Y en Puerto Rico, la resistencia contra el vertido de cenizas tóxicas de carbón en la ciudad sureña de Peñuelas se extiende por toda la isla. En la capital, San Juan, activistas con trajes HazMat para materiales peligrosos vertieron baldes de cenizas de carbón en las escalinatas del edificio del Capitolio el jueves por la mañana en señal de protesta.
Un activista puertorriqueño dijo: “El problema que se ha generado por parte de las decisiones del gobierno de Puerto Rico constituye un problema de salud, un problema ambiental y un problema para el futuro de las próximas generaciones del país. Así que todo lo que queremos en Puerto Rico es que cierre la central. Las únicas cenizas que queremos son de la junta”.
A primeras horas de la madrugada del día de hoy, más de 100 oficiales de la policía, entre ellos una “fuerza de ataque” militarizada, se movilizaron para evitar que los habitantes del municipio de Guayama bloquearan el paso de los camiones que transportan las cenizas tóxicas desde la planta a carbón hacia Peñuelas.
El líder comunitario Héctor Luis Sánchez de Jesús afirmó: “Queremos impedir de todas las formas posibles que las cenizas que se producen aquí en Guayama se transporten hacia Peñuelas. Entendemos que estas cenizas son venenosas para el planeta, nuestra Madre Tierra y para la salud de todos los habitantes de Puerto Rico. Tenemos un compromiso moral, un compromiso moral con nuestros amigos de Peñuelas, de evitar que estas cenizas se transporten hacia allá”.
Menos de una hora más tarde, 200 policías más se movilizaron en Peñuelas para evitar que los habitantes bloquearan el paso de los camiones que llegaban para verter las cenizas de carbón allí. Al menos 25 activistas han sido arrestados por impedir el paso de camiones en lo que va de este mes.
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