Investigadores de la Organización de las Naciones Unidas afirmaron el miércoles que el Gobierno de Siria cometió crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad durante su asedio de cinco años al distrito de Guta Oriental, un suburbio de Damasco que permaneció ocupado por los rebeldes hasta que fue recuperado por las fuerzas sirias a principios de este año. Un equipo de Naciones Unidas que concurrió comisionado por el Comité de Derechos Humanos halló que los civiles asediados en Guta Oriental eran atacados de forma indiscriminada y se les negaba el suministro de comida y medicamentos de forma sistemática.
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