Y en Nueva York, el alcalde Bill de Blasio dijo el miércoles que espera poder acelerar el cierre de la tristemente célebre cárcel de Rikers Island, que previamente había prometido cerrar en diez años. Para que este plan sea posible, se construiría una nueva cárcel en el Bronx y se ampliarían las existentes en Manhattan, Brooklyn y Queens. El alcalde sostuvo que también se debería reducir considerablemente el número de personas que Nueva York envía a prisión.
El alcalde Bill de Blasio expresó: “Para que este plan funcione, además de construir nuevas instalaciones, debemos seguir reduciendo la población carcelaria. Voy a decir esto cada vez que hablemos de este tema. Actualmente, en un día cualquiera hay unos 9.000 individuos en nuestro sistema penitenciario. Ese número debe bajar a 5.000 para que este plan general funcione. Eso nos llevará mucho esfuerzo. Creemos que es posible, y que cuando eso ocurra, ayudará a romper el círculo de encarcelamientos”.
Una investigación llevada cabo por el Departamento de Justicia en 2015 reveló que Rikers alberga una “cultura de violencia” en la que los prisioneros reciben golpizas frecuentemente por parte de guardias y de otros presos. Entre los casos de injusticia que han llamado la atención sobre Rikers se encuentra la historia de Kalief Browder, quien se suicidó en 2015, a la edad de 22 años, después de permanecer encarcelado en esa prisión durante casi tres años, la mayor parte de los cuales los pasó en confinamiento solitario, tras ser acusado de robar una mochila.