El martes, en la Franja de Gaza, la policía israelí mató de un disparo a un joven palestino, en el 19º asesinato de este tipo en menos de una semana. Ahmad Arafa, de 25 años, murió desangrado tras recibir un disparo en el estómago cerca del muro fronterizo que separa Gaza de Israel, en la ciudad de Khan Younis. El Ejército israelí afirmó que Arafa había cruzado la frontera y lo calificó de “terrorista”. Su padre, Omar Arafa, contó otra historia.
Omar Arafa expresó: “Estaba a mi lado. Fue al muro como todos los demás, estaba cerca de mí. Le dispararon con un arma con silenciador. Estaba lejos del muro”.
El reciente asesinato se produjo luego de la masacre del viernes pasado, en la que las fuerzas israelíes abrieron fuego en una protesta cerca de la frontera oriental de Gaza con Israel, matando, como mínimo, a 18 palestinos e hiriendo a otros 1.700. La masacre provocó manifestaciones en todo Medio Oriente y en el resto del mundo. El martes, en Boston, Massachusetts, ocho jóvenes judío-estadounidenses fueron arrestados frente al consulado israelí, tras encadenarse los unos a los otros en una manifestación pacífica.