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El mes pasado, la reconocida periodista y escritora Naomi Klein estuvo en Washington, D.C., donde fue detenida junto a más de 1.000 personas cuando participaba en una campaña de desobediencia civil que duró dos semanas frente a la Casa Blanca. Dicha campaña se organizó para manifestarse contra el proyecto de construcción del oleoducto Keystone XL, que transportará petróleo desde los campos de arena alquitranada en Canadá hasta las refinerías ubicadas en la costa del Golfo de México. Klein se encuentra actualmente en Nueva York, adonde viajó para apoyar el movimiento A ocupar Wall Street, y nos acompaña para analizar las relaciones que hay entre las dos luchas y la estrecha relación que existe entre la Casa Blanca, el Departamento de Estado estadounidense —que está evaluando el gasoducto propuesto— y los lobistas de Keystone XL.