En Kenia, las manifestaciones de protesta por los resultados de las elecciones presidenciales celebradas esta semana terminaron en incidentes violentos el miércoles, cuando la policía disparó y mató a cinco personas en tres ciudades del país. Las protestas se produjeron luego de que el conteo de votos diera una amplia ventaja al presidente actual, Uhuru Kenyatta, frente a su principal rival, el líder de la oposición, Raila Odinga. Los habitantes del barrio de Kibera, en Nairobi, el mayor barrio marginal del continente africano, se manifestaron el jueves en apoyo a Odinga.
Jack Oyoo, un habitante de Kibera, declaró: “La situación económica es difícil. Los ciudadanos, la juventud de este país, queremos un cambio. Queremos un gobierno que pueda ayudar a la juventud, un gobierno que entienda los problemas que enfrentamos. Estamos cansados del gobierno de Uhuru porque no ha hecho su trabajo”.
Odinga afirmó que hubo fraude “generalizado” en las elecciones del martes y que hackers infiltraron los servidores de la comisión electoral de Kenia. Esta afirmación contradice la declaración realizada el miércoles por el director de la comisión electoral de Kenia, que rechazó las denuncias de infiltración. El ex secretario de Estado de Estados Unidos John Kerry, que fue observador en las elecciones en representación del Centro Carter, dijo que las elecciones en Kenia fueron transparentes y que los resultados finales serían cotejados con los registros en papel.