En Filipinas, el presidente Rodrigo Duterte obtuvo la aprobación del Congreso para extender la aplicación de la ley marcial a la región del sur de Mindanao hasta fines de 2018. Duterte afirma que la ley marcial es necesaria en la lucha contra los combatientes alineados con el autoproclamado Estado Islámico, o ISIS. Los activistas por los derechos humanos temen que Duterte intente extender la ley marcial a todo el país, como parte de una presidencia cada vez más autoritaria y sangrienta.
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