Millones de personas en todo el mundo celebraron Navidad el miércoles. El papa Francisco oró por los migrantes de todo el mundo y condenó los “campos de detención inhumanos” durante su discurso anual del día de Navidad en la Basílica de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano.
El papa Francisco dijo: “Que el hijo de Dios descienda a la tierra desde el cielo, proteja y sostenga a todos aquellos que, debido a estas y otras injusticias, se ven obligados a emigrar con la esperanza de una vida segura. Es la injusticia la que los obliga a cruzar desiertos y mares que se convierten en cementerios. Es la injusticia la que los obliga a soportar formas indescriptibles de abuso, esclavitud de todo tipo y tortura en campos de detención inhumanos. Es la injusticia lo que los aleja de lugares donde podrían tener la esperanza de una vida digna, pero se encuentran en cambio ante muros de indiferencia”.
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