Estamos en las calles de Detroit, emitiendo desde el estado de los Grandes Lagos de Michigan, que tiene una de las líneas costeras más extensas del país. Pero sus residentes están cada vez más preocupados por el acceso al agua a un precio asequible. Un juez que entiende en la causa de la quiebra de Detroit acaba de emitir un fallo según el cual las autoridades de la ciudad pueden continuar interrumpiendo el suministro de agua a los residente que estén demorados en el pago de dicho servicio; el juez llegó a la conclusión de que el derecho al agua “no es uno que se deba hacer cumplir”. Las autoridades de la ciudad empezaron a interrumpir el suministro de agua a miles de hogares hace varios meses, lo que originó protestas de los residentes y las Naciones Unidas. En la actualidad, según se informa, entre 350 y 400 clientes por día pierden el servicio de agua en Detroit, donde el índice de pobreza es aproximadamente del 40 por ciento y las facturas del agua aumentaron un 119 por ciento en la última década. La mayoría de los residentes son afroestadounidenses. Dos tercios de los afectados por cortes de agua son familias con niños. Hablamos con Alice Jennings, abogada de los residentes que perdieron el acceso al agua. “Lo que está pasando acá no es otra cosa que una crisis humanitaria”, afirma Jennings. “De manera militar, el camión empieza en una esquina y cuando llega a la siguiente, a casi el 50 por ciento de los hogares le interrumpieron el servicio”.
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