El miércoles, en un día histórico de movilizaciones, más de un millón de estudiantes de más de 3.000 escuelas abandonaron los salones de clases para protestar por la violencia armada. Hubo paros estudiantiles en los 50 estados que conforman Estados Unidos e incluso en el extranjero. En Littleton, Colorado, cientos de estudiantes abandonaron la secundaria Columbine, el lugar donde se produjo una masacre en 1999 que dejó un saldo de 15 personas muertas. En Madison, Wisconsin, miles de estudiantes abandonaron las clases, marcharon hacia el Capitolio estatal, se congregaron en la rotonda y corearon “¡Queremos ver a Walker!” frente a la oficina del gobernador republicano Scott Walker, que se ha resistido a los llamados para la aprobación de un mayor control de armas de fuego. En Washington DC, los manifestantes colocaron 14.000 zapatos en el césped del Capitolio de Estados Unidos, un par para cada uno de los aproximadamente 7.000 niños que han muerto por heridas de bala desde la masacre de la secundaria Sandy Hook, en 2012. Cientos de estudiantes del área de Washington DC protestaron frente a la Casa Blanca; de espaldas al edificio, se sentaron en silencio durante 17 minutos, uno por cada persona fallecida en la secundaria Marjory Stoneman Douglas, en Florida, hace un mes. Estas son las palabras de Reem Arajai, de 16 años de edad, y de Simone Hicks, de 17, quienes se expresaron en la protesta.
Reem Arajai declaró: “Espero que el presidente se haga cargo y deje de aceptar dinero de la Asociación Nacional del Rifle, porque si todas las muertes que hubo no son suficiente para convencerlo, creo que tendremos que hacerlo nosotros protestando”.
Simone Hicks enunció: “Si se puede proteger tanto a las armas y no se tiene la misma consideración por las personas que van a crear tu país en el futuro, tenemos problemas. Los niños son el futuro. Si no se protege a los niños, ¿qué es lo que queda?”
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