Mientras aumenta el escándalo de violencia doméstica en la Casa Blanca, Trump defiende a los acusados

Titular12 Feb. 2018

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue defendiendo a los funcionarios de su Gobierno que han renunciado en medio de graves acusaciones de violencia doméstica y agresión. El viernes pasado David Sorensen, redactor de discursos de la Casa Blanca, renunció después de que su exesposa, Jessica Corbett, declarara ante el periódico The Washington Post que Sorensen había abusado físicamente de ella durante su breve matrimonio y que le había infligido agresiones como apagarle un cigarrillo encendido en la mano y arrollarle un pie con su coche. Su dimisión se produjo después de que el asesor principal Rob Porter renunciara a su cargo de secretario de personal la semana pasada, cuando dos de sus exesposas lo acusaron de agresión verbal y física.

El sábado por la mañana, el presidente Trump tuiteó: “Se están destruyendo las vidas de las personas por una simple acusación. Algunas son verdaderas y otras falsas. Algunas son viejas y otras nuevas. No hay recuperación para alguien acusado falsamente: se le van la vida y la carrera. ¿Ya no existe eso del debido proceso?”. El presidente Trump también dijo que le deseaba suerte a Porter, en declaraciones desde la Oficina Oval el viernes pasado.

El presidente Donald Trump declaró: “Ayer me dijo enérgicamente que era inocente. Entonces, tendrán que hablar con él sobre eso, pero sin dudas le deseamos suerte. Hizo un muy buen trabajo mientras estuvo en la Casa Blanca. Muchas gracias a todos”.

El domingo, la segunda exesposa de Porter, Jennie Willoughby, publicó un poderoso ensayo en la revista Time en el que abordaba los comentarios de Trump: “Cuando Donald Trump repitió dos veces que Rob había declarado ser inocente, me quedé sin palabras… Una amiga me miró y me dijo: ‘El presidente de Estados Unidos acaba de llamarte mentirosa’. Sí. Y así lo hizo”.

El propio presidente Trump ha sido acusado de agresión o de acoso sexual por al menos 16 mujeres. Altos funcionarios de la Casa Blanca, entre ellos el jefe de gabinete, John Kelly, sabían desde hace meses que el FBI había escuchado el testimonio de las exesposas de Porter sobre agresión verbal y física. Sin embargo, el domingo Porter declaró al medio de noticias Axios que los funcionarios de la Casa Blanca lo habían alentado a “quedarse y luchar” contra las acusaciones, en lugar de renunciar.

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