Al menos 14 personas murieron el lunes en un ataque suicida con bomba contra una congregación de líderes religiosos en Kabul, la capital de Afganistán. Durante la reunión, los clérigos y eruditos religiosos habían declarado que los ataques suicidas con bomba son un pecado y que la actual guerra en Afganistán es ilegal bajo la ley islámica. Poco después de que se pronunciaran estas proclamas, el atacante hizo estallar una bomba en la asamblea. El autoproclamado Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad por el ataque.
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