El viernes, Nueva Zelanda transmitió en todo el territorio nacional el llamado islámico a la oración y guardó dos minutos de silencio cuando se cumplía una semana desde que un terrorista supremacista blanco atacó dos mezquitas en la ciudad de Christchurch, causando la muerte de 50 personas. La primera ministra, Jacinda Ardern, vestida de negro y luciendo un hijab, se dirigió a los dolientes en un parque público adyacente a la mezquita de Al Noor, donde la semana pasada fueron atacadas la mayoría de las víctimas de la masacre, durante las oraciones del viernes 15 de marzo.
La primera ministra Jacinda Ardern dijo: “El profeta Muhammad, sallallahu alaihi Wsasallam, dijo que los creyentes, en su mutua amabilidad, compasión y simpatía, son como un cuerpo. Cuando una parte del cuerpo sufre, todo el cuerpo siente dolor. Nueva Zelanda se lamenta con ustedes. Nosotros somos uno”.
El homenaje a las víctimas se llevó a cabo en Nueva Zelanda al tiempo que atacantes aún no identificados utilizaban mazos para vandalizar cinco mezquitas en la ciudad británica de Birmingham. Agrupaciones musulmanas afirman que probablemente esos ataques fueron llevados a cabo por extremistas de ultraderecha.