Aumentan las críticas de los defensores de los derechos humanos a la violencia en curso de las fuerzas armadas de Birmania contra los rohinyás musulmanes del norte del país. Más de 10.000 de estos han huido al país vecino de Bangladesh. Según se informa, el ejército habría quemado aldeas enteras y utilizado helicópteros de combate para abrir fuego contra civiles rohinyás. Toda el área ha sido cerrada por orden militar, a fin de impedir que ingresen los trabajadores humanitarios y los periodistas. Según el organismo de derechos humanos de la ONU, los actos de violencia podrían ser catalogados como crímenes contra la humanidad.
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