Se agrava la batalla entre el gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, y las “ciudades refugio”, que se niegan a cooperar con las autoridades de inmigración. Chicago anunció que va a demandar al gobierno federal por la amenaza de retener 3,2 millones de dólares en subvenciones al departamento de policía a menos que Chicago movilice a su personal policial para que participe en los planes de deportación masiva del gobierno de Trump.
El alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, expresó: “Chicago no dejará que nuestros oficiales de policía se conviertan en peones políticos en un debate. Chicago no dejará que aíslen y violen los derechos fundamentales de sus residentes. Y Chicago nunca renunciará a su condición de ciudad acogedora”.