En Estados Unidos, un gran jurado federal acusó a dos activistas ambientales del estado de Iowa de varios delitos graves por sus intentos de retrasar la construcción del oleoducto Dakota Access, valuado en 3.800 millones de dólares. Hace tres años, las activistas y trabajadoras católicas Jessica Reznicek y Ruby Montoya reconocieron públicamente haber prendido fuego a cinco piezas de maquinaria pesada que estaban siendo utilizadas para construir el oleoducto, y haber destruido válvulas del oleoducto, retrasando la construcción durante semanas. Hablando con Democracy Now! en 2017, Jessica Reznicek negó que sus acciones hayan sido violentas.
Jessica Reznicek: “Creo que el petróleo que está siendo extraído del suelo, la maquinaria que lo hace y la infraestructura que lo sustenta, todo eso es violento. Estas herramientas y estos mecanismos que la industria, el poder corporativo y el poder del Gobierno se han confabulado para crear, esto es destructivo, esto es violento y necesita ser detenido”.