En Texas, grupos de activistas a favor de los derechos de los inmigrantes afirman que padres inmigrantes y algunos de sus hijos menores de edad pusieron fin a la huelga de hambre en el centro de detención del condado de Karnes, una cárcel de inmigración con fines de lucro que funciona en un régimen de contrato con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés). Dichos padres habían sido separados de sus hijos en la frontera entre Estados Unidos y México en el marco de las medidas de “tolerancia cero” implementadas por el Gobierno de Trump. Sus defensores sostienen que los padres fueron amenazados con ser separados de sus hijos una vez más como represalia por la huelga. Se llevaron a cabo manifestaciones durante el fin de semana para expresar apoyo a las familias que se encuentran en Karnes. Estas son declaraciones de uno de los padres que se encontraban en huelga de hambre, hablando por teléfono durante la huelga con la Red de Refugiados e Inmigrantes de Texas.
Padre anónimo: “Ya llevo seis meses en la cárcel. No aguanto más. Los niños tampoco. Le agradecemos enormemente, porque nos sentimos desmoralizados. Nos han castigado demasiado tiempo. Hemos oído rumores de una manifestación. GEO Group, [la empresa que dirige la cárcel], subió el volumen de la música para que no escuchemos sus cánticos”.
Mientras tanto, en el estado de Washington, el miércoles se cumplieron 43 días desde que un inmigrante recluso en el centro de detención Northwest se encuentra en huelga de hambre.
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