China anunció el lunes que aumentará los aranceles sobre importaciones de productos estadounidenses por un valor de 60.000 millones de dólares a partir del 1º de junio. El anuncio se hizo luego de que ambas naciones culminaran el viernes las negociaciones comerciales sin haber llegado a un acuerdo, y al tiempo que el presidente Trump cumplió su amenaza de aumentar los aranceles sobre importaciones de productos chinos por un valor de 200.000 millones de dólares. Trump también afirmó que planea aumentar los aranceles sobre el resto de las importaciones de productos chinos, por un valor de 325.000 millones de dólares. La noticia provocó una caída en el mercado de valores; el Dow Jones se desplomó más de 600 puntos el lunes.
Trump afirmó el lunes a reporteros que utilizaría parte de los ingresos arancelarios para ayudar a subsidiar a agricultores, afirmando: “Pueden vender por menos y obtener las mismas ganancias hasta que la situación se resuelva. Nuestros agricultores estarán felices”. Economistas y el propio asesor económico de Trump Larry Kudlow refutaron la afirmación del presidente de que China absorberá el impacto económico del aumento de los aranceles, y afirmaron que de hecho los consumidores estadounidenses son quienes sufrirán más.