En Chicago, concejales aprobaron casi 6.5 millones de dólares para resolver disputas legales relacionadas a la policía de Chicago y a la muerte de dos hombres afroestadounidenses. El mayor acuerdo es con la familia de Philip Coleman, quien falleció en 2012 tras recibir varias descargas con una pistola eléctrica y ser arrastrado fuera de su celda. Según se informó, Coleman atravesaba una crisis psiquiátrica cuando sus padres suplicaron a los agentes que lo trasladaran a un hospital y no a la cárcel. Según trascendió, un sargento les habría dicho: “Nosotros no trabajamos con hospitales, trabajamos con la cárcel”. El segundo acuerdo es para la familia de Justin Cook, que fue detenido en 2014 por una infracción de tránsito, sufrió un ataque de asma y murió luego de que la policía de Chicago se negara a darle su inhalador. Testigos afirman que los agentes se burlaron de Cook y dispararon el inhalador al aire. Durante la sesión del lunes, el concejal de Chicago Anthony Beale dijo que los agentes involucrados en ambos casos no deberían continuar integrando la fuerza de policía.
Beale expresó: “Es necesario destituirlos. Estamos pagando millones de dólares por acuerdos pero nadie ha sido destituido”.
Chicago ha destinado más de mil 500 millones de dólares a la resolución de casos policiales desde el año 2004, pero sin embargo, ha sancionado a muy pocos agentes.