En Israel, los votantes se dirigen hoy a las urnas para participar en unas reñidas elecciones parlamentarias, que muchos consideran un referéndum sobre los diez años de mandato del primer ministro Benjamin Netanyahu. El primer ministro se ha visto implicado en numerosos escándalos por corrupción, y su intransigente política y retórica nacionalista ha generado preocupaciones entre israelíes centristas. Mientras tanto, el firme apoyo que le ha brindado el Gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Donald Trump, incluyendo las recientes medidas de reconocer a los Altos del Golán como territorio soberano israelí y de catalogar como grupo terrorista a la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, ha reforzado su popularidad entre los israelíes conservadores.
El principal rival de Netanyahu, el ex jefe de la armada y líder del partido Azul y Blanco, Benny Gantz, también ha basado su campaña en discursos a favor de la seguridad y del Ejército, pero sostiene que será capaz de unir a los israelíes.
Al tiempo que comenzó la votación en todo el país, un juez presentó una denuncia luego de que el partido derechista Likud le brindara 1.200 cámaras corporales a los observadores electorales en centros de votación situados en vecindarios árabes.