El jefe del Pentágono de Estados Unidos, Jim Mattis, viajó a Filipinas el lunes para una reunión anual de ministros de Defensa regionales, mientras el gobierno de Filipinas declaraba la victoria en su batalla para desalojar de la ciudad de Marawi a los milicianos aliados al autoproclamado Estado Islámico (ISIS), después de meses de combate. Varios grupos de derechos humanos señalan que el combate desplazó a más de 200.000 personas y dejó un saldo de más de mil civiles muertos. Durante el verano, el Pentágono confirmó que las tropas estadounidenses colaboraron en la lucha con entrenamiento, vigilancia aérea y escuchas electrónicas.
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