La Casa Blanca se ha visto envuelta en más polémica en relación con el exsecretario Rob Porter, después de que el director del FBI, Christopher Wray, testificara ante el Senado que esa oficina había informado a la Casa Blanca sobre las acusaciones de agresión física y verbal que obstaculizaron la verificación de antecedentes de Porter meses antes de lo admitido por la Casa Blanca.
Christopher Wray declaró: “El FBI presentó un informe parcial sobre la investigación en cuestión en marzo, y luego una investigación de antecedentes completa a fines de julio. Poco después, recibimos una solicitud de investigación de seguimiento; hicimos el seguimiento y proporcionamos esa información en noviembre, y cerramos administrativamente el expediente en enero”.
Porter renunció después de que sus dos exesposas lo acusaran de agresión verbal y física, y de que se publicaran fotos que mostraban a la primera esposa de Porter, Colbie Holderness, con un ojo morado, que ella declaró que había sido consecuencia de un puñetazo en la cara propinado por Porter. El testimonio que brindó el martes el director del FBI expuso que los funcionarios del gobierno de Donald Trump permitieron que Porter siguiera trabajando en la Casa Blanca a pesar de las serias acusaciones de violencia doméstica. De hecho, la cadena de noticias CNN informa que los funcionarios de la Casa Blanca estaban considerando ascender a Porter al cargo de subjefe de personal, antes de que se publicaran las fotos. El presidente Trump ha defendido varias veces a Porter, enfatizando que el acusado afirma que es inocente. El propio Trump ha sido acusado de acoso o agresión sexual por al menos 16 mujeres.