De Bolivia a Bagdad, Noam Chomsky habla acerca de crear otro mundo en tiempos de guerra, imperio y devastación

Reportaje01 de enero de 2007

El intelectual y lingüista mundialmente reconocido Noam Chomsky, dio una conferencia en un evento denominado”¿Qué será lo próximo? Creando otro mundo en tiempos de guerra, imperio y devastación” (What’s Next? Creating Another World in a Time of War, Empire and Devastation). La conferencia tuvo lugar en la Iglesia Emmanuel de Boston y estuvo auspiciada por Massachussets Global Action. Chomsky es profesor de Lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) y regresó de una visita a Latinoamérica en Octubre. Disertó sobre las recientes elecciones que han tenido lugar en la región, las que llevaron al poder a gobiernos de izquierda que cuestionan la política exterior de EEUU. Chomsky habló también sobre Irak e Irán en el contexto de Latinoamérica.

Noam Chomsky, profesor de lingüística del MIT, presentó su ponencia hace unas semanas en un evento auspiciado por Massachussets Global Action.

Transcripción
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AMY GOODMAN: Hoy presentamos al intelectual y lingüista mundialmente reconocido Noam Chomsky, que hace unos días disertó en un evento auspiciado por Massachussets Global Action. Su ponencia se llamó “¿Qué será lo próximo? Creando otro mundo en tiempos de guerra, imperio y devastación” (What’s Next? Creating Another World in a Time of War, Empire and Devastation). Tuvo lugar en la Iglesia Emmanuel de Boston.

Chomsky es profesor de Lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT). Regresó hace poco de una visita a Latinoamérica, y habló sobre las recientes elecciones que han tenido lugar en la región, las que llevaron al poder a gobiernos de izquierda que cuestionan la política exterior de EEUU. Chomsky habló también sobre Irak e Irán en el contexto de Latinoamérica.

NOAM CHOMSKY:Hubo un encuentro la semana pasada en Cochabamba, Bolivia, de todos los líderes sudamericanos. Fue un encuentro importante. Un índice de su importancia es que no fue reportado fuera de los servicios de cable. Lo cual significa que todos los editores estaban informados. Como supongo que no leyeron aquel informe del servicio de cable les voy a leer algunas cosas que indican por qué fue tan importante.

El sábado pasado, los líderes sudamericanos acordaron crear una comisión de alto nivel para estudiar la idea de formar una comunidad continental semejante a la Unión Europea. Me refiero a lo que se llama la Comunidad Sudamericana de Naciones donde los líderes y enviados de todos los países participaron en una cumbre de dos días en Cochabamba con el presidente de Bolivia, Evo Morales, como anfitrión. Los líderes —ahora estoy leyendo— acordaron formar un grupo de estudio para ver la posibilidad de crear una unión continental y hasta un parlamento Sudamericano. El resultado, según leo en el informe de la agencia AP, dejó al apasionado presidente venezolano Hugo Chávez, desde hace tiempo agitador de la región, y a la vez tomando un papel mayor en el mundo, complacido, pero impaciente: una postura típica. El informe continúa diciendo que los planes hacia la conformación de la unidad sudamericana continuarán este mes cuando el MERCOSUR, el bloque sudamericano de comercio, celebre su reunión, la que incluye a líderes de Brasil, Argentina, Venezuela, Paraguay, y Uruguay.

Ha habido un punto de conflicto en Sudamérica entre Perú y Venezuela, pero se aclara que Chávez y el presidente peruano Alan García aprovecharon la cumbre para hacer las paces tras haber intercambiado insultos durante el presente año. Y ese era el único conflicto real en Sudamérica. Así que parece que se ha suavizado.

Rafael Correa, el nuevo presidente ecuatoriano, propuso una ruta de intercambio por tierra y río para unificar la selva amazónica del Brasil con la costa pacífica del Ecuador, sugiriendo que esto podría ser una alternativa al Canal de Panamá para América del Sur.

Chávez y Morales celebraron un nuevo proyecto conjunto, la planta de separación de gas en la región boliviana más rica en ese recurso. Es una asociación entre PEDEVESA, la empresa petrolera venezolana, y la compañía de energía estatal boliviana. Y así sigue. Venezuela, como sé que algunos de ustedes saben, es el único miembro latinoamericano de la OPEP y tiene, por mucho, las más grandes reservas petroleras confirmadas por fuera del Medio Oriente; según algunos cálculos, quizás hasta las de Arabia Saudita no sean comparables. Bueno, eso es muy importante en el contexto general. Luego voy a comentar sobre eso.

También hubo contribuciones constructivas interesantes de Lula da Silva, el presidente de Brasil, Bachelet de Chile y otros. Todo esto es extremadamente importante.

Esta es la primera vez, desde las conquistas españolas hace 500 años, que ha habido movimientos reales hacia la integración en Sudamérica. Los países han estado muy separados entre ellos y la integración va a ser un requisito previo para la independencia auténtica. Quiero decir, ha habido, deben saberlo, esfuerzos hacia la independencia, pero han sido aplastados frecuentemente con gran violencia, en parte por la falta de apoyo regional, porque había muy poca cooperación regional, y así uno podía acabarlos uno por uno.

Eso es lo que pasó desde los años 60. El gobierno de Kennedy organizó un golpe en Brasil, el primero de muchos y ocurrió justo después de que el asesinato ya estuviera planificado. Era el primero de una serie de dominós que caían. Estados con seguridad nacional al estilo neonazi se regaron por todo el hemisferio; Chile fue sólo uno de ellos. Esto recién llegó a Centroamérica con las guerras terroristas de Reagan en los años 80, que la devastaron. Cosas similares ocurrieron también en el Caribe. Pero ese era un proyecto para destruir un país tras otro, uno por uno. Y tuvo el efecto dominó esperado. Es la peor plaga de represión de la historia latinoamericana desde las conquistas originales, que fueron horrendas. Apenas se está comenzando a entender qué tan horrendas fueron.

Pero la integración sí crea la base para la independencia potencial y eso es de suma importancia. La historia colonial, España, Europa, Estados Unidos, no sólo dividieron a los países entre sí, sino que también dejaron una fuerte división interna dentro de los países, de cada uno de ellos, entre una pequeña y muy acaudalada élite y una enorme masa de personas empobrecidas. La correlación en términos de raza es bastante clara. Generalmente, la élite rica era blanca, europea, occidentalizada, y la masa pobre de la población era nativa, indígena, negra, mestiza, etc. Es una correlación bastante clara y sigue hasta el presente.

Las élites blancas, blancas en su mayoría, no eran quienes manejaban los países… no estaban integradas, o sea, tenían pocas interrelaciones con los otros países de la región. Estaban orientadas hacia el occidente. Se puede notar esto de muchas formas. Por ejemplo, a dónde se exportó el capital, dónde se encontraban sus casas secundarias, dónde iban sus hijos a las universidades, dónde estaban las conexiones culturales, etc. Y tenían muy poca responsabilidad dentro de sus propias sociedades. Así que había una división fuerte.

También se apoyaba mucho, se puede ver, por ejemplo, en las importaciones. Las importaciones generalmente son bienes de lujo, en su gran mayoría. El desarrollo, tal como fue, fue más que nada desde el extranjero. Latinoamérica estaba mucho más abierta, mucho más abierta a las inversiones extranjeras que, digamos, el este asiático. Es parte del motivo por el cual su desarrollo tomó caminos tan distintos en el pasado… Caminos radicalmente distintos hacia el desarrollo durante el último par de décadas.

Y, claro, los elementos de la élite sentían mucha simpatía por los programas neoliberales de los últimos 25 años, que los enriquecieron…Destruyeron los países, pero los enriquecieron. América Latina, más que cualquier región del mundo, por fuera del sur de África, se adhirió rigurosamente al llamado Consenso de Washington, lo que llamaban por fuera de Estados Unidos los “programas neoliberales” de los últimos 25 o 30 años. Y en todas partes donde se llevaron a cabo rigurosamente, causaron desastre. Casi no hay excepciones. Una correlación muy notoria. Reducciones fuertes en el crecimiento, otros índices macroeconómicos, todos los efectos sociales que conllevan.

La verdad es que la comparación con el este asiático es muy interesante. Latinoamérica es potencialmente una zona mucho más rica. Quiero decir, hace un siglo se daba por entendido que Brasil sería lo que se llamaba el Coloso del Sur, comparable con el Coloso del Norte. Haití, hoy en día uno de los países más pobres del mundo, era la colonia más rica del mundo, fuente de mucha de la riqueza de Francia y que ahora está devastada, primero por Francia y luego por Estados Unidos. Y Venezuela…impresionante riqueza…se la tomó Estados Unidos alrededor de 1920, justo al comienzo de la era del petróleo; había sido dependencia británica, pero Woodrow Wilson sacó a los británicos reconociendo que el control del petróleo iba a ser importante, y apoyó a un dictador despiadado. Y luego, más o menos, sigue así hasta el presente. Así que los recursos y el potencial siempre han existido. Muy ricos.

En contraste, el este asiático casi no tenía recursos, pero siguieron un camino para el desarrollo muy diferente. En América Latina, las importaciones eran bienes de lujo para los ricos. En el este asiático, eran sus bienes capitales para el desarrollo. Ellos tenían programas de desarrollo que el Estado coordinaba. Ellos prácticamente hicieron caso omiso del Consenso de Washington. El control sobre el capital, el control sobre la exportación del capital, penas fuertes por hacerlo, sociedades más o menos igualitarias, muy… autoritarias, a veces, bastante severas…pero con programas educativos, programas de salud y así sucesivamente. De hecho, casi que siguieron los caminos del desarrollo de los países que actualmente son ricos, que son radicalmente distintos a las reglas que se le están imponiendo al sur.

Y esto va muy atrás en la historia. Yendo al siglo XVII, las potencias comerciales e industriales eran China e India. El promedio de la expectativa de vida en Japón era mayor que en Europa. Europa era como una frontera barbárica pero tenía sus ventajas, principalmente en salvajismo, y conquistó al mundo, impuso algo parecido a las reglas neoliberales sobre las regiones conquistadas, y por su parte ella, implementaba muy alto nivel de proteccionismo, mucha intervención del Estado, etc. Europa se desarrolló.

Estados Unidos, como ejemplo clásico, tenía los más altos aranceles aduaneros en el mundo, el país más proteccionista durante la época del desarrollo económico mundial. Por cierto, hasta alrededor de los años 50, cuando Estados Unidos poseía la mitad de la riqueza del mundo, sus aranceles eran mayores que los de los países latinoamericanos hoy en día, los cuales están siendo causa de órdenes de reducción.

Intervención masiva del Estado en la economía…los economistas no hablan mucho acerca de ello, pero la presente economía de EE.UU. depende mucho del apoyo que recibe del Estado. Allí es donde uno se da cuenta de que las computadoras, Internet, el tráfico aéreo y el tránsito de mercancías, los contenedores que van por barco, todo eso emana casi por completo del sector público, incluyendo productos farmacéuticos, técnicas para administrar negocios y más. No quiero entrar en ese tema, pero hay una correlación importante a lo largo de la historia. Son los métodos del desarrollo.

El tercer mundo fue creado por los métodos neoliberales, y en los últimos 30 años, han causado desastres en toda Latinoamérica y en el sur de África, los lugares del mundo que se adhieren más rigurosamente a ellos. Mientras, por otro lado, en Asia Oriental había desarrollo, se ignoraban tales métodos y se seguía más o menos el modelo de las actuales naciones ricas.

Bueno, hay esperanza de que esto comience a cambiar. Hay finalmente esfuerzos en Sudamérica, desafortunadamente no en América Central, la cual ha sido devastada por el terror de los últimos años, particularmente en los ’80. Pero Sudamérica es, yo pienso, desde Venezuela hasta Argentina, el lugar que más inspira entusiasmo en el mundo. Hay una reacción a esto que hemos comentado. Después de 500 años, se empieza por fin a
ver esfuerzos para superar estos agobiantes problemas. La integración que está ocurriendo, sobre la que acabo de leer, es un ejemplo.

Hay avances para los Pueblos Indígenas. Ellos, por primera vez en cientos de años están teniendo participación en las decisiones de sus propios asuntos internos, lo que es un importante comienzo en algunos países. En Bolivia han tenido éxito en la administración de su país, controlando sus recursos naturales. Esto está avanzando en la democratización, en la democracia auténtica, en la cual la población boliviana participa.

Así es en Bolivia, la nación más pobre de Sudamérica (Haití es la más pobre del hemisferio), donde ha habido elecciones democráticas el año pasado, realmente del tipo que uno no puede imaginar en Estados Unidos, o en Europa tampoco. Hubo participación popular masiva y la gente sabía cuáles eran sus más apremiantes asuntos. Las propuestas fueron claras e importantes. Y no solamente hubo participación en el día de las elecciones. Estas son las cosas por las cuales han luchado durante muchos años. De hecho, Cochabamba es un símbolo de esa lucha. Volveré a este tema más adelante… Así es, propuestas claras, participación popular, esfuerzos que continúan, eligieron a uno de los suyos. Esto no se compara con lo que sucede en EEUU. Ustedes pueden reflexionar esto por sí mismos pero esa es una verdadera elección democrática, inimaginable por nosotros aquí.

Efectivamente, en nuestras elecciones, las propuestas y asuntos son desconocidas. Hay esfuerzos concertados para asegurar que tales propuestas secretas se mantengan fuera del dominio de la opinión pública y por buenas razones. Hay una gran brecha entre la opinión pública y las políticas de gobierno. Así es que uno debe alejarse de los asuntos sustanciales y debe concentrar los esfuerzos en apariencias, distracciones engañosas, etc. Las elecciones son manejadas por las mismas industrias que venden pasta dental en comerciales por televisión. Uno ya no espera obtener información acerca de un candidato a partir de un debate, o de un comercial o de ningún otro atavío y adorno que van con lo que aquí se llaman elecciones.

Hay mucha inquietud en la izquierda acerca de irregularidades en las elecciones, como ustedes saben, las máquinas de votación alteradas, no cuentan los votos acertadamente, etc. Eso es correcto y de alguna manera significativo, pero de mucho más importancia es el hecho de que las elecciones simplemente no suceden, no en el sentido significativo del término “elección”. Por tanto, no importa mucho si ha habido fraude. Sospecho que es por eso que la población no se molesta en votar. La inquietud sobre el fraude electoral, las máquinas alteradas, etc. es un fenómeno de la élite social. La mayor parte del país no se preocupó mucho por ello. “OK, no importa si la elección fue robada”. Quiero decir, si uno está tirando una moneda al aire para seleccionar a un rey o algo así, no importa mucho si la moneda viene sesgada. Este parece ser el sentir de la mayoría de la gente. Y hay cierta justificación al respecto.

De hecho, la actitud del público aquí hacia el sistema político es muy dramática. Es decir, más o menos un tercio de la población de EE.UU., de acuerdo a las encuestas recientes, cree que la administración Bush ha sido responsable por el 11S. Pero no lo toman como un problema, como tampoco piensan que haya que preocuparse por eso. “¡Si, si, por supuesto! Son todos unos ladrones y mafiosos criminales, y asesinos. Dígannos algo nuevo, ¿saben? No tiene mucho que ver con nosotros.” Este es un comentario estremecedor sobre el estado de la democracia estadounidense.

Se ha hablado mucho acerca de que tenemos una nación dividida. Necesitamos unificarnos, necesitamos un unificador, alguien que la devuelva a como era antes. Rojo y azul, etc. Esto es bastante marginal. Es una nación dividida. Está dividida entre opinión pública y política pública. Una división aguda. Y asunto tras asunto, el sistema político entero está muy a la derecha del público y sus actitudes. Y sabemos muy bien cuáles
son éstas, pues es un asunto muy estudiado en EE.UU.

Para poner un último ejemplo, el otro día conducía a casa desde mi trabajo molesto mientras escuchaba la Radio Pública Nacional…Tengo una vena masoquista que no puedo superar. De hecho, algún día los voy a demandar. Una vez me enojé tanto que sobrepasé el límite de velocidad. Perdí el control de lo que hacía y me detuvo un policía. Iba a 100 kilómetros por hora en una zona de 50,…posible causa para una demanda civil…si hay algún abogado en la sala. Pues emitían un segmento sobre Barack Obama, la gran nueva esperanza. Fue muy exuberante: ¡qué personaje tan fantástico es! ¡Y qué gran candidato con mucha gente prestándole atención! Siguió la excitante retórica por 15 minutos. Pero faltó algo. No dijeron ni una palabra de sus posturas en ninguna materia. Es como que no les importa ¿saben? Es un unificador. Te mira a los ojos cuando habla. Es un tipo muy decente, de buena procedencia. Bien, eso es una elección. El caso de Bolivia fue radicalmente distinto, y es una distinción muy chocante.

AMY GOODMAN:Noam Chomsky habla en Massachusetts. Regresaremos con él luego de una breve pausa.

[pausa]

AMY GOODMAN:Volvemos ahora al discurso del reconocido lingüista y profesor del Instituto de Tecnología de Massachussets, Noam Chomsky, hablando recientemente en Boston. Su conferencia se llamó “¿Qué es lo próximo? Crear otro mundo en tiempos de guerra, imperio y devastación”.

NOAM CHOMSKY:Una cosa que ha ocurrido en Latinoamérica en las últimas décadas es que ha habido una auténtica ola de democratización. A pesar de que EE.UU. trata de impedirlo, ha ocurrido. Sin embargo, lamentablemente, ha habido un efecto secundario al incremento de la democratización. Mientras el apoyo a la democracia en Latinoamérica se mantuvo fuerte, el apoyo a los gobiernos electos ha ido en descenso. En persistente declive.

Una explicación razonable fue dada por el argentino Atilio Borón, un experto en Ciencias Políticas. Él remarcó que la oleada de democratización se correlacionaba con programas neoliberales, que están diseñados precisamente para socavar la democracia. No tengo ahora tiempo de profundizar en esto, pero todos los elementos están específicamente diseñados para sabotear la democracia, para restringir el ámbito público, su participación, etc. Concluye diciendo algo que considero acertado…que no es sorprendente que mientras el deseo de tener democracias se mantiene alto, el apoyo a los gobiernos electos desciende, en la medida en que ellos implementan los programas que dañan la democracia.

Ahora bien, hay algunas excepciones. La excepción más notable es Venezuela. Reitero, la opinión latinoamericana es muy cuidadosamente estudiada y sondeada, consecuentemente sabemos mucho al respecto. Desde 1998 al presente, el apoyo al gobierno electo se ha incrementado enormemente, en dramático contraste con casi todo el resto de Latinoamérica. Hay algunos aumentos de apoyo en otros lugares. Y, de hecho, Venezuela lidera el continente en el número de simpatizantes al gobierno electo. Probablemente por eso se lo califica de antidemocrático, autoritario y dictador, etc., etc.

La retórica es interesante. Hay tendencias autoritarias, sin duda, pero pintar a Chávez como un dictador de segunda, que ha destruido la libertad de prensa y que sé yo…, esa es la línea habitual también en la prensa de derecha en Sudamérica, y de hecho se lo cree, pero es completamente inconsistente con los hechos.

Es decir, tomemos por ejemplo la libertad de prensa. Como saben, hubo un golpe de estado en Venezuela en el 2002, con el apoyo de EE.UU. El gobierno fue derrocado. Tomó posesión Pedro Carmona, un rico empresario, que inmediatamente disolvió el parlamento, destruyó la Corte Suprema y se deshizo de la oficina del Fiscal General y del Defensor Público. Todo vestigio de democracia fue demolido.

Estados Unidos apoyó fuertemente el golpe. La prensa privada venezolana lo apoyó de igual forma. Una de las personas que apoyaron el golpe fue el candidato de la oposición en las últimas elecciones. Otros impulsores del golpe fueron el grupo “SÚMATE”, el cual recibió ayuda de EE.UU. para obtener lo que llaman “construcción de democracia”. De modo que el golpe fue apoyado por una parte sustancial de la élite de la sociedad, fue instigado por EEUU y destruyó el sistema democrático.

Los golpistas fueron rápidamente derrocados por un levantamiento popular. Estados Unidos tuvo que dar marcha atrás. Pero lo sorprendente es que los diarios siguen publicando ataques al gobierno. Rosales, que apoyó el golpe, fue candidato en la elección. SÚMATE, que apoyó el golpe, sigue funcionando y es el mayor receptor de fondos estadounidenses para la promoción de la democracia.

Tan sólo imaginen que eso hubiese sucedido en Estados Unidos. Supongan que un golpe derrocara al gobierno, con el apoyo de la prensa, ¿no? A manos de figuras políticas, etc. ¿Continuaría funcionando la prensa? Quiero decir, ¿podría un impulsor del golpe ser candidato en la siguiente elección? Es inimaginable. Todos ellos acabarían frente a pelotones de fusilamiento. Aún así, este es el dictador de segunda que destruye la libertad de prensa. No es la primera vez…

De todos modos estos son acontecimientos de bastante importancia. Y lo que ilustran en primer lugar es cómo avanza la integración, la democracia independiente y auténtica con movimientos de masas populares y participación, etc. Todo muy importante. Pero paralelamente se observa un declive en métodos de control y dominación. Es decir, Estados Unidos ha dominado la región durante mucho tiempo con dos métodos principales: uno de ellos, la violencia; el otro, la estrangulación económica, los controles económicos. Y ambos métodos están perdiendo eficacia.

2002 fue el último esfuerzo de EEUU de derrocar a un gobierno. En el pasado esto era rutina. De hecho, el gobierno de Estados Unidos está apoyando por ejemplo a Lula, quien hace 40 años atrás hubiera sido probablemente derrocado. No hay mucha diferencia entre Lula y Goulart, el presidente brasileño que fue derrocado por un Golpe de Estado instigado por Kennedy. Hay una notable baja en la eficacia de la violencia a fin de controlar.

Y eso mismo es aplicable a los controles económicos. Uno de los principales controles económicos de los últimos años ha sido el FMI (Fondo Monetario Internacional) que es prácticamente una sucursal del Tesoro de Estados Unidos. Pero los países se están liberando de sus controles. Argentina era un alumno ejemplar del FMI, era una historia de gran éxito, salvo por el hecho de que ese logro causó al final un colapso completo. Un terrible hundimiento. Argentina se recuperó, pero lo hizo violando las normas del FMI, negándose a pagar sus deudas, comprando lo que restaba de sus obligaciones y “deshaciéndonos del FMI”, como el propio presidente lo expresó. Fueron capaces de hacer tal cosa, en parte con la ayuda de Venezuela que compró como un tercio de su deuda en un ejemplo de cooperación. Brasil, por su parte, fue también en esa misma dirección, liberándose del FMI.

Bolivia está haciendo lo mismo ahora. Bolivia había sido, reitero, un riguroso y obediente estudiante del FMI durante unos 25 años. Acabó con ingresos per cápita inferiores a la que tenían cuando empezaron. Bien, ahora se están liberando también del FMI, de nuevo con ayuda de Venezuela. De hecho, el FMI tiene serios problemas. Si miras las páginas de negocios, podrás ver que su viabilidad está siendo cuestionada, porque no está
obteniendo el tipo de fondos que solía obtener gracias al papel que desempeñaba en lo que el director ejecutivo de EE.UU. del FMI calificó como “el guardián de la comunidad de crédito”. Son los matones que se envían para recoger los pagos, solucionar los impagos y así sucesivamente. Pero no están recaudando ahora y sus fondos se han reducido. Es posible que no sobrevivan.

Bueno, todo esto es justamente un aspecto del debilitamiento de los controles económicos, paralelo al debilitamiento de los controles de violencia, y esto va mano a mano con los pasos emprendidos hacia la integración e independencia.

Estados Unidos ha tenido que cambiar su agenda política. Aún se mantiene una distinción entre buenos y malos. Los buenos, tal vez los que hace 40 años Estados Unidos hubiese derrocado, como Lula de Brasil, él es uno de los buenos. Morales y Chávez son los malos. Bueno, esa es la línea divisoria. Ustedes lo han leído una y otra vez.

A fin de mantener esto, es necesario manejar con delicadeza algunos hechos, como por ejemplo, el hecho de que cuando Lula –un de los buenos- fue reelegido en Octubre su primera acción fue volar a Caracas para apoyar la campaña electoral de Chávez, que es el malo. Bien, eso no se reportó en los medios en Estados Unidos, por estar muy alejado de la línea partidaria a la que adhieren. Además, Lula participó en una ceremonia donde se dio un reconocimiento a los proyectos brasileños en Venezuela. El puente sobre el río Orinoco, nuevos proyectos de desarrollo, etc. Todo esto es parte de la historia incorrecta y por eso los medios no lo informan.

Como mencioné, según lo que AP informó, Venezuela ha estado a la cabeza de los intentos para acercarse a la integración regional. De eso se tratan las Alternativas Bolivarianas para las Américas de Chávez. Esto incluye esfuerzos para desarrollar instituciones para una Sudamérica integrada. Petroamérica es un tipo de plan integrado para un sistema energético integrado, similar al que fomenta China en Asia, también causa de preocupación para EEUU. TeleSur es un esfuerzo para superar el
monopolio, celosamente protegido por los medios occidentales. Es una gran noticia en sí. La Universidad del Sur, si acaba de despegar, sería un centro académico para las Américas, y mucho más.

En fin, Estados Unidos está perdiendo el control. No es que su política extranjera esté cambiando. La política debe adaptarse. Estados Unidos no ha desistido de sus métodos de violencia y control económico, sino que los métodos están tomando otra forma. De modo que el entrenamiento de oficiales militares latinoamericanos por parte de EE.UU. ha aumentado enormemente, de forma muy acentuada en los últimos años. Y están siendo entrenados de forma distinta. El entrenamiento está siendo modificado. Está pasando del Departamento de Estado al Pentágono. Esto es alarmante. Cuando el entrenamiento de
militares latinoamericanos está bajo el control del Departamento de Estado hay, al menos en teoría, supervisión por parte del Congreso en materia de violación de derechos humanos. No es que haya muchos ojos vigilándolos, pero al menos están ahí.

Cuando el entrenamiento se transfiere al Pentágono, no hay ninguna supervisión. Puedes hacer lo que quieras. Las misiones han sido modificadas. El objetivo actual es adiestrar a los oficiales militares latinoamericanos para que respondan a lo que se llama “populismo radical”. Cualquiera que conozca la historia de América Latina sabe lo que esta frase significa. Se refiere a sacerdotes que organizan a campesinos, a sindicalistas, a promotores de derechos humanos, etcétera. Es un aspecto familiar de la historia, pero actualmente es la misión oficial. EE.UU. tenía restricciones para proporcionar ayuda y formación militar a los países latinoamericanos–cualquier país, pero latinoamericano en particular–si no aprobaban una legislación que eximiera a los soldados y entrenadores estadounidenses de ser juzgados por crímenes. Se requería la inmunidad a la persecución judicial. Bush acaba de cancelar esta norma, lo que es bastante significativo, porque indica que tiene una alta prioridad para EE.UU. Pero aún más prioritaria –voy a citar al USA Today- es la preocupación por las “victorias izquierdistas” en América Latina, una preocupación acertada, lo suficientemente fuerte para invalidar la norma de la inmunidad judicial. Entonces, en muchos sentidos, las políticas fundamentales continúan, pero de modos bastante diferentes.

Con respeto a las imposiciones económicas, hay una palabra para esto. Ahora se llaman “acuerdos de libre comercio”. Este es un término que nadie debería usar. No es cuestión de si te gustan o no, no son acuerdos de libre comercio. Desde luego que no se trata de libre comercio. Cuando uno mira la naturaleza de los acuerdos, resulta obvio. De hecho, en gran medida no tratan sobre el comercio en absoluto, sino sobre la protección de las inversiones. Y no son realmente acuerdos, al menos si la gente es parte de sus sociedades, porque la gente normalmente se opone a ellos de manera abrumadora. Pero si uno mira la naturaleza de estos acuerdos, se ve que hay un esfuerzo por reinstaurar nuevamente los controles económicos que están debilitados. Y esto es claro.

La UNCTAD es la principal agencia de desarrollo de las Naciones Unidas que está más o menos orientada al tercer mundo, razón por la que es marginada, pero es una agencia seria. El economista jefe de la UNCTAD hizo un llamado para que se impida que la próxima negociación de los llamados ”acuerdos comerciales” o Ronda de Doha sea implementada. En la prensa occidental se lo ha considerado como algo obvio: desde luego se tiene que instaurar. El economista jefe de la UNCTAD se opuso porque, según afirmó, esto dejaría a los países más pobres anclados en su estado de subdesarrollo. Sí, este es precisamente el punto. Esta es la nueva técnica de control económico.

Ahora bien, para EE.UU. todo esto es sumamente serio, tanto ideológica como materialmente. Al reexaminar los documentos internos y las posiciones de los planificadores de las políticas de EE.UU. desde un punto de vista ideológico siempre se ha entendido que, como a veces lo han expresado, si no podemos controlar América Latina, ¿cómo vamos a controlar el resto del mundo? Ya saben, América Latina es el caso fácil. Si ella queda fuera de nuestro control, el mundo también escapará de nuestro control. En serio.

También hay razones puramente materiales. Latinoamérica es una fuente principal de recursos. Sus mercados…En realidad, es el origen de buena parte de la riqueza estadounidense y, de hecho, la riqueza de algunas de las familias más ricas. Pero todo esto es incierto. No hay certeza de cómo va a proseguir.

Con respecto a las bases militares no se sabe si el presidente Correa lo hará, pero en su campaña electoral, una de sus banderas era cerrar la base militar de Manta, la mayor base militar de EE.UU. en Sudamérica. En realidad, lo planteó bastante bien. La prensa le preguntó si cerraría la base, y él respondió, bueno, permitiría que siguiera abierta si Estados Unidos permitiera a Ecuador ubicar una base militar cerca de Miami. Pero eso es, si se lo permitirán o no, lo desconozco, pero eso es lo que sucede. Es parte de lo que está sucediendo y en su mayor parte es omitido por los medios de comunicación.

Bien, retrocedamos un mes: volvamos al 1 de Noviembre de 2006. Aquí, ni siquiera puedo citar a los servicios de cable. Estoy citando a Inter Press Service, que es uno de los pocos servicios que al menos lo mencionaron en sus informaciones. Tenía que ver con Uruguay. Se supone que Uruguay también es uno de los “buenos”. El 1 de Noviembre se preparaban para una cumbre que tuvo lugar, “una cumbre –estoy leyendo ahora – de delegaciones de alto nivel de todos los países iberoamericanos”. Esto quiere decir España y toda Latinoamérica, y a continuación enumera la lista, que incluye a personas como Kofi Annan y otros, así que no es un encuentro sin importancia. Hubo varias conferencias previas a la cumbre. Uruguay auspició una reunión de parlamentarios iberoamericanos un mes antes, y una conferencia de ministros responsables de asuntos de la infancia y la juventud, además de otra conferencia de alcaldes de ciudades importantes de Latinoamérica y España.

Y tenían temas interesantes para tratar. Uno de ellos era un esfuerzo para crear una coalición de ciudades de Latinoamérica y el Caribe contra el racismo, la discriminación y la xenofobia, algo tan significativo para todas estas regiones como lo es para nosotros.
Hubo un debate en Uruguay, organizado por el gobierno uruguayo, junto con las Naciones Unidas y la Unión Europea. Trataba sobre la cara oculta de la migración, la esclavitud del siglo XXI, que resultó ser un tema principal de la cumbre cuando por fin se celebró. Uno de los temas era –lo citaré– “Abajo todos los muros: migraciones para un desarrollo de todos y todas”. Ése fue un encuentro convocado por el Ministro de Relaciones Exteriores uruguayo y el Secretario General Iberoaméricano. Y también hubo un foro sobre la memoria y la identidad organizado por pueblos indígenas, organizaciones de afro descendientes, académicos, líderes de movimientos sociales e instituciones culturales. Su tema era el mismo: el asunto de la migración. Bueno, eso es lo que ocurrió en Octubre y Noviembre en Uruguay, de nuevo uno de los “buenos”, recuérdenlo.

Hubo un acuerdo, pero resultó descafeinado. La cumbre no aprobó una resolución firme sobre estos temas. La razón es que hay un conflicto entre Europa y Latinoamérica. Europa estuvo representada en este caso por España. Europa quiere regular los flujos de inmigración y aplicar la carga de su regulación a los países de origen, olvidando un par de siglos de historia que explican por qué la migración es en una dirección y no en otra. Latinoamérica no está de acuerdo con eso. La posición latinoamericana es que la atención debería estar puesta en los derechos humanos de los migrantes y sus familias, deberían estar separados de los argumentos que se usan para intentar justificar la prevención de la inmigración. Ir a donde uno quiera es simplemente un derecho humano, y eso hay que separarlo de ciertas cuestiones como seguridad y drogas, cuestiones en su mayoría inventadas. Así que hay una diferencia entre Europa y Latinoamérica en este tema, por lo que sólo pudieron obtener una resolución débil.

Bueno, la posición de EE.UU., ya saben, es construir un muro, uno enorme. En realidad eso es en parte…el problema de controlar el movimiento en las fronteras es parcialmente una respuesta a la Comisión del 11-S. Como saben, la administración Bush intentó con gran ahínco evitar que se estableciera una comisión gubernamental para investigar lo que ocurrió y lo que condujo al 11-S y qué hacer sobre ello, pero finalmente se estableció. Y una de sus propuestas fue, de hecho, mejorar el control de las fronteras. Sin embargo, se referían a la frontera con Canadá. Dijeron que hay una amenaza terrorista en la frontera con Canadá. Pueden mirar el mapa y ver por qué. Es una frontera enorme, casi en su totalidad sin vigilancia. Como saben, un par de nosotros podríamos juntar nuestros pequeños talentos y cruzarla con un maletín que contuviera una pequeña bomba nuclear o algo por el estilo. De modo que propusieron reforzar la frontera con Canadá. No dijeron nada de la frontera con México, que no es considerada como una amenaza terrorista.

La reacción de la administración Bush fue interesante. Consistió en reducir el crecimiento de la patrulla fronteriza en la frontera con Canadá, donde hay una amenaza terrorista, y aumentarlo en la frontera con México, donde no hay amenaza terrorista. Bien, es uno de los muchos signos sobre la alta prioridad que tiene la prevención del terrorismo. La construcción del muro está ocurriendo ahora mismo, con los Minutemen y todo eso, sobre lo que pueden leer, pero tiene una historia. La frontera entre EE.UU. y México, como la mayoría de las fronteras, fue definida por conquista. EE.UU. conquistó la mitad de México. Los mexicanos – la riqueza del sudoeste deriva muy considerablemente de los mexicanos… Si no lo han leído, Juan González ha escrito un magnífico libro sobre esto. La industria del ganado, la industria de las ovejas, las minas, que son muy ricas en Nuevo México y Arizona, es todo mexicano y todos son trabajadores mexicanos. De hecho, cuando John Wayne y, ya saben, Ronald Reagan jugaban a ser vaqueros estaban imitando a los mexicanos, junto con la cultura y la riqueza. Y la frontera era más o menos abierta, porosa. Prácticamente la misma gente vivía a ambos lados. Visitaban a sus amigos y parientes. Y permaneció porosa; fue una frontera porosa hasta 1994.

En 1994, Clinton militarizó la frontera. La llamaron “Operación Guardián”, fue la primera vez que realmente se militarizó la frontera. En 1994 algo más pasó. Lo que pasó fue el TLCAN, que entró en vigor. Y hay una conexión. Los motivos detrás del TLCAN estaban muy claramente articulados. El objetivo principal era, como ellos expresaron, dejar a México atrapado en las reformas. Estas reformas eran las políticas neoliberales que habían enriquecido a la élite mexicana, pero habían devastado México en los años 80. Y tuvieron que quedarse atrapados en ellas.

Y también hay una historia detrás de eso. Hubo una conferencia de alto nivel sobre estrategia en el Pentágono en 1990. Especialistas latinoamericanos, funcionarios gubernamentales, etcétera, debatieron sobre las relaciones entre México y Estados Unidos, y concluyeron que las relaciones estaban bien así. Ustedes ya se lo pueden imaginar, ningún problema con elecciones robadas, tortura y ese tipo de cosas marginales. Pero se veía una nube en el horizonte: en concreto, temían que lo que ellos llamaban la apertura democrática pudiera llevar al poder a un gobierno en México que desafiara a Estados Unidos por motivos económicos y nacionalistas. Y eso sí sería una verdadera amenaza.

Entonces para bloquear la amenaza de una apertura democrática, la cual podría traer esas consecuencias, se podía imponer el TLCAN, que dejaría a México atrapado en los programas implementados por la élite mexicana y Estados Unidos, programas neoliberales, y entonces, en el caso que exista la amenaza de una elección democrática, ya estarán comprometidos por un tratado, y no podrán hacer mucho. Esto forma parte de la estructura de todo el esquema neoliberal.

Bueno, la Operación Guardián previó—no sólo se basó en los análisis que acababan de hacerse, sino también en las cosas que podían preverse. Se preveía que el TLCAN tendría el efecto de debilitar la agricultura y la industria mexicana. Los campesinos mexicanos podían ser muy eficientes, pero no iban a poder competir con la industria agrícola de EE.UU., que se estaba convirtiendo en algo inmenso, y recibía –recibe- casi el 40% de sus ganancias gracias a los subsidios del estado. EE.UU. habla de libre mercado, pero no lo respeta, como no lo respetó ninguno de sus predecesores. Y las pequeñas empresas mexicanas no iban a poder competir, por ejemplo, con General Motors, que, de acuerdo con estos mal llamados tratados de comercio, debe recibir lo que se conoce como “trato nacional” por parte de México, aunque obviamente los mexicanos no reciben “trato nacional” en Estados Unidos. Pero las corporaciones deben ser tratadas como si fueran compañías mexicanas.

Bueno, uno puede predecir las consecuencias de eso. Una consecuencia predecible era que iba a haber un éxodo enorme del campo hacia las ciudades. No iba a haber trabajo en las ciudades. La gente se iba a ir, e iba a tratar de llegar a los países ricos del norte, ya saben, y a ellos se les sumaba la gente que venía huyendo de los escombros de Centroamérica después de las guerras terroristas. Estas eran muy buenas razones para militarizar la frontera, que es lo que hizo Clinton el año en que se implementó el TLCAN.

AMY GOODMAN:Noam Chomsky y su conferencia en Massachussets. Regresamos con él en unos minutos.

AMY GOODMAN:Regresamos con la última parte del discurso del profesor Noam Chomsky.

NOAM CHOMSKY: Venezuela ha sido una fuente importante de petróleo para Estados Unidos en los últimos 30 años, desde que EE.UU. dejó de ser el mayor productor y exportador. Y esto sigue siendo así. La administración de Clinton, en sus últimas proyecciones de inteligencia del año 2000, la propuesta que hizo, el análisis que hizo, fue que Estados Unidos debía mantener el control sobre el petróleo del Medio Oriente por las razones tradicionales: es una inmensa fuente de poder estratégico. Pero Estados Unidos, para abastecer sus propias necesidades, debería depender de los recursos de las cuencas atlánticas, más confiables. Lo cual significa África Occidental y América Latina, que son fuentes más seguras. Debíamos asegurarnos de tener fácil acceso a ellas.

Bueno, saben, cuando uno mira hacia atrás para entender lo que está pasando—y esto parece ser cierto también para otros recursos, pero el petróleo es el principal—cuando uno repasa el contexto global, no es tan simple. En este momento, la administración de Bush, la cual es bastante sorprendente por la capacidad que tiene de dañar seriamente hasta sus propios intereses, sin hablar de los intereses de los demás—es un logro bastante sorprendente—ha generado una situación en la cual Estados Unidos puede llegar a perder control del recurso más importante del mundo, concretamente, el petróleo de Medio Oriente, Arabia Saudita, etc. Esta es ahora una amenaza seria, gracias a la catástrofe de Irak y otras acciones. Si también pierde control sobre los recursos hemisféricos, es un desastre múltiple. Y esto puede estar ocurriendo.

Los países latinoamericanos, junto con los pasos hacia la integración y la independencia, también están comenzado a diversificar sus relaciones internacionales. De esta manera, los principales exportadores de recursos, como Chile y Brasil, están exportando cada vez más a China, la cual está devolviendo el favor con inversiones en América Latina. Y el caso más serio es el de Venezuela, el país más rico e importante a causa del petróleo. Está diversificando sus exportaciones, ya que se ve enfrentada con una administración norteamericana muy hostil, la cual está tratando de derrocar a su gobierno. Y China está muy contenta de intervenir con sus inversiones y comprar los recursos venezolanos, etc., lo cual debilita aún más el dominio de EE.UU. Lo mismo está ocurriendo con el Medio Oriente.

La primavera pasada, el gobierno de Bush con su brillantez habitual decidió insultar a China. Estaba aquí el presidente de China para realizar una visita de Estado, y ustedes tal vez recuerdan que la administración Bush, para insultarlo, organizó un Almuerzo de Estado en lugar de una Cena de Estado. Muy serio. Aparentemente se lo tomó con bastante calma, pero inmediatamente devolvió el insulto. Viajó desde Washington a Riyadh, la capital de Arabia Saudita, donde lo recibieron con honores. Allí acordó nuevos pactos comerciales, nuevas inversiones, planes para controlar más el petróleo de Arabia Saudita, para invertir allá, y hasta planes de ayuda militar, y cosas de ese tipo. Esto sí que es serio, no como la diferencia entre un almuerzo y cena de estado.

En fin, todas estas cosas están pasando, y se están realizando esfuerzos para intentar desvincular el poder de EEUU de las catástrofes que ha creado por sí mismo, sin tener en cuenta el impacto que este poder tiene sobre la gente. El esfuerzo más reciente en ese sentido, y que está en los titulares actualmente, así que me concentro es este caso, es el informe Baker-Hamilton, el informe del Grupo de Estudios sobre Irak, que tiene algunos aspectos interesantes. Muy interesantes.

Por ejemplo, uno de ellos…no es que tenga muchas propuestas, pero el planteamiento es interesante… Hay un párrafo referido a las encuestas recientes en Irak. El gobierno de EEUU y las agencias de opinión realizan encuestas de forma habitual en Irak. Les importa mucho la opinión iraquí. Y esto indica que las encuestas recientes
muestran que el 79% de los iraquíes tienen una opinión mayormente negativa de la influencia que Estados Unidos tiene sobre su país, y el 61% de los iraquíes —incluyendo a los kurdos— aprueban los ataques contra las fuerzas estadounidenses. Y claro, está claro que esto es un problema. Y tenemos que tratar con ese problema cambiando la táctica, de suerte que entiendan que realmente los queremos y estamos intentando ayudarlos, entonces dejarán de pensar que deben atacarnos y odiarnos, etc. De acuerdo, esa es la propuesta.

Pero falta algo. Las mismas encuestas que han citado tienen también otros datos. Por ejemplo, que dos tercios de la población de Bagdad quieren que las tropas de EEUU. se vayan inmediatamente, y algo más de tres cuartas partes de toda la población, incluyendo a los kurdos, quieren un calendario preciso para llevar a cabo la retirada en el plazo de un año o menos. Bueno, esto no se menciona, porque en nuestra misión de llevar la democracia al mundo, no nos importan las opiniones de la gente. Son más o menos irrelevantes, así que eso no se menciona. Y por supuesto no hay calendario para la retirada. Esa es una de las opiniones que rechazaron.

Igualmente interesante es el hecho de que los estadounidenses son tratados de la misma forma. La mayoría de la gente del país está a favor de un calendario preciso para la retirada. Pero eso también es irrelevante. De hecho, volviendo a abril de 2003, una
considerable mayoría de los estadounidenses estaba a favor de mantener las tropas de EEUU en Irak únicamente si era bajo supervisión de la ONU. La ONU debería ser la responsable de la seguridad, del desarrollo económico, de la reconstrucción, del desarrollo democrático, etc. Pero esa opinión fue totalmente ignorada y, por lo que yo sé, ni siquiera fue recogida.

Si esa actitud continúa, el próximo gran problema, después de Irak, será Irán. Y la Comisión Baker-Hamilton, como ya sabrán, hizo una recomendación sobre ello. Dijo que EEUU debería ocuparse de Irán de algún modo, pero dijeron que eso iba a ser problemático, dado el estado de las relaciones entre EEUU e Irán. Bien, la población
estadounidense también tiene una opinión sobre ello. El 75% de la población, incluyendo la mayoría de los republicanos, cree que Estados Unidos debería limitarse a medidas diplomáticas y pacíficas si hubiera que ocuparse de Irán, cosa que aprueban, y no usar amenazas militares–justo lo opuesto a la política actual.

Las mismas posturas se dan en la gente de la región. No les gusta Irán, y desde luego no les gustaría un Irán con armas nucleares, pero la mayoría de la población de los estados de esa región prefiere un Irán con armas nucleares a cualquier forma de intervención militar, justo igual que los estadounidenses. Bueno, eso también es irrelevante, así que no se menciona en el informe.

Un tercer dato interesante del informe es que afirma que Estados Unidos no puede lograr sus objetivos en el Medio Oriente; por supuesto, parten del hecho de que debe lograr esos objetivos. No se refiere al pueblo de Estados Unidos, sino al gobierno y sus constituyentes. Estados Unidos no puede lograr sus objetivos en el Medio Oriente si no interviene directamente en el conflicto árabe-israelí. El informe sigue diciendo que EEUU debe promover discusiones, etc. pero sólo permitiendo la participación de los palestinos que aceptan el derecho de Israel a existir. De acuerdo, solamente se permite participar a esos palestinos. ¿Y qué hay de los israelíes que aceptan el derecho a existir de Palestina? Bueno, no tiene sentido nombrarlos, porque probablemente no exista ninguno.

Y de hecho, no debería existir ninguno. Ningún Estado tiene “derecho a existir”. Esto es obvio. De hecho, el concepto “derecho a existir”, hasta donde que yo sé, es un buen proyecto de investigación para alguien. Por lo que sé, ese concepto fue creado en los setentas cuando los estados árabes y la OLP aceptaron, la OLP de manera tácita, los estados árabes principales formalmente, el derecho de Israel a existir dentro de fronteras seguras y reconocidas, teniendo en cuenta una resolución importante de la ONU, la Nº 242. Fue entonces necesario aumentar el grado de exigencia para prevenir negociaciones diplomáticas, y permitir, en lugar de estas, la expansión

Y entonces aparece el “derecho a existir” que por supuesto nadie va a aceptar. Aceptarlo significaría aceptar no sólo el hecho de la expulsión de los palestinos, sino también su legitimidad. Ningún Estado del mundo va a aceptar ese concepto, sería una locura. De la misma manera que México no reconoce la legitimidad de la conquista de medio México por EEUU, aunque reconoce a EEUU.

Pero aún si reducimos la noción loca del “derecho a existir” sólo al caso del reconocimiento de Palestina, suponiendo que nos limitemos sólo a los palestinos que reconocen a Israel ¿qué israelíes reconocen a Palestina? ¿Acaso Estados Unidos reconoce a Palestina­? No es que voy a repasar la historia aquí, pero por 30 años EE.UU. e Israel, con raras excepciones, han evitado unilateralmente el establecimiento de un amplio consenso internacional a favor de un convenio de dos estados. Quiero decir, ahora están dispuestos a hacerlo —recién en los últimos años—, a aceptar una Palestina muy truncada, desmembrada y rodeada, sin ninguna oportunidad de una existencia viable. Puede ser que reconozcan algo así. Un par de bantustanes, pero no un estado viable. Pero eso no entra en el debate. No estamos preocupados por ese tipo de cosas.

AMY GOODMAN:Noam Chomsky, renombrado lingüista, intelectual y activista hablando en Boston, hace unos días, en la Iglesia Emmanuel.

Escuche/vea/lea en inglés

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