En Brasil, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva fue hallado culpable de cargos de corrupción el miércoles y condenado a nueve años y medio en prisión. Permanecerá en libertad a la espera del juicio de apelación. Lula era el candidato preferido para las elecciones de 2018 y es considerado por muchos una de las figuras más populares de Brasil. La condena de Lula tiene lugar un año después de que su sucesora, la presidenta Dilma Rousseff, también del Partido de los Trabajadores, fuera sometida a un juicio político por el Senado de Brasil, en una medida que ella denunció como golpe de Estado. Lula fue acusado de idear un plan de corrupción en la empresa petrolera estatal Petrobras. Los fiscales alegan que la mayor empresa contratista de América Latina gastó alrededor de 1,1 millones de dólares en renovar un apartamento en la playa para Lula y su esposa a cambio de contratos públicos. Uno de los principales aliados de Lula, Paulo Okamotto, denunció las acusaciones el miércoles.
Paulo Okamotto sostuvo: “Lula es inocente. No es propietario de ese apartamento. Nunca pidió que le dieran ese apartamento. Nunca vivió allí ni frecuentó ese lugar. Realmente es una gran injusticia”.