La indignación y las protestas a lo largo de Estados Unidos van en aumento ante la práctica del gobierno encabezado por el presidente Donald Trump de separar por la fuerza a niños inmigrantes de sus padres en la frontera entre Estados Unidos y México, una medida que constituye una violación de las leyes internacionales de derechos humanos. El martes, los gobernadores republicanos y demócratas de ocho estados –Maryland, Massachusetts, Virginia, Rhode Island, Colorado, Nueva York, Carolina del Norte y Connecticut– declararon que retendrían o retirarían a sus tropas de la Guardia Nacional de la frontera, en protesta por la práctica de separar a los niños inmigrantes de sus padres y madres.
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