El gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Donald Trump, envió mensajes contradictorios el miércoles con respecto a la posibilidad de una guerra nuclear con Corea del Norte: mientras el secretario de Estado, Rex Tillerson, intentó calmar los ánimos, el secretario de Defensa, James Mattis, amenazó con un ataque nuclear. El miércoles, Mattis advirtió a Corea del Norte que no adoptara medidas que podrían provocar el “fin de su régimen” y la “destrucción de su pueblo”. Mattis realizó los comentarios un día después de que Trump sorprendiera al mundo y, aparentemente, a sus propios asesores, con una amenaza a Corea del Norte de que desataría “fuego y furia como el mundo jamás ha visto”. El miércoles, Tillerson minimizó las declaraciones de Trump.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, declaró: “Creo que los estadounidenses pueden dormir tranquilos, no se preocupen por los dichos de los últimos días. Creo que el presidente, nuestro comandante en jefe, sintió la necesidad de emitir una declaración muy fuerte dirigida a Corea del Norte”.