El jueves la Casa Blanca celebró un par de reuniones con altos líderes del Congreso a los que informó sobre el uso de un informante confidencial del FBI para investigar presuntos vínculos de Rusia con la campaña del presidente Donald Trump para las elecciones presidenciales que se celebraron en Estados Unidos en 2016. Los demócratas se mostraron irritados porque Emmet Flood, el abogado de Trump para la investigación en torno a la supuesta injerencia de Rusia, asistió a ambas reuniones junto con el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly. El líder del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el demócrata Adam Schiff, opinó que la participación de Flood era “completamente inapropiada”. También declaró que el informe no presentaba evidencia alguna de que el FBI estuviera espiando directamente la campaña de Trump, como ha alegado repetidas veces el presidente.
Adam Schiff enunció: “Nada de lo que hemos escuchado hoy modifica nuestra opinión de que no hay evidencia que respalde la acusación de que el FBI, o cualquier agencia de inteligencia, haya colocado un espía en la campaña de Trump, o que de otra manera no haya seguido los procedimientos y protocolos apropiados”.
Por su parte, Jerrold Nadler, congresista demócrata de Nueva York, afirmó el jueves que parecía que algún miembro del gobierno o del Congreso había violado la Ley de Protección de Identidades de Inteligencia al revelar el nombre del informante confidencial del FBI. Se trata de Stefan Halper, un profesor jubilado que fue designado en 2016 para investigar la campaña de Trump.
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