismo, pero que claramente no fueron medios de comunicación al servicio de los ciudadanos. Es decir, eran medios pertenecientes al pueblo egipcio, pero que solo estaban al servicio del dictador.

    HANY SHUKRALLAH: El ejemplo más claro de que los medios de comunicación actuaban como portavoces del gobierno de la forma más flagrante fue durante la revolución, cuando había un millón de personas en la Plaza Tahrir, pero la cámara de la televisión estatal enfocaba debajo de un puente. Solo había que mover la cámara medio centímetro o un centímetro para capturar la imagen del millón de personas en la Plaza Tahrir. Y por supuesto, todos esos presentadores y figuras de la televisión estaban histéricamente contra la revolución. Quiero decir, esa gente tiene las manos manchadas de sangre.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: Al día siguiente del derrocamiento de Mubarak, muchos periodistas de los medios estatales y presentadores de televisión se dieron vuelta rápidamente: de defender ferozmente a Mubarak pasaron a criticar su gobierno y a proclamarse del lado de la juventud revolucionaria. Cuando surge el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas como el nuevo gobierno del país, los medios de comunicación estatales una vez más se pusieron del lado de quienes están en el poder.

    HISHAM KASSEM: Los medios de comunicación del gobierno son incapaces de funcionar sin un jefe. Su propuesta editorial está basada en la defensa de quien esté en el poder. Y aún cuando tuvieron la oportunidad de cambiar eso, fueron incapaces de hacerlo. Así, en todos los medios, ya sea en la prensa escrita o emisiones de radio y televisión, ahora están tratando de complacer a la junta militar.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: Con el acatamiento de los lineamientos del gobierno por parte de los medios de comunicación estatales, el consejo militar en el poder trató de reprimir todas las críticas de la prensa independiente. Hace más de medio siglo que los periodistas tienen prohibido por ley hablar del ejército.

    HISHAM KASSEM: La ley 313 del año 1956 prohíbe que se divulgue cualquier tipo de información sobre las fuerzas armadas, no necesariamente asuntos confidenciales o clasificados. Por ley, no se puede informar sobre ese tema, entonces si el ministro de defensa sale en CNN y dice “vamos a cambiar el color de nuestros uniformes” y un periodista lo informa, aún así podría ser denunciado porque no se trata de si es un asunto confidencial o no.

    HOSSAM EL-HAMALAWY: Haciendo una búsqueda rápida en Google se puede encontrar un listado más o menos completo del armamento y arsenal del ejército egipcio en los sitios web estadounidenses e israelíes. Yo, como periodista egipcio, no puedo publicar eso en un periódico aquí en Egipto sin la autorización del ejercito, y si la pidiera, es muy probable que digan que no de todos modos.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: Hossam El-Hamalawy es un destacado periodista y bloguero en Egipto.

    HOSSAM EL-HAMALAWY: Después del 28 de enero, la situación se ha vuelto un poco confusa para el ejército y también para los periodistas. Por un lado, antes de la revolución no se veía al ejército en las noticias, y si llegaba alguna noticia a tus manos, había que llamarlos para pedirles permiso para publicarla. Pero de repente, el ejército estaba en todos lados. El ejército, las críticas, quienes están a favor y quienes están en contra del ejército son temas que se debaten a diario y que los medios de comunicación más o menos están obligados a informar. Lo que quiero decir es que antes de la revolución todo esto era un gran tabú.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: El Consejo Supremo gobernaba el día a día del país, pero la prohibición de informar sobre las cuestiones militares era casi imposible de cumplir. Sin embargo, el ejército trató de volver a aplicar las restricciones. A finales de marzo, la Dirección de Asuntos Morales del Ejercito Egipcio envió una carta a todos los editores del país exigiéndoles conseguir una aprobación antes de publicar lo siguiente: “cualquier tipo de tema, noticia, declaración, denuncia, anuncio publicitario o imagen relacionada con las fuerzas armadas”. El Comité para la Protección de Periodistas lo describió como el peor revés para la libertad de prensa en Egipto desde la caída del presidente Hosni Mubarak. Después de eso, el ejército dio un paso más y comenzó a interrogar a algunos periodistas en particular.

    HOSSAM EL-HAMALAWY: La fiscalía militar citó a varios periodistas para interrogarlos como método de intimidación, después de que los mismos no cumplieran el límite impuesto por el ejército. Y yo fui uno de los que citaron.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: El fiscal militar citó a Hossam el-Hamalawy para interrogarlo el 30 de mayo, después de que el-Hamalawy acusara a la policía militar de tortura, en un canal de televisión privado. Tres semanas más tarde, Rasha Azab, periodista del diario Al Fajr, también fue citada por la Fiscalía Militar, junto con el jefe de redacción del periódico. Rasha había escrito un artículo que detallaba una reunión entre el Consejo Supremo y activistas de la campaña contra el uso generalizado de los juicios militares contra civiles. El fiscal militar la acusó de publicar información falsa que podía causar desorden público. Decenas de manifestantes se reunieron fuera de la oficina del fiscal militar cuando Rasha entraba para ser interrogada. Entre ellos se encontraba su amiga, la destacada activista Gigi Ibrahim.

    GIGI IBRAHIM: Es realmente una vergüenza que a personas como ella, que hacen su trabajo sincera y respetuosamente, que lo dan todo, básicamente dando a conocer la verdad a la sociedad y haciendo su trabajo como es debido, con valentía, se las cite y se las condene en tribunales militares y se las mande a cárceles militares. Es muy vergonzoso.en libertad sin fianza, pero su caso aún está pendiente. Más tarde Azab explicó que el interrogatorio al que los militares la sometieron no tuvo nada que ver con el tema de la tortura sobre el que ella había escrito en su artículo

    RASHA AZAB: El único objetivo de citarnos ante el fiscal militar fue aterrorizar a los periodistas, para que no investiguemos todos los excesos del ejército egipcio y el consejo militar, y para que el consejo militar funcione como un límite. En el gobierno actual, los informativos, el periodismo y los medios de comunicación estamos sufriendo el mayor ataque que se haya producido en Egipto. Existe un acuerdo implícito entre los periodistas de medios dominantes y el consejo militar de que no debe haber ningún informe revelador.

    GIGI IBRAHIM: Antes el límite solía ser Mubarak. Ahora el límite es el Consejo Supremo. Así que en realidad la situación no ha cambiado mucho. Tal vez sí se pueda decir que podemos hablar abiertamente del antiguo régimen, del régimen de Mubarak. Sí, se puede escribir cualquier crítica acerca del régimen de Mubarak o los corruptos del pasado. Sin embargo, si hablas de gente corrupta que ahora está en el poder como, según algunos sostienen, el Consejo Supremo y otros, entonces eres acosado y citado a declarar y eres procesado e interrogado por lo que escribes, así como por tus críticas y por lo que dices. Eso no es libertad de prensa ni libertad de expresión. Por ese mismo motivo hubo una revolución.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: En el caso más grave, un tribunal militar condenó en abril al bloguero Michael Nabil a tres años de prisión por insultar a las fuerzas armadas, después de haber escrito un artículo criticando al ejército. Pero a pesar de los intentos de los militares de reprimir la libertad de prensa, las críticas al Consejo Supremo siguieron creciendo. El 9 de julio, un día después de las manifestaciones masivas en las calles de todo el país, el consejo militar anunció que le había tomado juramento a un nuevo ministro de información. El Ministerio de Información hace mucho que está considerado como una parte integral del aparato propagandístico del Estado y muchos creían que el cargo, que había estado vacante durante los últimos cinco meses, iba a desparecer por completo.

    HANY SHUKRALLAH: Esta es una cartera que pertenece a los regímenes autoritarios. Ningún gobierno democrático tiene un ministro de información. Y no queremos tenerlo. A medida que las cosas avanzaban, empezaron a recibir muchas críticas, algunas de ellas realmente fuertes, entonces trataron de controlar. Pero no creo que lo estén logrando, porque hay una presión enorme en la calle.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: Después del 25 de enero, el nivel de participación en la política por parte del pueblo egipcio y el deseo de un periodismo serio aumentaron muchísimo.

    HOSSAM BAHGAT: El nivel de audiencia de los medios de comunicación, de lectores, de la tele audiencia, aumentó más de lo que nos imaginábamos. En términos de consumo, hay una gran demanda no sólo de medios de comunicación, sino de medios que hacen cobertura política, entre ellos, por supuesto, la cobertura de lo que era imposible cubrir en el gobierno de Mubarak.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: Desde el derrocamiento de Mubarak, se han puesto en marcha media docena de periódicos nuevos y alrededor de 16 canales de televisión han obtenido licencias de emisión, casi todos ellos son propiedad de empresarios o partidos políticos. Lina Attalah es la jefa de redacción de la edición en inglés de Al-Masry Al-Youm.

    LINA ATTALAH: Lo que me preocupa es que los medios de comunicación privados no son lo mismo que los medios de comunicación independientes. Por eso tengo cierto recelo de cómo se van a dirigir y van a funcionar estos nuevos medios privados, de manera que el control que ejercía el régimen no ejerza ahora un grupo de empresarios o un grupo de propietarios que también tienen intereses en este período de transición y en el futuro político del país. Esto me interesa mucho. Veo muchas posibilidades. Pero también soy consciente de las limitaciones que puede tener la inversión en los medios de comunicación por parte de hombres de negocios.

    HISHAM KASSEM: La mayor parte de estas nuevas compañías de medios son propiedad de particulares, cosa que no es mejor que la propiedad del gobierno. Prácticamente todos los canales de televisión o los periódicos fueron manipulados por sus propietarios.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: Pero no todos los nuevos medios de comunicación en Egipto son propiedad de empresarios o grupos políticos. Lobna Darwish es una de las fundadoras de Mosirreen, un nuevo centro independiente de noticias con sede en el centro de El Cairo.

    LOBNA DARWISH: Todas las iniciativas surgieron a partir del periodismo ciudadano en Egipto. Hay un montón de gente que ha estado twiteando, actualizando sus cuentas de Facebook, subiendo información a Internet y subiendo vídeos y de ahí es de donde hemos estado sacando la mayor parte de nuestra información, desde la revolución hasta ahora. Pensamos que si reuníamos todo estos esfuerzos de periodismo ciudadano, íbamos a poder ofrecer una nueva fuente de medios de comunicación en Egipto que fuera confiable, gratis y descentralizada, que puede además convertirse en algo realmente importante, una fuerza de apoyo a la revolución.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: A pesar de la represión de los medios de comunicación por parte del ejército, hay un movimiento creciente por la libertad de prensa en Egipto. Muchos de los jóvenes revolucionarios que participaron en el levantamiento que duró 18 días están intentando crear nuevos medios independientes. Se ha establecido un sindicato de periodistas independientes con el objetivo de defender los derechos de los periodistas. Los defensores de los medios de comunicación están intentando reformar las leyes y normas que regulan la televisión y la radio para transformar el panorama pos Mubarak de los medios de comunicación. Se dan cuenta de que una prensa libre e independiente es fundamental para la lucha por el cambio en Egipto.

    HOSSAM BAHGAT: Los medios de comunicación verdaderamente independientes van a ser la única garantía para que realmente se pueda construir una sociedad democrática. También tenemos que garantizar que la sociedad sea democrática, no sólo el gobierno, ya sea que se trate de los derechos de las mujeres y la igualdad de género, de los derechos de las minorías religiosas y el ejercicio de la libertad de religión, o de las libertades sociales e individuales. Y una buena manera de garantizar esto, en mi opinión la mejor, es asegurar que los medios de comunicación sean una parte de esta lucha por la democratización de nuestra sociedad, paralelamente a los esfuerzos por democratizar el gobierno.

    SHARIF ABDEL KOUDDOUS: En esta fase crítica de transición en la historia de Egipto, la lucha por la libertad de los medios de comunicación apenas ha comenzando.
    Sharif Abdel Kouddous y Nicole Salazar para Democracy Now!, desde El Cairo, Egipto.

    AMY GOODMAN: La cobertura de Sharif y Nicole en Egipto ha sido posible, en parte, gracias a una beca del Pulitzer Center on Crisis Reporting.


    Traducido por Alejandra Burgos y Gabriela Díaz Cortez

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