En lo que los activistas califican como una tendencia creciente de odio racista impulsada por la actual campaña electoral estadounidense, atacantes no identificados lanzaron un ladrillo contra la ventana de un centro comunitario de Burlington, Vermont, en que se había desplegado un cartel de Black Lives Matter (Las vidas afroestadounidenses importan, en español). El edificio alberga a organizaciones que luchan por los derechos de los inmigrantes y de los trabajadores. La dirigente de justicia racial Senowa Mize-Fox condenó el ataque perpetrado a fines de la semana pasada.
Senowa Mize-Fox afirmó: “Para mí resulta triste haber llegado a un punto en que no me sorprende que sigan sucediendo este tipo de actos de odio, donde se siguen produciendo agresiones impulsadas por motivos raciales en una comunidad que se enorgullece de ser progresista y liberal”.